Hace tres semanas, Fernando Verdasco cumplió 38 años. El tenista sopló las velas en uno de los momentos más agridulces de su trayectoria, ya que no pasa por su mejor época profesional debido a dos lesiones por las que ha tenido que ser intervenido recientemente. En cambio, su vida junto a su mujer, Ana Boyer, con la que acaba de celebrar cuatro años de matrimonio, y sus dos hijos, Miguel y Mateo, suplen los sinsabores en la cancha de tenis. A pocos días de viajar a Miami, donde comenzará la pretemporada, Verdasco habló con ¡HOLA! durante la gran fiesta de la Navidad a cargo de Moët&Chandon en el Teatro Real de Madrid sobre sus ganas de reeditar éxitos del pasado y sobre el triunfo que siempre tendrá asegurado: su familia.

— ¿Cómo es vivir la Navidad con tus hijos?

—Miguel, que tiene dos años y medio y es el mayor, está bastante imparable. Lo pasamos genial con él. Es muy travieso y muy gracioso. El pequeño, Mateo, tiene once meses y es más tranquilo.

—¿Cuál de los dos se parece más a ti?

—Miguel, físicamente, sobre todo por el pelo. De carácter, Mateo. Es más comilón, como yo. Diría que Miguel se parece a tío Julio, el hermano de Ana, que también siempre está de buen humor y es gracioso.

— Julio no está pasando por un buen momento tras su divorcio de Charisse Verhaert. ¿Lo estáis apoyando mucho?

—No está pasando por un buen momento personal últimamente, pero él es una persona alegre. Ahora tenemos pensado vernos. Yo me voy a ir a hacer la pretemporada a Miami.

“Logísticamente llevar una vida nómada con dos niños es más complicado, pero merece la pena el esfuerzo porque nos encanta estar con ellos, todos juntos”

—¿Os planteáis Ana y tú aumentar la familia?

—Puede ser, pero de momento no, porque quiero seguir trabajando el año que viene y viajar con más de dos niños es complicado.

—¿Cómo es llevar esa vida nómada con dos niños?

—Logísticamente es más complicado, pero merece la pena el esfuerzo porque nos encanta estar con ellos, todos juntos.

—¿De qué modo ha afectado la pandemia a tu carrera deportiva?

—Han sido años difíciles por el covid. Antes de que se declarara la pandemia, estaba lesionado y no me operé. Si lo hubiera hecho, hubiera ganado a lo mejor seis u ocho meses. En noviembre de 2020 me operé de la rodilla y tuve la mala suerte de lesionarme el codo, del que me terminé operando en julio. He pasado por dos operaciones en menos de un año.

—¿Ves cercana la retirada?

—Si todo va bien, el año que viene quiero recuperar mi nivel de juego y el ranking. En cambio, si el cuerpo no me aguanta, pues entonces…

—¿Un deseo para 2022?

—Seguir estando cerca de mi familia.