Hace ya dos décadas que la Unidad Militar de Emergencias, la conocida UME, comenzó a escribir una historia marcada por la entrega y la solidaridad. Nació en 2005 con una misión clara: acudir allí donde los ciudadanos más lo necesitan. Desde entonces, miles de hombres y mujeres con el uniforme negro y el corazón dispuesto han sido sinónimo de esperanza en los peores momentos que ha vivido nuestro país.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
La erupción del volcán de La Palma en 2021
Su historia reciente es también la historia de España frente a la adversidad. Cuando el volcán de La Palma despertó en 2021 y la tierra rugió con fuerza, la UME fue una de las primeras en llegar. Durante semanas, sus efectivos trabajaron sin descanso, evacuando vecinos, protegiendo viviendas, vigilando la calidad del aire y acompañando a quienes lo habían perdido todo. Entre la ceniza y el silencio, su presencia fue un símbolo de seguridad y de consuelo.
La Dana en la Comunidad Valenciana en 2024
Años después, en 2024, la gota fría volvió a poner a prueba su capacidad de respuesta. La DANA que azotó la Comunidad Valenciana dejó pueblos enteros anegados y carreteras cortadas. La UME desplegó a cientos de efectivos que, día y noche, rescataron personas, sacaron vehículos de las aguas y tendieron la mano a los vecinos que miraban con incredulidad cómo el agua se llevaba parte de su vida. Su disciplina militar se fundía entonces con una humanidad que los ha convertido en un cuerpo admirado y querido.
El verano de 2025 trajo consigo otra dura prueba: una oleada de incendios forestales que amenazó zonas de gran valor natural. Allí estuvieron también, luchando contra las llamas, agotados pero firmes, hombro con hombro con bomberos, forestales y voluntarios. En cada intervención, la UME ha demostrado que su verdadera fuerza no está solo en sus medios o en su preparación, sino en la voluntad de servir y proteger.
Veinte años después de su creación, la Unidad Militar de Emergencias se ha ganado un lugar en el corazón de los españoles. Su lema, “Para servir”, resume el espíritu de una institución que ha hecho del compromiso una forma de vida. Desde los incendios hasta las inundaciones, desde la nieve hasta los volcanes, su huella está presente en cada rincón donde la ayuda fue urgente.
Y aunque los desafíos del futuro, como el cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos, prometen ser cada vez mayores, la UME seguirá siendo ese brazo solidario que acude sin pedir nada a cambio, siempre lista para tender la mano cuando el país más lo necesita. Este 12 de octubre, una vez más, serán de los más aplaudidos en el desfile de las Fuerzas Armadas en Madrid.