Belén Junco ha encontrado la fórmula de la felicidad. Tras toda una vida dedicada al periodismo y una carrera de grandes éxitos profesionales en ¡HOLA!, Fashion y Living, ha cumplido el sueño de escribir, algo que siempre la había apasionado, pero que ahora se ha convertido en una realidad. En solo tres años, ha escrito tres éxitos, La reina de Nairobi, Las tres vidas de la Duquesa de Grosvencer y La digna heredera, que presentó hace unos días rodeada de amigos.
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A la presentación no faltaron rostros tan conocidos como Paloma Cuevas, Ana Botella, Nuria González, Cari Lapique y su hermana Myriam, María Palacios y Carmen Lomana. El hecho de que una periodista y escritora de tanto prestigio como Nieves Herrero presentara su novela resultó para ella un honor. Arropada por sus amigos y su gran y orgullosa familia, entre ellos sus diez nietos, a quienes va dedicada la novela, presentó las andanzas de la protagonista, Graciela, una digna heredera en el Jerez de los años sesenta que no dejará a nadie indiferente.
La digna heredera, que está ya a la venta editada por La Esfera de los libros, cuenta cómo un dramático accidente acaba con la apacible vida de Graciela, la joven heredera de una bodega jerezana. Su razón de ser salta por los aires, los cimientos de su existencia se resquebrajan, ya nada volverá a ser lo que era. Por si esto no fuera suficiente, la inesperada confesión de su madre hace que sufra una catarsis de identidad... Graciela ya no sabe quién es ni mucho menos quién podrá ser. Aceptar la traición en un enrevesado triángulo amoroso y el amor incondicional de un hombre inesperado harán de la vida de esta mujer luchadora, en la compleja sociedad andaluza de los años sesenta, un excitante viaje por los sentimientos, con el telón de fondo de los maravillosos viñedos de Jerez, California y la Toscana.
"Mi libro está dedicado a la ilusión, porque creo que es una necesidad para vivir y ser feliz"
'La digna heredera' es la tercera novela que escribes en tres años.
Sí, no he parado de escribir en tres años. Es una locura, pero lo sabía: es una vocación en la que me realizo y me divierto. Me lo estoy pasando muy bien en esta segunda vida que me he encontrado, gracias a Dios. Disfruto escribiendo, documentándome y, sobre todo, conectando con las lectoras.
¿Ya vas conociendo los gustos de tus lectores?
Creo que mis lectores disfrutan con lo que yo sé contar. No podría escribir sobre ciencia o sobre el espacio, porque no lo conozco. Pero después de toda una vida dedicada a ¡HOLA!, sabía que podía disfrutar escribiendo sobre pasiones humanas, relaciones, viajes, localizaciones espectaculares… Eso es lo que me sale con naturalidad, donde disfruto y donde sé que mis lectores también disfrutan.
¿Cómo definirías tu estilo?
No sabría definirlo exactamente. Solo sabía que quería entretener, hacer soñar y que los lectores vivieran las historias intensamente. Una seguidora me escribió por Instagram y me dijo: “Eres una gran narradora de emociones”. Creo que ese es el mayor cumplido que puedo recibir.
¿Y crees que el oficio de escribir se aprende?
Sí, claro. En el primer libro todo fue una sorpresa. No esperaba que me lo publicaran. Se nota que la primera parte es más espontánea y la segunda, más cuidada, cuando ya sabía que iba a publicarse. Con el tiempo se aprende: se escribe con más respeto por el lector, con más método y atención a la tensión narrativa, que creo que es esencial en una novela.
Tu novela está ambientada en Andalucía, más concretamente en Jerez en los años 60, con sus famosas bodegas. ¿Tienes alguna conexión personal con el lugar?
Mi conexión es con Andalucía en general, que me encanta. Me gusta el flamenco, las sevillanas, las rumbas… aunque las bulerías me parecen dificilísimas. No tengo un vínculo familiar, pero sí una gran admiración por su gente y su forma de vivir. Me interesó el mundo de la vendimia y lo investigué con respeto. Además, me atrae mucho el universo de las bodegas, porque es un entorno familiar, y la familia me parece la base de todo: de la sociedad y de la felicidad.
La novela está ambientada en los años 60, que al final son los años de tu infancia
Sí, yo era una niña entonces. Además, la protagonista, Graciela, luego se va a Italia, y la música está muy presente, como en mi vida. En mi casa se escuchaban esas canciones, así que me ha resultado fácil recrear la época desde el punto de vista social, musical y estético.
"Sabía que podía disfrutar escribiendo sobre pasiones humanas, relaciones, viajes y localizaciones espectaculares"
Graciela es una mujer fuerte, muy trabajadora, muy adelantada a su tiempo. No todas las mujeres en los años 60 tenían esas oportunidades, ¿verdad?
Cierto, pero en su caso, su padre la educó para ser la heredera de las bodegas. No la trató como una niña entre algodones, aunque fuera su ojito derecho. No tuvo hijos varones y quiso que sus hijas continuaran el negocio familiar. Graciela estaba completamente entregada a su padre y al trabajo en las bodegas. Él decía: “A mi hija no le corre sangre por las venas, le corre vino”.
En tus novelas siempre hay hombres: buenos, malos, aduladores, traidores… ¿Qué papel tienen para ti?
El amor es esencial en la vida, y también en mis libros. En el caso de Graciela, el amor aparece de distintas formas: hacia un hombre, hacia su familia, hacia su trabajo. En la novela hay un hombre bueno y también uno malo, como en la vida. Pero lo importante es que las mujeres de la historia —la madre, las tres hijas, la abuela— forman un núcleo femenino muy fuerte. No es exactamente un matriarcado, pero sí una herencia matriarcal.
En la presentación en Madrid, Nieves Herrero actuó como presentadora. ¿Cómo fue?
Fue muy emocionante. Nieves, que además de periodista es una escritora de éxito, tuvo la amabilidad de presentarme. Fue un acto precioso, lleno de amigas y personas que quiero. Ya estoy algo apartada del mundo profesional que tuve antes, así que fue muy bonito sentir ese cariño. Fue un éxito humano, más allá de las ventas. Un broche perfecto a mi carrera profesional.
¿Y ya tienes otra novela en mente o toca descansar?
Ahora toca darle tiempo a La digna heredera, cuidarla un poco. Pero tengo ganas, ilusión y tiempo. Estoy muy feliz con esta segunda vida. En la primera fui muy feliz trabajando en ¡Hola!, y ahora lo soy escribiendo. Sigo comunicando, pero de otra manera. Mi libro está dedicado a la ilusión, porque creo que es una necesidad para vivir y ser feliz. Y también a mis 10 nietos, cuyos nombres aparecen en la dedicatoria: ”Queríais estar en este libro… ¡pues aquí estáis y en mi corazón!”.