El pasado verano, tras cinco años de relación, Joaquín Torres, con la anilla de un llavero y en un arranque romántico, le hizo la gran pregunta al amor de su vida: “¿Quieres casarte conmigo?”. Por supuesto que la respuesta fue afirmativa. Entonces, la pareja contó que deseaba casarse esta primavera. Querían celebrar su unión con todos sus seres queridos, amigos y familiares, porque, tras años de haber sufrido, tal y como reveló el arquitecto, se lo tienen más que merecido.

A punto de casarse este viernes 19 de mayo en la ‘Casa de Pilatos’, de Sevilla, los futuros maridos están en un momento crucial de sus vidas: Raúl Prieto acaba de abandonar Mediaset tras años vinculado al grupo audiovisual, y Joaquín, tras trasladar su despacho de arquitectura de la glorieta de San Bernardo al barrio de Salamanca, de Madrid, se encuentran entusiasmados con todas las oportunidades que le están saliendo.

Joaquín Torres abrió las puertas de su fabulosa casa en el barrio de Salamanca a ¡HOLA! hace dos años

Joquín es uno de los arquitectos más reconocidos, entre sus clientes hay mucha gente popular y la huella de sus trazos recorre diferentes lugares del mundo. Desde la urbanización madrileña de ‘La Finca’, una de las más lujosas de España, a Estados Unidos, Rusia y China, pasando por ‘La Quinta de Luanco’, en Asturias, y las viviendas prefabricadas de Las Marismas, de Isla Canela (Huelva), hasta llegar al exclusivo The Collection, un residencial de 82 viviendas, ubicado en Puerta de Hierro (Madrid), donde ha comprado su magnífico ático dúplex la marquesa de Griñón, Tamara Falcó.

Pero si tiene que elegir una de sus casas, no lo duda: la suya, en la capital. La que nos presentó, en exclusiva, en estas páginas en el año 2021, de la que dijo que es la más pequeña de las diez que ha habitado hasta el momento porque había pasado de 1.200 a 500 metros cuadrados: “Puede parecer que pierdes muchas cosas. Yo, sin embargo, las he ganado”, confesaba, porque “quiero dominar mi casa y no que ella me domine a mí. En alguna de mis casas, me sentido esclavo de ellas”.

“Me gustaron su ubicación, la ausencia de vecinos, la calidad de los espacios comunes y también las posibilidades que le daba el tener muchísima luz. Es, posiblemente, la casa más ‘barroca’ de todas las que he tenido, porque he reducido mucho el espacio y he acumulado muchos objetos que forman parte de mi vida”, nos contaba Torres, que definía la vivienda como un lugar que “responde a la vida que llevo con mi pareja, una casa que nos permite recibir habitualmente, pero que también nos permite recogernos sin perder un ápice de calidad”.

“Aunque este es un gran piso, es la casa más pequeña en la que he vivido, y he de decir que estoy encantado con ella”