“Me considero una mujer valiente que va hacia las cosas que desea y no se queda en un sitio por miedo”. Esa frase resume la esencia y la carrera de Cristina Castaño, una actriz sin temor a lanzarse al vacío cuando se trata de abrazar personajes que suponen todo un reto. Es más, cuanto más grande y difícil se la apuesta, mejor. Esa determinación que la ha convertido en una de las intérpretes más valoradas la lleva a todo en la vida: “No me quedo en una relación en la que no me quiero quedar, no me quedo en un trabajo que no me quiero quedar. Yo siempre busco lo mejor para mí. Al menos lo procuro”, asegura.
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La pelirroja más brillante de la escena española dejó La que se avecina en pleno auge hace una década y ha demostrado que hay mucha vida después. Cine, teatro, televisión…de la Macarena de “Toy Boy”, a Clitemnestra sobre las tablas o la vibrante Sally Bowles en el musical Cabaret. “Agradezco la falta de rutina, agradezco que esta me vida me traiga sorpresas y que puedes estar en tu casa tres meses, suene el teléfono y esa llamada te cambie la vida. No me sentiría bien en un trabajo excesivamente estable”, nos dice Cristina, que posa con las joyas de José Luis Joyerías.
-¿Te han dicho alguna vez que tu estilo se parece al de las divas del Old Hollywood?
-Sí y a mí también me gusta potenciarlo. Es una época dorada del cine de Hollywood y los actores y actrices que la tenemos un poco como referencia de las grandes estrellas. Me siento cómoda dando esa imagen.
-Con las joyas de José Luis Joyerías una debe sentirse como esas grandes estrellas.
-Totalmente. Me siento muy cómoda con las joyas de José Luis Joyerías y con un equipo tan familiar. Son piezas finas, muy elegantes y de gran calidad. Una cosa que seguramente la gente no sabe es que mis padres tenían una joyería en Santiago de Compostela. Mi padre falleció y mi madre está jubilada, pero la tuvieron durante muchísimos años. Así que las joyas han estado siempre muy presentes en mi vida y reconozco una joya de calidad. Sé lo que tengo entre las manos.
-¿Tienes alguna piedra favorita?
-Me gusta mucho el diamante, por supuesto, la esmeralda es muy bonita y especial, pero también un buen rubí o un buen zafiro -ríe- aunque creo que me quedo con la primera.
"Mi parte presumida se queda tan cubierta con personajes y las alfombras rojas que en mi día a día necesito comodidad, verme con la cara lavada y saber quién soy"
-En la alfombra roja siempre llamas la atención, ¿le das muchas vueltas a tus apariciones, te dejas aconsejar?
-Depende de las ocasiones, porque hay momentos en los que cuentas con un estilista que te ofrece opciones o busca un gran diseñador para la ocasión. Yo tengo un estilo bastante determinado y me gusta potenciarlo, pero hay muchas ocasiones en las que, cuando se trata de un diseñador nacional, acudo yo directamente y llevo vestidos que ha desfilado o han presentado. Ya sé lo que me sienta bien y lo que me gusta llevar. Llegó un momento en que decidí vestir lo que me apetecía y no tanto lo que dictaban las tendencias o los propios estilistas.
-¿En tu día a día cómo suele ser tu estilo?
-Mi parte presumida y coqueta se queda tan cubierta con personajes, con los eventos y con las alfombras rojas que en mi día a día necesito comodidad, verme con la cara lavada y saber quién soy. Me gusta gustarme sin maquillaje, cuidar mi piel para que se vea bonita al natural y soy deportista, también uso ropa cómoda y nada de tacón. Tenemos la suerte de que las zapatillas se han puesto de moda y las puedes llevar con cualquier estilo, nuestros pies, piernas y cuerpo en general nos lo agradecen mucho.
-¿Qué tipo de deporte te gusta practicar?
-Me gustan mucho las pesas y el bikram yoga. Se hace en una sala a 40-42º. Descubrí que tiene un punto de resistencia muy fuerte, también se trabaja mucho el equilibrio y el focalizar la mente para ello y eso me gusta. Me di cuenta de que no solo era un trabajo físico, sino también una limpieza a nivel espiritual, porque expulsas tanto toxinas físicas como mentales. Aparte de que estiras todo el cuerpo y eso es buenísimo.
-¿Tienes algún icono de ese Hollywood dorado del que hablábamos antes?
-Mi referente más claro es Rita Hayworth al tener esa melena tan roja. Tengo dos perritas y una se llama Gilda. Y el más cercano puede ser Jessica Chastain o Julianne Moore porque son las pelirrojas ahora.
-Hay que ver cómo marcáis las pelirrojas.
-Bueno es que es, sin duda, muy característico, marca mucho a muchos niveles.
-Alguna vez has contado que en el colegio te perseguían por tener este color de pelo.
-Claro, cuando eres niño lo que es diferente puede ser motivo de burla, pero también puede serlo de admiración, porque recuerdo que los adultos siempre me paraban a decirme “qué pelo tan bonito tienes” o en las peluquerías siempre lo han alabado. Es decir, me he sentido muy afortunada en muchos aspectos y muy discriminada en otros por mis propios compañeros de clase en ocasiones, por ser diferente. Mi hermana, en ese sentido, siempre me decía: “Espera a tener 18”.
-¿Y qué sucedió cuando llegaron esos 18?
-Que tenía razón, pasé de ser el patito feo, de ser la rara a la pelirroja que siempre es un símbolo, el típico mito de los hombres, la mujer pelirroja, peligrosa… como Jessica Rabit, ¿no?
-Siempre quisiste ser artista. Lo tuyo venía de herencia.
-Sí, me viene de familia. En mi casa son muy artistas, mi madre canta y mi padre era pianista. Y siempre se ha aplaudido y se ha jaleado mucho salir frente a un público y hacer lo que sea. De cinco hermanos, dos somos actores y eso es mucho. También es verdad que mis padres tenían mucha vocación y talento, pero no se dedicaron a ello, y cuando vieron mi interés por dedicarme a esto profesionalmente me apoyaron, siempre he recibido mucha confianza y apoyo por parte de mi familia.
-¡Han pasado ya 27 años de Al salir de clase! De ahí salisteis una verdadera cantera de actores y actrices.
-¡Y tanto que fue una cantera! Igual que lo han sido Física o Química o Élite más recientemente. Pero en aquella época no había series de jóvenes y toda una generación nos acompañó al mediodía. Fueron cinco temporadas y yo estuve en las dos últimas, pero al principio lo veía en mi casa de Santiago y pensaba: “Quiero estar ahí”.
-¿Todavía el público te asocia con Judith de La que se avecina o has conseguido “liberarte” de ella?
-Creo que Macarena de Toy Boy consiguió eso, porque el público vio a una actriz que podía hacer otra cosa totalmente diferente y se sorprendió mucho. Más allá de un personaje u otro, me siento muy valorada como actriz por el público, eso es muy gratificante, y, en cualquier caso, sé que mi mejor personaje está por llegar. Todavía tengo mucho por dar y por sorprender, tengo mucha confianza en mi en ese sentido y sé que la profesión me va a dar ese momento. Esto se una carrera de fondo y se trata de seguir trabajando, pero estoy muy orgullosa de lo logrado y de que el público me reconozca no solo por personajes que he interpretado, sino como buena actriz.
-Has hecho comedia, drama, cine, tele, teatro… ¿Algún personaje que te encantaría hacer?
-Antes decía que gustaría mucho hacer tragedia griega, pero hice Clitemnestra, un personaje precioso, muy desconocido por la gente y muy injustamente tratado por la historia y la verdad es que me pareció un viaje realmente hermoso interpretarla. También he hecho musical, fui Sally Bowles en Cabaret, otro papel muy mítico. Y ahora mismo no sabía decirte, me apetece trabajar con buenos directores, buenos compañeros, gente a la que yo admire y me proponga un reto.
-Los personajes femeninos del teatro griego son muy intensos, ¿te consideras una mujer intensa?
-Yo soy una mujer muy pasional, así que sí tengo intensidad. Me gusta vivir la vida con intensidad también, no soy de medias tintas, soy mujer de todo o nada muchas veces.
-¿Eres más de hacer planes o de dejar que la vida te sorprenda?
-No me gusta seguir la corriente de mucha gente, sino hacer las cosas a mi manera.
-Eres muy viajera. ¿Te atreves a hacerlo sola?
-Me gusta mucho viajar, costó empezar a hacerlo sola, creo que la primera vez que lo hice tenía 35 años, porque me imponía viajar sola. Y cuando lo hice, descubrí que era una gran pasión. Creo que te encuentras contigo mismo y con el lugar, porque hay sitios tan impresionantes enérgicamente, como Machu Picchu o Egipto, que cuando vas con otras personas te condiciona la experiencia a la de esas personas y su energía. Pero cuando estás solo en ese lugar, ese lugar tiene muchas cosas para ti. Hay ciertos viajes que prefiero directamente hacer sola o a lo mejor, si hay gente digo, hoy me toca a mí sola, como cuando hice el camino de Santiago, una experiencia preciosa, promovida por la Xunta para dar a conocerlo a la gente joven.
-Has terminado recientemente de rodar Nails, ¿qué tal ha sido la experiencia?
-Muy buena, es un humor que conozco mucho porque Araceli Álvarez de Sotomayor, la directora y guionista, era guionista en La que se avecina y también está Fernando Tejero. Es un lenguaje que conozco muy bien, me he sentido muy cómoda y he disfrutado mucho. También he hecho otra serie, Lume, que significa fuego, una coproducción con Portugal para Max, que está a punto de estrenarse. Interpreto a Lucía, la protagonista, una periodista que está investigando el origen de los incendios en la frontera entre Galicia y Portugal. Y ahora mismo también estoy en una función en Las Noches de la Suite con Daniel Grao y Antón Lofer, dirigidos por Martín Cuervo, una comedia muy divertida donde estamos muy cerca del público, en la suite de un hotel.
-¿Puedes sorprendernos con algo que no sepamos de ti, que no conozca el público?
-Por ejemplo, soy una gran amante de la astrología. Antes hablábamos de si me gustaban los personajes de pasión, soy escorpio con ascendente leo y para quien entienda un poco sabrá que a mí lo que me mueve es la pasión y que leo también es muy dramático, muy de expresar a lo grande. Cuando lloro, lo hago con mucha intensidad, cuando río, se me escucha en toda la sala. El lenguaje astrológico me gusta porque me ayuda a entender a las personas y no juzgarlas, a entender que es su composición, que cada uno está hecho de polvo de estrellas, digamos así, que es único y que no puede evitar ser como es. Es un lenguaje muy desconocido para mucha gente y sin embargo es milenario. Ha sobrevivido todas las épocas de la historia