Más allá del Dublín clásico: los mejores pubs, museos y parques de la capital irlandesa


Aunque en la capital irlandesa sea imposible estar a menos de cincuenta metros de un pub y de un músico callejero, tiene mucho que ofrecer además de los tópicos: hospitalidad, diversión, cultura, naturaleza y tradición literaria.


Calle llena de pubs en Dublín, entre ellos Temple Bar, el más famoso de la ciduad© Alamy Stock Photo
22 de octubre de 2025 - 18:41 CEST

Una vez Julia Roberts salió a cenar en Dublín y al llegar a casa llamó a un amigo y le dijo: «No te vas a creer quién estaba esta noche en el restaurante Coppinger». Ante la negativa de él, Roberts añadió: «Katy McGuinness, ¡la crítica del Irish Independent. Con ese humor lo contó la propia Katy en su crónica gastronómica, en la que hablaba de cómo la actriz escogía la mesa más escondida de su nuevo restaurante favorito. Basta esta anécdota para ilustrar ese proverbio irlandés que dice «que el camino salga a tu encuentro». Dublín resulta ideal para ponerlo en práctica, porque al encuentro del viajero aparecen continuamente excusas para que su curiosidad no se vea saciada

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© Gareth McCormack

Además de lúdica, la capital irlandesa puede ser culta, burbujeante, verde, orgánica y, por supuesto, musical. Una encuesta realizada por la revista Time Out el pasado año declaró la céntrica Capel Street como una de las calles más cool del mundo. En esta reconocida arteria comercial que empieza nada más cruzar Grattan Bridge conviven sastrerías abiertas desde 1908 como Louis Copeland & Sons, modernas cafeterías como Brother Hubbard, pubs tradicionales como J. McNeill’s, el restaurante «secreto» White Rabbit, escondido entre los pasillos de la parte trasera del supermercado Super Asia Foods, o el bar de cócteles 1661, que se antoja un complemento perfecto a la coctelería más reputada del Dublín de hoy: Farrier & Draper. Palabras mayores. 

© Peter Varga
EPIC Irish Emigration Museum

Aunque Dublín se esté consolidando como un hub internacional, dos aspectos siguen definiendo su identidad: la enérgica personalidad y su eterno sentido de la hospitalidad, algo que se aprecia bien en el nuevo museo de la emigración, Epic, fascinante paseo por la historia irlandesa en modo interactivo y también por la visita guiada al barco varado en el muelle de enfrente, la réplica de The Jeanie Johnston, una embarcación que explica la historia de Irlanda a través del recuerdo de quienes huyeron en sus camarotes rumbo a América escapando de la hambruna entre 1845 y 1852. 

El barrio de The Liberties quizás sea el que mejor refleje ese nuevo espíritu de Dublín en el que caben la arquitectura tradicional y zonas verdes, la tradición y la innovación. Ahí están, por ejemplo, el Digital Hub (centro de empresas tecnológicas) y la Guinness Storehouse, la fábrica de cerveza fundada por Arthur Guinness en 1759. También está la cárcel de Kilmainham, hoy reconvertida en museo, lugar clave en la historia de Irlanda y escenografía de tantas películas –En el nombre del padre, Michael Collins…– y Phoenix Park, uno de los parques públicos más grandes de Europa.

© Enda Cavanagh
© Andres Poveda

La prodigiosa biblioteca Marsh, abierta en 1707, se oculta tras la catedral de San Patricio (atención al rastro que se despliega ante ella los domingos), en cuyo interior sagrado se ilustraron gigantes de la literatura irlandesa como Jonathan Swift, Bram Stoker o James Joyce. Quien quiera probar el donut de crema de manzana solo podrá hacerlo en Catherine’s Café & Bakery, en Meath Street, otro clásico de este barrio emergente.

Estudio de Francis Bacon

Entre los numerosos museos que ofrece Dublín conviene destacar un par con espacios íntimos dedicados a dos irlandeses determinantes en la historia del arte y del diseño del siglo XX: Francis Bacon, cuyo impresionante estudio de 24 metros cuadrados en el que trabajó durante los últimos 30 años de vida, situado originalmente en Londres, ha sido trasladado milímetro a milímetro a la Hugh Lane Gallery de Dublín, su ciudad natal, y por otro, Eileen Grey, presente en el Museo de Artes Decorativas e Historia. La sala permanente, dedicada a su figura, es una absoluta inmersión en el mundo propio de una diseñadora avanzada a su tiempo, una irlandesa que vio venir la modernidad y creó obras icónicas como la multifuncional mesa E-1027, tan buscada en las subastas de arte.

En cualquier caso, uno no puede irse de Dublín sin recorrer Essex Street. No solo porque aquí se encuentre uno de los pubs más famosos del mundo, como es el Temple Bar, sino porque en ella, además de fachadas y tiendas pintorescas, se encuentra Indigo and Cloth, reducto de buen gusto y modernidad en el lenguaje de la moda.

Oscar Wilde House

EL APUNTE EXPERTO:

  • La visita de la Oscar Wilde House de la mano de su director creativo, Martin Burns, permite conocer en profundidad la vida y obra de uno de los grandes intelectuales irlandeses. En 2025 se conmemora el 125 aniversario de su muerte.
  • Como hacía Leopold Bloom, protagonista del Ulises de James Joyce, hay que ir al Dave Byrnes y probar el mismo sándwich de gorgonzola, parada obligada en el Bloomsday. 
  • Frente a St Stephen’s Green, el parque más querido por los dublineses, se halla el MoLI (Museo de la Literatura de Irlanda), cuyo café, The Commons at MoLI, es muy celebrado por el público local a la hora del lunch, donde nunca falla la Reuben Toastie (tosta de pastrami).
  • Para escuchar música tradicional cualquier día de la semana en un auténtico pub irlandés nada como Cobblestone, en la zona de Stoneybatter.
  • Ahora que Dublín es un laboratorio de innovación tecnológica florecen propuestas sostenibles como la del Iveagh Garden Hotel, que abrió sus puertas en 2018 con la intención de tener la menor huella de carbono que cualquier otro establecimiento de Europa. Es uno de los primeros hoteles de Europa 100% sostenibles.
© Gareth McCormack
Jardín del Museo de la Literatura de Irlanda

MUY PRÁCTICO

Dónde dormir

Muy cerca de la National Gallery, el Trinity College y la famosa Grafton Street se encuentra el céntrico The Alex (thealexhotel.ie). Más moderno en cuanto a diseño es The Mayson Hotel (themayson.ie), otra opción de cuatro estrellas en el centro de la ciudad. En la lista de Tripadvisor de los mejores hoteles de Irlanda en 2024, The Mont (themonthotel.ie) representa mejor que ningún otro la tradición transformada en modernidad dando la razón a su eslogan 'Old School New Cool'. Quien busque algo más victoriano, nada como The Wilder Townhouse (thewilder.ie), exquisita combinación de patrimonio e historia en una preciosa casa de ladrillo rojo con terraza ajardinada cerca de St. Stephens Green.

© Fionn McCann

Dónde comer

El clásico speakeasy (bar clandestino) subterráneo de Dublín es The Blind Pig (theblindpig.ie), cuyo ambiente desenfadado y acogedor combinado con comida de calidad y cócteles se acerca a lo que se imaginó antes de entrar. A finales de julio de 2024, Coppinger (bereenbrothers.com/coppinger) reabrió sus puertas con una nueva cara y la misma excelente oferta de bistró en el corazón de la ciudad. Recomendado por la Guía Michelin, Mae (maerestaurant.ie) propone cocina irlandesa moderna y de temporada en Ballsbridge, en la zona 4 de Dublín. Para quien no pueda estar lejos de casa sin comer pasta, Grano (grano.ie), probablemente el mejor restaurante italiano de la ciudad. Más innovador y partidario de una nueva tipología de bistró y vinoteca es el discreto y familiar Note (notedublin.com). The Fumbally (thefumbally.ie) es una bakery muy contemporánea en la que se puede comprar el pan y comer dulces y sándwiches de calidad, y Farrier & Draper (farrieranddraper.ie), la coctelería del momento, verdadero place to be en el que también se sirven comidas.

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