Con su bebé en el médico©GettyImages

Pediatría

‘Mi hijo tiene sangre en las heces, ¿debo preocuparme?’

Esta situación suele generar alarma en las familias, si bien las causas pueden ser muy diversas y la mayoría de ellas no entrañan gravedad

Rectorragia es la palabra que define la emisión de sangre a través del ano. Esta sangre, normalmente tiene su origen en regiones anatómicas localizadas a partir del final del duodeno, es decir, procede de la parte baja del aparato digestivo. Es un síntoma muy llamativo que suele generar gran ansiedad y alarma en los padres y en el entorno del niño. En dependencia de la edad del niño, su origen suele ser variable y de causas diferentes y la mayoría, afortunadamente leves y de buen pronóstico, aunque también existen casos generados por procesos de mayor gravedad.

Hemorragias digestivas bajas

Las hemorragias digestivas bajas aparecen con la sangre no digerida de color rojo, a diferencia de las hemorragias del tracto alto del aparato digestivo (faringe, esófago, estómago, duodeno), que se presentan en forma de melenas de sangre digerida de color negro brillante.

La sangre no digerida puede presentarse en forma de heces mezcladas con sangre o teñidas de color rojo, procedentes de las partes iniciales del intestino delgado, conocida como hematoquezia; en forma de hebras de sangre roja cubriendo las heces, que suele proceder del colon; o de sangre roja brillante independiente de las heces, generalmente al final de la defecación, que suelen proceder del final del tracto rectal y ser causa de hemorragia hemorroidal o de fisura anal.

Recordar que el color rojo de las heces puede estar producido por otras causas que no sean la sangre. Bebidas, chucherías, alimentos (frutas y verduras) y medicamentos (hierro, bismuto) son causa frecuente del color rojo o negro de las heces del niño.

En el pediatra©GettyImages

Causas más frecuentes de rectorragia en los niños

Afortunadamente la prevalencia de este tipo de situaciones es bastante baja, pues tan solo representan el 0,5 % de las consultas realizadas en los servicios de urgencias pediátricas. Las causas que las provocan son variadas y el diagnóstico lo realizará el médico en base a la historia clínica, la exploración y las pruebas analíticas y de imagen.

La edad del paciente puede ser una orientación eficaz para conocer el origen del problema. En los recién nacidos y los lactantes, las causas mas frecuentes de hemorragia digestiva baja, son: la deglución de sangre materna a través de la lactancia, la alergia a las proteínas de la leche de vaca, la gastroenteritis bacteriana, la fisura anal, la enterocolitis necrosante y la invaginación intestinal. Las menos frecuentes, pero también causantes de rectorragia en estas edades: el divertículo de Meckel, el vólvulo intestinal y la enfermedad hemorrágica del recién nacido.

En la primera y segunda infancia, las causas mas frecuentes de hemorragia digestiva baja son la gastroenteritis bacteriana, la fisura anal, los pólipos del colon, la invaginación intestinal y las úlceras por Helicobacter Pylori.

En la adolescencia, la gastroenteritis bacteriana, la fisura anal, las hemorroides, los pólipos del colon, las ulceras duodenales y las enfermedades inflamatorias intestinales, colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn, rueden ser la causa de la hemorragia.

La gravedad de estas patologías vienen dadas por las causa que las provocó y por la cantidad de sangre perdida.

Qué debemos hacer si el niño presenta sangre en las heces

La existencia de sangre en las heces de un niño siempre es un hallazgo que genera gran alarma y ansiedad en sus padres. Afortunadamente la mayoría de las veces la causa que lo provoca suele ser leve y un tratamiento adecuado suele resolver el problema. Sin embargo, existen casos en que la causa que lo origina es de pronóstico más grave y la cantidad de la sangre perdida puede ser elevada.

Los pasos a seguir deberían ser: ponerte en contacto lo antes posible con tu médico o acudir a un servicio de urgencias pediátricas. En el caso de grave afectación del paciente, los objetivos del tratamiento de la hemorragia digestiva aguda son, por orden de importancia, los siguientes:

  • Detener la hemorragia.
  • Corregir la hipovolemia y la anemia si las hubiere.
  • Diagnosticar la causa.
  • Aplicar el tratamiento específico a la causa que la produjo.