El pasado 18 de octubre tuvo lugar la celebración del enlace entre Stella del Carmen, hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith y su amor de la infancia, Alex Gruszynski. Un extraordinario evento que unió a una de las familias de estrellas más famosas de Hollywood en la Ribera del Duero, un pequeño pueblo de Valladolid. El lugar elegido fue un hotel boutique de cinco estrellas en el que se transformó la abadía de Santa María de Retuerta, un templo fundado en 1146.
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Los novios, que se prometían el verano de 2024 tras cumplir prácticamente 25 años desde que se conocieron, supieron desde el primer momento que querían hacer su boda en España. Así fue como celebraron el amor por todo lo alto pero en una boda íntima -teniendo en cuenta el alcance de los protagonistas y sus padres- de tan solo 200 invitados, invitándolos a conocer y disfrutar el país natal de Stella. Además, la pareja organizó una preboda, para poder recibir a los invitados que desde Estados Unidos iban llegando para el gran día.
Así fue como transcurrió un fin de semana de lo más especial para la familia Banderas-Griffith, en el que Melanie y Antonio se reencontraban tras meses implicados en la celebración. Y es que, de primera mano, sabemos que ambos progenitores se volcaron con algunas cuestiones de los preparativos del gran día- así como la madre del novio, Ellen Gruszynski, que se implicó en elegir el menú y la decoración- compartiendo un mismo objetivo desde hace décadas: la felicidad de su hija Stella.
Melanie y Antonio comenzaron a salir juntos en 1995, tras conocerse en el rodaje de Two Much y tuvieron a Stella el 24 de septiembre de 1996. Juntos, formaron una familia atípica – Melanie tenía a Dakota Johnson y Alexander Bauer, nacidos de sus matrimonios pasados con Don Johnson y Steven Bauer- hasta anunciar su divorcio en 2014.
Una separación dolorosa y mediática que ocurrió ya hace más que una década y en la que siempre se ha mantenido el respeto y la comunicación por su proyecto en común: su hija y su familia. Así, Antonio declaraba hace unos años “A pesar de que estamos divorciados, probablemente es la mejor amiga que tengo”, dejando claro la buena relación que mantiene con su exmujer.
Y es que además, el malagueño tenía un papel importantísimo ya que, aparte de ser quien llevaba a Stella del brazo al altar, era el padrino de la ceremonia. Con un smoking negro y con el porte propio del actor, lleno de elegancia, combinó su atuendo para un día tan especial con una pajarita negra. En cambio, Melanie, elegante y marcando la diferencia, apostó por el color. La madre de la novia ha querido ser una invitada con personalidad propia dado el papel protagonista que tenía en la ceremonia.
Para tan señalada ocasión, se ha decantado por un conjunto de vestido de tirantes anchos y abrigo de escote en V con plisado muy elegante, que huye de los cortes halter o bardot que tanto estamos viendo en bodas y que dejan los hombros al desnudo. Esto hace que, una vez, su personalidad destaque por encima de las tendencias.
Por otro lado, su elección huye también de colores clásicos y presenta una amalgama de tonalidades envejecidas en plata, pero que, al mezclarse entre sí, aportan modernidad a la pieza. Por su parte, mientras que el vestido se presenta liso, el abrigo muestra un delicado bordado floral que aporta un acabado más vintage a la prenda. Dramáticamente, cubre sus manos con mitones de encaje y viste su escote con collares de diamantes.
Unos días llenos de felicidad sobre los que Antonio, nos contaba: “ha sido muy bonito, muy emocionante y estamos muy contentos”. Y en los que esta modern family se ha reunido con un propósito en común: honrar a la vida y el amor en un pasado, presente y futuro que une a esta espectacular familia.