Si preguntamos a cualquier seguidor acérrimo colchonero quienes son las tres mayores leyendas del club, la respuesta está clara. Sea en el orden que sea, esos tres nombres son los de Luis Aragonés, Diego Pablo Simeone y Fernando Torres. 'El Niño', como se le bautizó en su día por su precocidad a la hora de debutar en la élite, ya se ha hecho mayor y le va igual de (maravillosamente) bien que cuando era joven. Son etapas distintas que no admiten comparación, pero en la edad adulta ha sabido reinventarse de tal manera que, desde luego, no le hace falta recurrir a aquella manida frase de 'cualquier tiempo pasado fue mejor'.
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El que fuera campeón de Europa con la selección española en 2010, gracias a su decisivo gol en la final contra Alemania, triunfa en su actual faceta de entrenador al mando del Atlético Madrileño. Tiene ahora mismo a su equipo como líder de su categoría en la Primera Federación (equivalente a la antigua 3ª División) y, aunque aún es muy pronto para decirlo, hay quien sueña con verle peleando por el ascenso al final de temporada. Ocurra lo que ocurra, y tras su paso por el juvenil, el mítico exjugador está demostrando sus grandes dotes como técnico desde que comenzó su carrera en los banquillos, siendo incluso renovado el pasado mayo hasta el 2027 por el club que preside Enrique Cerezo.
Más allá de su espléndido trabajo en el filial de los rojiblancos, Torres también tiene otros intereses profesionales que van más allá del fútbol. En 2013 cofundó la cadena de gimnasios estilo boutique llamada Nine Fitness, que empezó con un local en el barrio de Acacias y poco a poco se ha ido expandiendo por toda la Comunidad de Madrid. Ahora, por ejemplo, tiene otro en las inmediaciones del popular parque de El Retiro, o en un sitio tan llamativo y curioso como es Valdebebas, donde están los campos de entrenamiento de su eterno rival merengue. Un negocio que, además, le viene como anillo al dedo ya que Fernando puede presumir de tener un cuerpo fornido de escándalo tras rebasar los cuarenta.
Su familia numerosa, el gran pilar de su vida
El que también fuera integrante de Liverpool, Chelsea o Milan tuvo una meteórica carrera sobre el césped, basada en el talento, el esfuerzo y la disciplina. Eso sí, detrás de ese éxito que sigue prolongando hasta el día de hoy hay una persona fundamental: su mujer Olalla Domínguez (40 años). Es su pilar fundamental desde que se conocieron hace más de dos décadas en Galicia, tierra natal de ella y destino vacacional del deportista. Poco antes del nacimiento de su primogénita, se casaron en el ayuntamiento de El Escorial en una boda sencilla y juntos han formado una familia numerosa tras el nacimiento de Nora (2009), Leo (2010) y Elsa (2015), quienes son su absoluta prioridad.
A pesar de la repercusión mediática que tiene todo lo que hace o dice Fernando, su esposa siempre ha optado por la discreción. Se siente cómoda en el anonimato y sus apariciones públicas se limitan a las celebraciones que se dan en los estadios junto a otras familias. Actitud que ha supuesto una gran enseñanza para Torres, tal y como explicaba en DMAX: "Me sirve para dar importancia a las cosas que realmente las tienen. Me ha enseñado a separar cuándo tienes que ser futbolista, cuándo tienes que ser marido, cuándo tienes que ser padre... Hay tiempo para cada cosa". En este sentido, el exfutbolista señalaba que su esposa le ha enseñado a quererse y valorarse en los momentos más duros y a mantenerse humilde en las victorias.
Torres, siempre forofo del Atlético de Madrid como su abuelo Eulalio, pasó de ser un niño que jugaba con sus amigos en Fuenlabrada -donde hay un estadio con su nombre- a tener un papel decisivo en las grandes competiciones y a convertirse en el eterno 9 del Atleti. Pero lograrlo no hubiera sido posible sin el apoyo de sus padres, Flori y José, este último quien tristemente murió en abril de 2024. "Papá, siempre te mantendré presente, te quiero", le dijo Fernando tras la dolorosa pérdida. Ellos le animaron a perseguir sus sueños, le aconsejaron, le dejaron elegir aunque se equivocara y disfrutaron con cada uno de sus partidos, orgullosos, igual que sus hermanos Israel y Mari Paz.