En la celebración navideña de Moët & Chandon

Mariló Montero nos cuenta qué ‘apuntes’ periodísticos da a su hijo Alberto y cuál es su relación con Maggio Cipriani, novio de Rocío Crusset

La presentadora habla con ¡HOLA! de sus recuerdos, deseos y certezas cuando estamos a punto de acabar el año

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El periodismo lo lleva en la sangre. En una infinidad de capilares bajo una de las pieles más bonitas de la televisión. Como que ese color canela le valió convertirse también en una reina de la belleza. Porque Mariló Montero no solo ha sido reina de las mañanas, también se coronó en su juventud como Maja de Estella, de Tafalla… y la perfección de su rostro y unas medidas de escándalo no pasaron desapercibidas para nadie. De hecho, le llevaron a dar el salto a América y en Costa Rica se convirtió, cuando aún era una veinteañera, en una de las mujeres más conocidas del país. Y como presentadora, ojo, porque logró cuadrar el círculo. No es extraño que eso, ya sea tanto la pasión por los micros como un físico excepcional lo hayan heredado sus hijos. Alberto, que ha descubierto que se futuro estaba en las ondas que cómo iba a ser de otra manera si el nombre de su padre también es historia de la radio y rocío, que posó su mirada castaña en Nueva York para lanzarse como modelo y hoy tiene su propia firma de joyas. Hablar de ellos, de sus logros, le ilumina la cara. Porque es una madre orgullosa, sí, obvio, pero no, sin embargo, complaciente. Les dice las cosas cuando, a su juicio, hay algo que mejorar pero siempre respetando su libertad. Porque Mariló no es de callarse: las verdades del barquero se las canta a quien sea, incluido el Gobierno. Charlamos con la periodista en la celebración navideña de Moet & Chandon y hacemos balance de lo bueno y malo, recordamos y también ponemos nombre a sus planes de futuro.

HO4141 Fiesta Moet Chandon©JUANLU REAL / MOËT & CHANDON
Mariló Montero, que nos habló del hostelero Maggio Cipriani, novio de su hija, Rocío Crusset: ‘Me gusta, es muy trabajador. Desde muy joven, ha tenido que manejar un negocio mundial’, dijo sobre el empresario. ‘Tiene hoteles y restaurantes en París, Londres, Nueva York, Los Ángeles, España, Abu Dabi, Argentina… y lo lleva todo él’, añadió Mariló.
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- ¿Por qué brindamos, Mariló? 

- ¿En un día como hoy? Desde luego, por la salud. Con salud lo podemos hacer casi todo. Yo brindaría porque, además, si tengo que invocar algún deseo, me voy hacia la política. Mi reflexión sería que debemos volver a dar valor a la palabra dada. Que los políticos tienen la obligación de hacer un trabajo responsable y pensando en el beneficio de todos los ciudadanos sin mentir, cumpliendo lo que dijeron que iban a hacer, que fue por lo que les votamos.

- ¿Echas la vista atrás e intentas poner en negro sobre blanco cómo se ha dado el año?

- No especialmente en estos días de autos (risas) Ni el día de Nochebuena, ni el día de Nochevieja, ni el día de Reyes. Esos balances yo los hago a diario. Un día cualquiera, a media mañana que, igual, has hecho un extraño, un comentario que te ha chirriado porque tienes que tener cuidado con las cosas que dices y tratar de no herir… No me espero al 1 de enero para reciclarme y hacer una voluntad de: “a partir de ahora, cambiaré radicalmente”.

- Hablando del 1 de Enero. ¿Propósitos de Año Nuevo, para luego no cumplirlos, sí?

- (Risas) Dejé de fumar y no fue un 1 de enero. Y ejercicio… lo hago constantemente. ¿Qué más propósitos hay? ¿Estudiar? Si quiero estudiar algo nuevo, lo hago. Me da igual si en febrero, en junio, mayo o agosto. Empezar un 1 de enero no es mi caso. O igual, es que ya lo hice yo. Me acuerdo que mi primera narración literaria, que me la publicaron en una revista en Estella cuando yo tendría 14 o 15 años, era sobre esto. Hablando de los propósitos de Año Nuevo.

Mariló Montero©GTRES

- ¿De verdad? ¡Qué gracia! 

- Sí sí. Lo tengo en casa. La Gaceta, se llamaba la revista… Quizás es que empecé muy pronto a reflexionar sobre este tema y a pedirle cosas al 1 de enero… (risas)

- Imagino que lo guardó tu madre...

- Mamá lo guardaba todo, sí. Guardaba las revistas, guardaba las entrevistas en la radio, guardaba las fotografías, guardaba los radiocasetes. Todo. Y está guardado en el piso de Estella. Mi vida en las revistas de papel, por ejemplo. A Madrid me traje mi agenda de producción, con los teléfonos de los famosos a los que llamaba: periodistas, filósofos, artistas, actores, actrices nacionales e internacionales. A boli, unos, a lápiz, rotulador, otros… En páginas agujereadas de anillas.

- Eso es bonito

- Es muy romántico. El otro día, encontré para Jenaro Castro, para la entrevista que me hicieron en En primer plano, mis cosas de Costa Rica. Y como estuve allí trabajando tres años en Univisión, tenía portadas de periódicos, de revistas… Porque yo era… La diva del jabón (risas).

- ¿Diva del jabón?

- Como yo era una estrella de la televisión, hacía los anuncios para jabones Diva (risas) Todo eso, fíjate, lo tengo en la estantería del salón. A mis hijos, a veces, me los he encontrado abriendo esos álbumes cuando he llegado a casa.

- Hace unos días, escuché a Alberto retransmitiendo en directo la Jura de la Constitución de la Princesa Leonor…

- Mira, a mí me sorprendió que cogiera esta carrera porque él es empresario y quería ser empresario. Pero me gusta ver cómo va evolucionando porque claro, además de madre, soy periodista y soy de radio y soy de televisión. Ahora, nuestras conversaciones fluyen en función de cómo hace o ha hecho las entrevistas y… ¿sabes qué? Que la mayoría de la gente a la que entrevista termina emocionandose porque Alberto estudia tanto al personaje que le arranca un capítulo de su vida que tenía medio olvidado. Y cuando él se lo hace recordar, se los mete en el bolsillo. Más que meterse en el bolsillo, se los mete en el corazón.

Mariló Montero©GTRES

- Pero Alberto siempre había renegado del Periodismo, ¿no?

- Es que para nada le gustaba este mundo.

- Y, sin embargo, lo llevaba en las venas…

- Es que lo ha vivido en casa. En realidad, no debería sorprenderme tanto ¿no? Porque no es raro que un chaval se quede con la zapatería propiedad de su padre. No es raro ver a una hija que sea actriz cuando lo era su madre. Ahora, esto tampoco te lo regala nadie. Él estudia mucho, trabaja mucho, se levanta a las 03:00 de la mañana, termina el programa a las 14:30 de la tarde, se va a hacer gimnasia. Y, después, ya está estudiando otra vez, preparando los temas del día siguiente… Y yo lo observo.

- ¿Y le aconsejas también?

- A mí, me gusta observar a mis hijos. Y lo que quieren compartir conmigo, lo hablamos, pero las decisiones las toman ellos. A mí, a veces, se me va la mano (risas). Que si la sintonía es muy corta, que si muchos agudos, que si muchos graves, que si mejor en condicional, que piensa en presente continuo. Y el me dice: “mamá, ¡que me mandas 15 folios!” (risas). O sea, que yo tengo que todavía experimentar muchas cosas como madre y él tiene que experimentar muchas cosas como hijo. Y si me consulta, yo también tengo que aprender a saber cuándo medir y contenerme a la hora de darle mi opinión. Pero también es verdad que le he dicho: “Nunca no vas a encontrar a nadie que te quiera en este planeta más que yo, pero también es verdad que te diré las cosas, que igual por eso te dolerán más”. Yo quiero que mi hijo siga siendo humilde toda la vida.

- Y Rocío, ¿cómo está?

.- Ha sacado la colección de ropa, ha sacado la de joyas y está trabajando durísimo. Sigue ganándose la vida como modelo pero, a nivel empresarial, ha sido verla crecer desde cero.

- Y en Nueva York, que no es cualquier cosa…

- Eso es, porque es muy valiente abriéndose camino allí. Es una ciudad muy fiera, muy bestia.

- ¿Conoces a tu consuegra (Maria Speranza Coquette Gardini), por cierto, ?

- Pues no, nos conocemos todavía personalmente.

- Pero ¿al novio de Rocío, a Maggio Cipriani, sí, no?

- Claro. Pero en esto, no hay prisa. Es decir, ahí soy muy prudente. Hasta que no hayan formalizado de alguna manera su relación. Para mí están viviendo…

- Una relación y ya..

- Una relación en la que entran, salen… Te diré que, cuando vienen a Madrid, él prefiere quedarse en mi casa, en casa de la madre de Rocío. Nosotros nos llevamos bien. Está cómodo. Charlamos mucho.

Mariló Montero©GTRES

- ¿Te gusta la elección de Rocío?

- Sí, me gusta. Es un hombre muy trabajador. Es de los típicos perfiles de hombre joven que, desde muy joven, ha tenido que manejar un negocio mundial. Tiene filiales en París, en Londres, en España, en Abu Dabi, en Nueva York, en Argentina, en Los Ángeles, hoteles, restaurantes… Y lo lleva todo él. También es un chaval que está, desde el punto de la mañana, trabajando y hasta el punto de la noche, pendiente. Y ese tipo de personas, a mí, también me gustan.

- ¿Cómo ves a Rocío? ¿Ella está contenta?

- Yo los veo muy bien a los dos. Pero es su vida. ¿Que va hacia adelante? Estupendo. ¿Que tiene que acabar? Pues qué bonito que ha sido.

- Y, Mariló, ¿Cómo estás?

- Yo estoy muy bien. Estoy serena, contenta, en paz. Muy libre siempre. Ahora, muy tranquila. Porque antes tenía mucha más inquietud por viajar y estar todo el día viajando. Viaja que te viaja. Pero desde la pandemia, los viajes son más puntuales. Estoy muy bien en Madrid. Yo creo que es una de las ciudades que, después de haber recorrido muchos sitios del mundo, es donde me siento en mi casa.

- ¿Qué proyectos tienes a la vista?

- Sigo con la televisión. Ahora, estoy colaborando. Esto son fases. Unas veces presentas, otras veces, estás de colaboradora. Escribo… Y también tengo la radio.

- Estas Navidades ¿Qué vas a hacer? 

- En casa. Me gusta viajar dentro de mi hogar.


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