Claudia Jiménez Revuelta, la mayor de los tres hijos de Raquel Revuelta - empresaria y modelo que se coronó como Miss España en el año 1989- , y su prometido, Vicente Benítez, un analista de inversión de 30 años, se encuentran en la cuenta atrás para celebrar su gran día en un enclave idílico: Trafalgar Polo Club, en Vejer de la Frontera. Una boda que celebrarán el 21 de junio en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, en Zahara de los Atunes, y que promete ser inolvidable no solo por su escenario, sino también por el espíritu que la envuelve: desenfadado, familiar y profundamente andaluz. Y así lo demostraron durante la divertida y sabrosísima prueba de menú, que vivieron como una auténtica excursión en grupo… ¡y que terminó con todos rodando de tanto comer!
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“El catering lo teníamos clarísimo”, nos explica la novia. “Después de ir el año pasado a 14 bodas en Sevilla —sí, ¡catorce!— queríamos que la nuestra fuese distinta. Todas eran preciosas, pero ya conocíamos las fincas y los caterings más típicos de allí. Así que, al llevarnos a todos a Zahara, queríamos que también saborearan la tierra”. Así descubrieron “Momento Andaluz”, un catering de Chiclana del que no tenían experiencia directa pero del que habían recibido magníficas recomendaciones, especialmente por su trabajo en otras bodas celebradas en el mismo lugar. “Nos hablaron maravillas Tate y Curro, unos amigos que también se casaron allí —Curro es el hermano de Lourdes Montes— y nos fiamos mucho de su criterio”, añade.
A la prueba acudieron acompañados: Vicen con sus padres, Beatriz y Vicente: Claudia con su madre, su hermano Miguel Ángel “Micky” —auténtico crítico gastronómico de la familia— y la novia de éste, y, por supuesto, la wedding planner que les acompaña en todo el proceso, Alejandra, de @lamadrina_weddings. “Nos da mucha paz, sabe lo que queremos y hace todo más fácil”, confiesa Claudia, para acto seguido añadir: “La prueba fue una excursión en toda regla, fuimos todos a Chiclana y salimos absolutamente felices y llenísimos. ¡Rodando!”
La boda será tipo cóctel, por lo que el menú se compone exclusivamente de aperitivos. Nada menos que 23 bocados distintos han sido elegidos con mimo, pensando en que “nadie pase hambre” durante la larga noche que se alargará hasta las seis de la mañana. Y todo, con un fuerte acento local: atún rojo de almadraba, chicharrones de Cádiz y quesos de la zona “Queremos que el producto sea protagonista, que la gente pruebe la gastronomía gaditana en cada bocado”, dice la hija de Raquel Revuelta. Un único elemento llega de fuera: el jamón de Enrique Tomás, proveedor habitual de su familia. En cuanto a los vinos, también hay un vínculo personal: servirán etiquetas de Marqués de Cáceres, una bodega de confianza.
Además de la gastronomía, la prueba fue el momento perfecto para visualizar cómo será la decoración. “Nos encantó elegir la mantelería, la cubertería, las mesas altas de bambú. Todo con una estética un poco hippie, relajada, muy nosotros. No me pegaba una boda formal en Zahara”, comenta Claudia. Y ese espíritu bohemio también se traslada al dress code: chaquetas de lino y guayaberas para ellos, nada de chaqués ni rigideces. Con cada uno de los detalles que van pefilando, Claudia y Vicen están construyendo una boda con alma, con sabor, y con ese aire gaditano que tanto los enamora. “Queremos que la gente se divierta, que disfrute, que coma bien y que viva una noche inolvidable con nosotros”. A juzgar por cómo fue la prueba, no nos cabe duda de que lo conseguirán.