Ya conocemos los resultados de la IX edición del certamen impulsado por EscapadaRural en el que se selecciona, a través de votaciones de los viajeros, a la Capital del Turismo Rural. Un galardón que pretende dar visibilidad a municipios que apuestan por el desarrollo rural sostenible y así dar a conocer nuevos destinos rurales por explorar.
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En 2025 se han registrado más de 40.000 votaciones, de las que un 24,7% han recaído en el pueblo de Jerez de los Caballeros, situado en Badajoz, a menos de media hora de la frontera con Portugal, o de otras bonitas localidades como Mérida o de la propia capital, a tan solo una hora por carretera. La segunda posición la ocupa el pueblo de Karrantza, en Vizcaya, y la tercera, Ágreda, en Soria. Les siguen otras localidades como Vielha, en Lleida; Friol, en Lugo; Zuheros, en Córdoba; Tibi, en Alicante; Navahermosa, en Toledo; Trasmoz, en Zaragoza o Valtierra, en Navarra.
La realidad es que Jerez de los Caballeros ha tenido en este 2025 un año de alegrías, porque también ha entrado a formar parte de la famosa lista de Los Pueblos más Bonitos de España, y por tanto de esta asociación, lo que confirma su posición como una de las mejores escapadas rurales en España.
JEREZ DE LOS CABALLEROS, EN LA RUTA TEMPLARIA
Tierra de Frontera esta de Badajoz, a la que apenas separan unos pocos kilómetros con la vecina Portugal. Una situación geográfica que hace que es localidad, junto a otras como Olivenza o Alconchel, cuenten con una apasionante historia. Hoy, para conocerla, puedes recorrer la llamada ruta templaria y descubrir así ciudades blancas y tranquilas que guardan un gran patrimonio monumental, donde fortificaciones y murallas conviven con iglesias, conventos y palacios.
Jerez –la extremeña– se distingue perfectamente a la distancia gracias a las recortadas siluetas de las torres barrocas de sus iglesias recortadas sobre el azul del cielo. Con más de 60 metros de altura, construidas en ladrillo y con ricos ornamentos de cerámica vidriada que juegan con los rayos de sol al amanecer o el atardecer, destacan en la distancia.
Para buscar su época de mayor esplendor hay que hacerlo allá por el siglo XIII, cuando fue una de las capitales de la orden del Temple. De este legado conserva la muralla, la alcazaba y la iglesia de San Bartolomé.
Su enorme fortaleza se levanta sobre una antigua alcazaba árabe y es el mejor ejemplo de este esplendor templario, con su recinto amurallado y numerosos torreones, entre los que destaca la Torre Sangrienta, cuyo nombre se debe una leyenda medieval asociada a los caballeros templarios. Fue en el siglo XIX, cuando el papa Clemente V ordenó la disolución de la orden del Temple y el rey, Alfonso XI, mandó apresar a los templarios en sus fortalezas. En Jerez de los Caballeros se negaron a rendirse y se refugiaron en la torre de la iglesia de San Bartolomé. El ejército del rey asedió la torre y, dicen, que los caballeros fueron ejecutados allí mismo. La sangre corrió por las escaleras hasta teñir sus muros, de ahí este peculiar nombre.
Para conocer Jerez de la Frontera hay que pasearla. Las calles y callejuelas de esta localidad se recorren sin prisas, aquí nadie las tiene, y se van descubriendo a cada paso iglesias, conventos, palacios y casonas señoriales levantadas por la nobleza.
Entre los imprescindibles en tu visita:
- Las iglesias de Jerez de los Caballeros: las de San Bartolomé, Santa María de la Encarnación –la más antigua–, San Miguel Arcángel y Santa Catalina destacan por sus torres barrocas.
- La torre Sangrienta: entre los numerosos torreones de la fortaleza de Jerez, levantada sobre la antigua alcazaba árabe, esta torre es el mejor ejemplo del esplendor templario.
- Palacios de Jerez: la ciudad posee un interesante catálogo de casas señoriales construidas por la nobleza jerezana a partir del siglo XIV: la Casa del Sol, el palacio de Guzmán Sotomayor, el de los marqueses de San Fernando, el de Rianzuela, el Solar de los Condes de la Berrona, la casa natal de Vasco Núñez de Balboa o las antiguas casas consistoriales de la Plaza de España.
- Dolmen de Toriñuelo: a pocos kilómetros a las afueras, en la carretera de Zafra, se encuentra este sepulcro megalítico de época calcolítica que merece una visita.
