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Carlos Sobera sopla hoy 65 velas con cierto vértigo ante una cifra redonda que, para muchos, marca el final de la vida laboral. Él, sin embargo, no contempla la jubilación a corto plazo. "Me da miedo la cifra porque suena a jubilación… pero no jubilaré nunca. Será la televisión la que, llegado el momento, me jubile a mí", confesaba recientemente en una entrevista a Lecturas.
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Este nuevo año de vida lo comienza en Cádiz, disfrutando de unos días de descanso junto a su familia. Un merecido paréntesis tras una temporada especialmente intensa en la que ha compaginado la presentación de Supervivientes, First Dates y Locos por ti —este último ya fuera de parrilla— con la gira teatral de Inmaduros, una producción de su propia compañía, Arequipa, que dirige junto a su esposa, la empresaria Patricia Santamarina. "Necesito cargar baterías. No puedes estar todo el año trabajando sin parar, hay que frenar un poco. Si no lo haces, no resiste ni el cuerpo ni la mente", explicaba en La Razón.
Y qué mejor manera de recargar energías que junto a la mujer de su vida. Se conocieron hace 21 años y se casaron el 3 de mayo de 2015 en una boda de ensueño celebrada en Tulum, México. "Ha sido mejor que nuestra boda soñada. Emotiva, sentida, compartida... pocas veces se da este grado de entrega y unión entre todos los presentes", contaban entonces a ¡HOLA!. Sobera y Santamarina eligieron este país para sellar su relación por el significado especial que tiene para ellos y vivieron una ceremonia maya, oficiada por un chamán en su lengua nativa y ante un mosaico de semillas y frutas como metáfora del matrimonio.
La pareja se dio el ‘sí, quiero’ acompañada por Natalia, su hija en común, y Arianna, fruto del primer matrimonio de Patricia con Rody Aragón. Aunque no les unan lazos de sangre, Sobera considera a Arianna como una hija y ella le ve como a un padre. Prueba de ello es la felicitación que la joven, pareja del actor argentino Rodrigo Guirao, ha compartido en sus redes sociales. Sin duda, una relación de cariño y respeto mutuo que también han mostrado ante las cámaras, trabajando juntos en televisión y dejando patente la admiración que se profesan.
La cuarta mujer más importante en la vida de Sobera es su madre, Asun, de 98 años. "La adoro. Fue el principio y ahora es todo", confesó con emoción.
Aunque atraviesa uno de sus mejores momentos personales y profesionales, Sobera ha tenido que sobreponerse a serios desafíos de salud. El más grave ocurrió en 2019, cuando sufrió una gangrena de Fournier que estuvo a punto de costarle la vida. Afortunadamente, todo quedó en un susto, al igual que el derrame cerebral que ese mismo año padeció su esposa, un episodio que él describe como "el peor momento" de su vida. "Lo pasé fatal, pensando que podía morir", admitió entonces.