CON SABOR EXTREMEÑO

Qué ver en Trujillo: uno de los pueblos más bonitos de España


En torno a la Plaza Mayor gira la vida de esta animada ciudad extremeña, perfecta para pasar 24 horas en ella. Te damos las pistas de lo que puedes hacer.


Plaza Mayor de Trujillo, Cáceres© Alamy Stock Photo
2 de octubre de 2025 - 7:30 CEST

Trujillo es una escapada de diez desde la ciudad de Cáceres, de la que queda a 45 kilómetros. Tiene una larga historia que contar, castillo, museos y una de las plazas mayores más bonitas de España. Una fecha cambió el rumbo de su devenir: 1478, cuando vio nacer a Francisco Pizarro, conquistador de Perú. Su leyenda, poder y riqueza convertirían la ciudad en un mito de la aventura americana. De aquí partieron decenas de trujillenses que escribieron a lo largo del siglo XVI algunas de las páginas más memorables de la historia de la América hispana. Tanto esfuerzo mereció la pena porque, al cabo de los años, al amparo de algunos apellidos memorables, Trujillo acabaría convirtiéndose en una de las ciudades más monumentales de Extremadura. Mucho por descubrir entonces en esta ciudad cacereña, tierra de conquistadores, de buena gastronomía y con un sorprendente entorno natural. 

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© © Mehdi33300
La iglesia de San Martín y la estatua de Pizarro presiden la Plaza Mayor, desde la que se ve el castillo en lo alto.

QUÉ VER EN TRUJILLO

LA PLAZA MÁS BELLA DE ESPAÑA

Todas las callejas estrechas y empedradas de Trujillo llevan a la plaza Mayor, una de las más bellas de España, síntesis de la ciudad épica. Antes de tener su configuración asimétrica actual fue arrabal, barrio de mercaderes y primitiva judería. Fue también escenario de mercados medievales, de juegos, autos y justas hasta que a mediados del XVI, bajo los influjos del Renacimiento, empezaron a levantar a su alrededor las grandes casas palaciegas que hoy la enmarca. Fue entonces cuando sus bajos se hicieron soportales y se remozó la iglesia de San Martín, en una ubicación dominante y con una airosa espadaña que se asoma intencionadamente a la plaza, mostrando un reloj que marca la hora oficial de la ciudad. A sus pies está la estatua ecuestre de Francisco Pizarro, obra en bronce del escultor americano Carlos Rumsey. No podía tener mejor emplazamiento el monumento.

© Alamy Stock Photo
Palacio del Marqués de la Conquista, en la Plaza Mayor.

A la plaza se asoma el palacio de los Duques de San Carlos, frente a la puerta de Limas, al lado del palacio de los Marqueses de Piedras Albas, erigido sobre los soportales del Pan. Pero el más importante de todos es el del Marqués de la Conquista, promovido por Hernando Pizarro, hermano del conquistador de Perú. Es un soberbio monumento plateresco cuyo balcón esquinado es síntesis del mejor arte extremeño. En él está esculpido el escudo de Carlos I, cuya utilización autorizó el emperador en 1537.

Hay otros edificios notables en este espacio, como la Casa de las Cadenas o el palacio de los Chaves-Orellana. Pero hay, sobre todo, un ajetreo continuo, un ir y venir que imprime vida a la plaza, terrazas concurridas de vecinos y turistas, tiendas de artesanía, de recuerdos y productos gastronómicos de las comarcas de Cáceres.

© Alamy Stock Photo
Santa María la Mayor es uno de los principales ejemplos del gótico-mudéjar en Extremadura.

La plaza Mayor, además, está abierta a un puñado de calles por las que seguir el paseo descubriendo otros palacios, los que levantaron erigidos los Bejarano, los Chaves y los Altamiranos, hijos de la América colonial que hicieron fortuna y regresaron a casa para hacerla crecer. La ciudad intramuros también guarda memoria de viejas iglesias, como la de Santa María la Mayor, uno de los principales ejemplos del gótico-mudéjar en Extremadura y cuyos pilares toman asiento sobre la desaparecida mezquita aljama. 

© Jose Ignacio Soto - stock.adobe.com
Un camino de ronda permite recorrer el perímetro del castillo.

EL CASTILLO

Cuando uno se aproxima a Trujillo por la carretera, se ve la villa coronada por una alcazaba árabe, construida en tiempos del emirato omeya de Córdoba, aunque antes que fortaleza andalusí fue campamento romano. Después de ver el pueblo hay que acercarse a ella y completar el camino de ronda que circunda su perímetro amurallado, salpicado por torreones y almenas. Desde sus alturas, la vista de los campos de Extremadura es impagable. Las murallas, que en otro tiempo aprisionaron la ciudad, dan paso por cuatro puertas. Ante la alcazaba quedaron rendidos los productores de HBO, que la eligieron como set de rodaje en la serie Juego de Tronos en su séptima temporada.

© Alamy Stock Photo
Calle empedrada del centro histórico al anochecer.

LOS MUSEOS

Pero hay que seguir descubriendo la historia de Trujillo y obligado para entenderla será pasar por el Centro de Interpretación de la Historia de la Ciudad, ubicado en la Torre del Alfiler, uno de los edificios más singulares del centro histórico. También de interés es el Museo de la Coria (fundacionxavierdesalas.org), ubicado en el antiguo convento de San Francisco el Real y transformado en un centro cultural y museo que alberga una colección de arte y objetos históricos dedicadas a explorar la vinculación de Extremadura y América, con especial énfasis en la conquista del Nuevo Mundo. 

LA CASA-MUSEO DE PIZARRO

Para conocer la historia del hijo más ilustre de Trujillo hay que visitar la casa en la que nació el famoso conquistador. Aunque la vivienda original ha sufrido múltiples reformas a lo largo de los siglos, conserva elementos arquitectónicos del siglo XV que permiten imaginar cómo era aquella época y los grandes acontecimientos históricos que marcaron su vida y legado. En su interior se exponen objetos, documentos y reproducciones relacionadas con él, así como detalles sobre la conquista del Imperio inca y la expansión española en América.

Alberca es un homenaje a la tradición culinaria extremeña con un enfoque contemporáneo y emocional.
© @restaurantealberca
El chef Mario Clemente quien lidera la evolución de Alberca.

DÓNDE COMER

Situado en el antiguo palacio de Piedras Albas, el Asador Corral del Rey es todo un referente en la ciudad. Su carta refleja una cocina sencilla, directa y de intensos aromas gracias a la gran despensa de productos de las tierras extremeñas. Es un placer degustar un recetario interminable maridado con vinos regionales. Para los que quieren algo más de modernidad, Meseguera (meseguera.com) es una buena elección. Y con un sol en la guía Repsol, Alberca (restaurantealberca.com), con un menú en torno al fuego y sus brasas.

© Paradores

DÓNDE DORMIR

El Parador de Trujillo (parador.es) se ubica en el antiguo convento de Santa Clara. Conserva el ambiente de paz y sosiego que le imprime su estructura conventual y tiene un buen restaurante para probar gastronomía local. Si prefieres un alojamiento rural, El Patio (elpatioat.com) ofrece apartamentos perfectamente equipados y con preciosas vistas a la plaza Mayor desde sus balcones o desde la terraza ubicada en la última planta del edificio rehabilitado.

QUÉ HACER CERCA DE TRUJILLO

© @bodegashabla
Bodegas Habla se ubica en un vanguardista edificio premiado.
© @bodegashabla
Caballos de pura raza junto al viñedo.

UNA CATA EN BODEGAS HABLA

El sueño de una familia cacereña de crear vinos únicos e internacionales en Extremadura se ha hecho realidad en Bodegas Habla (bodegashabla.com), un vanguardista y premiado edificio rodeado de 200 hectáreas de viñedos, a solo 8 kilómetros de Trujillo. Además, de la magia que sucede en las vides, el entorno es hogar de aves migratorias y especies autóctonas que encuentran en el viñedo un refugio natural. El paisaje se comparte con una de las mayores yeguadas de pura raza española y una ganadería de vacuno que apuesta por una crianza ecológica y sostenible. La experiencia enoturística que ofrecen permite recorrer los viñedos, descubrir el proceso de elaboración y conocer cómo se combina la tradición con la innovación. Durante la visita, se degustan tres de sus vinos más representativos, acompañados de explicaciones sobre aromas, sabores y maridajes (30 €).

© Getty Images
Panorámica de Trujillo, rodeado de un paisaje protegido.

EL BERROCAL

Visitar El Berrocal, a pocos kilómetros de Trujillo, es adentrarse en un paisaje protegido único, salpicado de imponentes moles de granito que emergen del terreno como esculturas naturales. Entre estas formaciones rocosas se despliega la dehesa, un mosaico de pastos y encinas que ha alimentado durante siglos la rica ganadería de la comarca.

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