Las zonas más exclusivas de las grandes ciudades del mundo acogen un puñado de avenidas que son sinónimo de lujo, en donde el precio del alquiler o compra supera, y por mucho, al del resto de calles de la ciudad. En las fachadas de sus edificios, los comercios exhiben elegantes escaparates repletos de productos de alta gama a precios prohibitivos y las puertas dan acceso a los mejores restaurantes y negocios de la ciudad. Ubicarse en estas calles forma parte del prestigio de un negocio.
Cruceros de lujo para sibaritas (y soñadores)
Todas se han convertido en un reclamo para los turistas, en ocasiones deseosos de dar rienda suelta a sus tarjetas, y en otras, simplemente para dar un paseo y soñar, eso sí, con la boca abierta.