Joaquín Sánchez y su mujer, Susana Saborido, han confesado que el día de su boda fue un "show más grande que el de la cantante Lolita", una ceremonia "especial" porque ninguno de los dos se vieron al entrar en la iglesia sino que ya se encontraron directamente frente al sacerdote debido a la cantidad gente que acudió a ve el evento.