Albarracín es un pueblo precioso, de los más bonitos de España, pero ahí al lado tiene una naturaleza extraordinaria para descubrir, la de la sierra a la que da nombre, con numerosos paisajes en los que el agua es protagonista, pues aquí nacen ríos importantes, el Tajo, el Guadalaviar (después Turia), el Cabriel…, y se concentran cañones, cárcavas, surgencias y cascadas. La de Calomarde –también llamada Batida o del Molino Viejo– es una de las más espectaculares, un conjunto de resaltes y pozas de toba caliza por las que el río Blanco, afluente del Guadalaviar, se desploma en un escenario bellísimo. La cascada principal tiene unos 10 metros de caída y durante mucho tiempo fue aprovechada para mover un molino harinero.