MONASTERIO DE SAN JUAN DE LA PEÑA
Aunque no está propiamente en la ruta jacobea, es una de las paradas más esperadas del Camino en Aragón. Y es que el prestigio y poder del cenobio en el Medievo era tal, que pocos peregrinos rehusaban desviarse y hacer la dura caminata hasta allí. Sobrecoge la espiritualidad y belleza de este lugar, especialmente su claustro cubierto por una inmensa roca.
La visita a esta abadía, que también sirvió como panteón real de la monarquía aragonesa o que acogió entre sus joyas el Santo Grial, se complementa con el nuevo monasterio que se levantó en el siglo XVI y se encuentra a un par de kilómetros de este.
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