En diálogo constante entre dos épocas, la localidad británica es una prueba de que la Revolución Industrial no es una reliquia, sino que su arquitectura y su historia son el cimiento de su identidad actual. Antiguos barrios obreros, gigantes textiles, centros de comercio e incluso una casa de baños, una iglesia o unos almacenes han conservado sus fachadas e incluso parte de sus interiores, algunos remodelándose, otros incluyendo modernas estructuras que los complementan y que permiten adaptarlos a las necesidades actuales. Unos y otros son la huella de la importancia que llegó a tener Manchester a nivel mundial con su industria, además de una recuperación que devuelve al pueblo parte de lo que él mismo levantó. Una ruta por sus distintos barrios permite empaparse de una era pasada de gran esplendor que ahora es hogar de museos, restaurantes y espacios de ocio.
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Ancoats, alma textil
Considerado como el primer suburbio industrial del mundo, este epicentro de la Revolución Industrial pasó de ser un denso paisaje de fábricas de algodón impulsadas a vapor a una zona en decadencia a partir de los años 30, una situación agravada por la Segunda Guerra Mundial. Sus molinos quedaron abandonados y en ruinas hasta que a finales del siglo XX se designó como área de conservación, lo que vino de la mano de una regeneración que tuvo un respeto íntegro por su patrimonio.
Ahora, el complejo de Murray’s Mills es una pieza central de la historia de Ancoats. El primer molino del complejo, construido en el siglo XVIII, es la fábrica de hilado de algodón a vapor urbana más antigua que se conserva en el mundo. El complejo era tan grande que incluso tenía un brazo de canal privado que se conectaba con el Canal de Rochdale, permitiendo la entrega de carbón y algodón. Ahora, este y otros edificios que se abandonaron en los años 50 componen un entramado residencial que ahora se considera uno de los barrios más cool de Manchester.
Restaurantes de alta cocina, como el único estrella Michelin de Manchester, Mana (manarestaurant.co.uk); cafeterías y otros negocios se ubican en sus plantas bajas, con su robusta arquitectura de vigas de hierro, ladrillo visto y grandes ventanales. Como epicentro, la Cutting Room Square, su plaza central, se rodea de antiguos gigantes textiles mientras sus bancos imitan las balas de algodón y cinco monolitos muestran fotografías del artista residente de Ancoats, Dan Dubowitz. Presidiendo la plaza, se alza también la Halle St. Peter’s, una iglesia neogótica construida en su día para la comunidad obrera y que se ha transformado –y ampliado– en un espacio dedicado a la música.
Northern Quarter, almacenes del mundo
Mientras en Ancoats se producía, el barrio adyacente funcionaba como lugar de almacenamiento y venta al por mayor. Los imponentes almacenes de ladrillo y hierro fundido que flanquean sus calles perdieron su propósito original con el declive de la industria, pero las últimas décadas han traído un aire moderno al lugar. Los almacenes de Oldham Street, Dale Street y Tib Street recogen el carácter colectivo de la zona, con una arquitectura funcional y diseñada para el comercio que ha permitido acoger sin dificultad negocios como Afflecks.
El antiguo gran almacén victoriano Affleck & Brown, de 1860, es conocido actualmente como la meca del mercado alternativo en la ciudad, lleno de vendedores independientes, negocios y jóvenes emprendedores. Este laberinto de pequeñas tiendas de todo tipo es el centro de la contracultura de Manchester, donde conseguir desde camisetas de segunda mano hasta cómics, artesanía, pasando por una lectura de mano o un tatuaje.
Al igual que en Ancoats, las plantas bajas de los antiguos almacenes se han reconvertido, acogiendo tiendas de discos o restaurantes de cocinas de todas partes del mundo tras fachadas con detalles que recuerdan su pasado, como antiguas poleas de carga o grandes vigas de hierro en su interior.
Castlefield, una red de transporte
La cuna certificada de la Revolución industrial de Manchester fue el nexo de la primera red logística del mundo. Aquí terminaba el primer canal industrial de Gran Bretaña, el Bridgewater, y también partía desde aquí la línea de Liverpool and Manchester Railway, el primer ferrocarril interurbano de paisajes del mundo. Sin embargo, el declive de estos métodos de transporte dejó la zona en abandono hasta 1982, cuando fue declarada Parque de Patrimonio Urbano.
Ahora esta zona de canales rodeada de casas victorianas pero también modernos apartamentos y antiguos almacenes reconvertidos, es perfecta para observar sus tradicionales barcos, atracados frente a pubs tan auténticos como The Warf (brunningandprice.co.uk/thewharf) donde resguardarse de la lluvia y beber una buena pinta o disfrutar de una carta completa en un ambiente agradable. Para redondear, a pocos pasos se encuentran las ruinas del fuerte romano y la fortaleza reconstruida de Mamucium, rodeadas de un precioso parque donde relajarse entre vestigios de diferentes épocas.
En este barrio se encuentra la estación de Liverpool Road, un complejo de edificios de 1830 que ahora es el hogar del Museo de la Ciencia y la Industria. Considerada la estación de pasajeros más antigua del mundo construida para tales efectos, acoge también el almacén anexo de la misma época. Cuando la estación cerró, el edificio funcionó como depósito de mercancías, pero curiosamente el Greater Manchester Council consiguió comprarlo por una libra e inaugurar allí el museo en 1983.
Pero el paisaje de la zona está condicionado por los grandes e imponentes viaductos de ladrillo que cruzan su cielo. Uno de ellos, el Castlefield Viaduct, fue construido en la era victoriana y transformado en los últimos años por el National Trust en un parque elevado, un proyecto que ha convertido esta pieza de infraestructura industrial en un jardín urbano que no solo ofrece una nueva perspectiva verde de la ciudad roja, sino también un paseo por su patrimonio.
Salford Quays, muelles y escaparates
Las antiguas dársenas industriales inauguradas en 1984 por la reina Victoria eran los muelles más grandes de los Manchester Docks. Ubicados al final del Manchester Ship Canal, en su apogeo convirtieron la ciudad en el tercer puerto más activo de Gran Bretaña. La llegada de los contenedores y el tamaño limitado de los buques para el canal hicieron que quedase en desuso a finales del siglo XX.
Los muelles abandonados fueron adquiridos por el ayuntamiento para iniciar uno de los proyectos de regeneración frente al mar más ambiciosos de toda Europa. Así, el muelle 8 está ahora ocupado por The Lowry, un centro de artes escénicas y galerías con un exterior de acero y vidrio que alberga dos teatros y la mayor colección pública de obras del artista local que le da nombre, justo frente al lugar donde antes atracaban los barcos de mercancías.
En el lado de Trafford Park, el Imperial War Museum North se ubica en el antiguo enclave de un silo de grano Hovis que fue destruido en el Blitz de Manchester. En este área, que fue centro industrial clave para la Segunda Guerra Mundial y fuertemente bombardeada durante esos años, el conflicto fue la inspiración para el edificio, el primero en el Reino Unido del arquitecto Daniel Libeskind, diseñado para evocar un globo terráqueo hecho añicos con tres fragmentos que representan la guerra en la tierra, en el aire y en el agua.
Cerca, en el Muelle 9, la construcción del MediaCityUk, sede de importantes corporaciones de medios como la BBC y la ITV, transformó directamente un muelle industrial en un centro para las industrias creativas y digitales, consolidando la nueva identidad de la zona. Caminar por el moderno paseo marítimo y cruzar el puente peatonal del Milenio es presenciar un paisaje donde el agua - descontaminada para revitalizar el ecosistema -, la guerra y la industria forman una historia a la que la vanguardia rinde homenaje.
Explorando otros barrios
Más allá de estos icónicos barrios, la ciudad también está salpicada de retazos de su historia industrial que han soportado el paso del tiempo y la modernidad. En el City Centre, un grandioso edificio guarda la memoria del esplendor del comercio global: el Royal Exchange, construido en 1874. En su interior se encuentra el Great Hall, que fue la sala de comercio más grande del mundo, donde hasta 11.000 comerciantes se reunían para negociar con textiles. En 1973, tras años de abandono, fue adquirido por una compañía de teatro que lo transformó en el Royal Exchange Theatre, sumando a su opulencia victoriana una estructura teatral de vanguardia que no ha ocultado el tablero original con los precios de cierre del último día de cotización.
Otra joya del centro es The Printworks, un imponente edificio de fachada de piedra que fue en su día el epicentro del periodismo del norte de Inglaterra. Inaugurado en 1929, albergó una de las mayores imprentas de periódicos de Europa. Tras su decadencia vino el renacimiento, también necesario tras el atentado de 1996 que lo destruyó en gran parte. Completamente vaciado, tras su fachada hay un moderno complejo de ocio, con las pantallas IMAX más grandes del país, restaurantes y locales. En su pasillo central, una enorme pantalla digital crea una atmósfera inmersiva que deja atrás su historia industrial.
Hace falta acercarse hasta Spinningfields, a orillas del río Irwell, para conocer el interesante People’s History Museum, un edificio eduardiano de ladrillo rojo con una ampliación de cinco pisos revestida de acero que supone un ejemplo arquitectónico brillante de conjunción de épocas. La antigua construcción corresponde a la antigua estación de bombeo hidráulico de la ciudad, que quedó obsoleto con la llegada de la electricidad y que hoy explora la historia de la democracia y los derechos de los trabajadores.
En el extremo del barrio de Mayfield se encuentra el Mayfield Depot, un colosal vestigio industrial inaugurado en 1910 que se convirtió en un gigantesco depósito de paquetería para la Royal Mail. Los vastos espacios abiertos, los techos abovedados de ladrillo y las hileras de columnas de hierro ahora acogen uno de los espacios culturales y de eventos más espectaculares de Europa, rodeado del primer parque público nuevo del centro de la ciudad en más de un siglo.
Por último, alejándose de la ciudad hacia Oxford Road y la zona de las facultades universitarias, se encuentran los apartados Victoria Baths, con más de un siglo de historia. Apodado "palacio del agua para el pueblo", fue construido para ofrecer a las familias sin agua corriente en casa instalaciones de baño, natación y lavandería de primera clase. El edificio fue diseñado sin escatimar en gastos, con una decoración interior asombrosa que incluye vidrieras, elaborados azulejos de terracota y suelos de mosaico. Tras su cierre en 1993, se enfrentó a la demolición, pero fue salvado gracias a una apasionada campaña comunitaria que lo ha transformado en un centro cultural donde se organizan eventos como mercados, festivales, exposiciones e incluso bodas.