La princesa Bajrakitiyabha Mahidol, primogénita del rey Maha Vajiralongkorn de Tailandia, oficialemente conocido como Rama X, continúa librando una batalla silenciosa por su vida desde una habitación del Hospital Chulalongkorn de la Cruz Roja en Bangkok (Tailandia). Tras más de 32 meses conectada a un respirador, un nuevo parte médico emitido por la Casa Real ha encendido las alarmas: la princesa ha desarrollado una grave infección sanguínea que ha requerido cuidados intensivos, antibióticos de amplio espectro y sesiones de diálisis para suplir la función renal deteriorada.
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Tras dos años y medio de silencio, este ha sido el primer comunicado oficial que la hermética Corte de Bangkok ha emitido acerca del estado de salud de la princesa, de 46 años, por lo que la situación parece delicada. En él se explica que, desde el 9 de agosto, la princesa está recibiendo un tratamiento específico porque “la infección empeoró y entró en el torrente sanguíneo”, lo que obligó a los facultativos a administrarle “múltiples antibióticos y medicamentos para estabilizar la presión arterial”. El equipo médico continúa ofreciéndole tratamiento completo, “monitoreando de cerca su estado”, recogía el escrito.
La historia de este drama comenzó el 15 de diciembre de 2022, cuando Bajrakitiyabha, de entonces 44 años, se desplomó repentinamente mientras entrenaba a sus perros para una competición canina en Nakhon Ratchasima, al noreste de Bangkok. El diagnóstico inicial fue devastador: un infarto que comprometió varios órganos vitales. Desde entonces, la princesa permanece inconsciente, dependiendo de soporte vital para mantener sus funciones básicas.
Durante más de dos años, la Casa Real mantuvo un estricto silencio sobre su estado, alimentando rumores y especulaciones en todo el país. Incluso se llegó a hablar de un supuesto fallecimiento encubierto que alimentó aún más la rumorología. Lo cierto es que no hasta ahora solo se han publicado cuatro comunicados sobre el estado de la princesa, incluido este último, en el que se confirma que la infección habría entrado en su torrente sanguíneo, agravando aún más su delicada situación.
Bajrakitiyabha no es solo una figura institucional. Para muchos tailandeses, representa el rostro más humano de la monarquía. Nació el 7 de diciembre de 1978 y es la hija mayor del rey Vajiralongkorn, quien subió al trono en 2016, y de su primera esposa, la princesa Soamsawali. Es Doctora en Derecho por la Universidad de Chicago y licenciada en Relaciones Internacionales, ha ejercido como embajadora en Austria y ha trabajado en organismos de Naciones Unidas, destacando por su defensa de los derechos de las mujeres encarceladas. Su carisma, cercanía y compromiso social la convirtieron en una de las candidatas más sólidas para suceder a su padre en el trono.
Su prolongada hospitalización ha generado una ola de devoción en todo el país. Las calles de Bangkok se han llenado de retratos de la princesa y los ciudadanos rezan cada día por su pronta recuperación. En un país donde la monarquía es venerada, el sufrimiento de Bajrakitiyabha se vive como un duelo nacional.
Por otra parte, la situación crítica de la princesa Bajrakitiyabha ha intensificado la incertidumbre sobre la sucesión al trono tailandés. A sus 71 años, el rey Rama X aún no ha nombrado oficialmente a ningún heredero, lo que ha generado una crisis dinástica sin precedentes. El rey ha tenido siete hijos de cuatro matrimonios, de los cuales, solo tres podrían sucederle. Bajrakitiyabha era considerada por muchos como la sucesora natural —por su formación, compromiso institucional y cercanía con el pueblo—, pero dada su condición, queda descartada. ¿Quién será el sucesor entonces? La incógnita queda en el aire, aunque últimamente, su hermano, el príncipe Dipangkorn, también suena con fuerza, pero su juventud y sus problemas de salud podrían jugar en su contra. La última decisión la tiene el monarca y este todavía no se ha pronunciado.