Antes de ponerte a hacer abdominales, conoce los distintos tipos y qué zonas trabajan

Son efectivos para modelar el cuerpo y reducir abdomen pero siempre que los hagas bien, de manera regular y los incorpores a un estilo de vida sano

Por Laura Bech

Lucir un vientre plano y marcado solo es posible con la práctica habitual de ejercicio físico, con una dieta sana y con la ayuda de los famosos abdominales. Pero hay diferentes tipos, y cada cuál tiene sus particularidades que conseguirán uno u otro objetivo. Por eso, antes de empezar a practicarlos para modelar el cuerpo y reducir el abdomen, es importante que los conozcas, que controles la técnica y sepas qué trabajan. Y es que hacerlos de manera de manera incorrecta no solo que no tiene resultados, sino que podría provocar lesiones.

Cuántas clases de abdominales existen

Existen muchos tipos de abdominales, casi uno por cada músculo de la parte media del cuerpo que quieras trabajar. Se los divide en tres clases: los convencionales, los hipopresivos y los isométricos. Aunque a rasgos generales cumplen la misma función, reducir y tonificar el vientre, en concreto tienen una labor específica. Así, encontrarás que los abdominales convencionales, los más comunes y frecuentes, trabajan los músculos de manera externa. Los hipopresivos los músculos internos y los isométricos nos ayudan a corregir la postura y ejercitar los músculos internos.

Para que el trabajo abdominal dé resultados debes realizar varias series seguidas, con una frecuencia habitual, no menos de 4 veces a la semana, y teniendo la constancia de no separar cada serie con lapsos de tiempo que superen el minuto. Los abdominales, si no están acompañados de ejercicio aeróbico y una dieta equilibrada, baja en grasas y en calorías (si quieres perder peso) no sirven de mucho. Para obtener resultados debes incorporarlos a una cambio general y ser constante. 

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Abdominales convencionales

Estos ejercicios consisten en repetir los mismos movimientos en series de 15 o 20. Son esos que practicabas en el colegio, con desgano, y que no siempre reparabas en cómo lo hacías porque lo importante (en esa época para ti) era cumplir con lo que el profesor había pedido y nada más. Es un error frecuente que puede producir lesiones y hacer que el esfuerzo sea en vano. 

Los abdominales convencionales fortalecen la cara exterior del músculo, esto produce que con el paso del tiempo desarrolles hipertrofia en la zona trabajada. Si no se combinan con abdominales hipopresivos, no conseguirás el efecto vientre plano que buscas

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Abdominales hipopresivos

Los hipopresivos son ejercicios que trabajan los músculos internos del abdomen. Están recomendados para corregir posturas y para después de dar a luz, porque reducen la cintura y fortalecen los músculos que han estado  involucrados durante el embarazo y el parto. 

Los abdominales hipopresivos tienen un trabajo diferente de los convencionales, en este caso se busca tonificar el músculo interno para reducir la contracción interna y favorecer la reducción del perímetro de la cintura. 

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Abdominales isométricos

Cuando realizamos abdominales isométricos, también implicamos a los músculos internos del cuerpo. Son ejercicios que requieren de fuerza y equilibrio, porque consiste en mantener una postura durante determinado tiempo sosteniendo el cuerpo con alguna parte de este. El más conocido de estos abdominales es la plancha, consiste en tumbarse boca abajo, con los antebrazos apoyados en el suelo y el cuerpo extendido y elevado, como una tabla.

El peso corporal queda repartido entre las puntas de los pies y los brazos. Este tipo de abdominal tiene varias variantes, con los brazos estirados, la plancha de lado, con una sola pierna o un solo brazo. Es una clase ejercicio que requiere de cierta experiencia, especialmente, porque debes ser consciente de la postura que tiene tu cuerpo en todo momento. De nada sirve mantener el cuerpo elevado, si tuerces el cuello, o arqueas la espalda. Los expertos recomiendan comenzar por los más sencillos e ir aumentando la dificultad a medida que ganes seguridad.

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Por último, recuerda que una correcta respiración es esencial para que el ejercicio brinde resultados. La manera adecuada de respirar cuando haces abdominales es inspirar por la nariz y expulsar el aire por la boca cuando contraes los músculos. 

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