Claustro del monasterio de San Pedro el Viejo, Huesca© Andrés Campos

ARAGÓN

10 maravillas de la ciudad de Huesca que te harán preguntarte por qué no has ido ya

En la capital oscense hay cosas viejísimas: ruinas romanas, un monasterio románico, unos ultramarinos de 1871... Y otras modernas a más no poder: arquitectura de Moneo, un museo de matemáticas y dos templos para gourmets de cinco mesas cada uno.


16 de mayo de 2025 - 7:45 CEST

Huesca es una de las ciudades menos visitadas de España. Será porque solo llega un AVE al día –los demás son trenes regionales–, porque a la gente no le da la gana ir o porque piensa –craso error– que no puede haber ninguna maravilla. Y hay estas 10: 

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María Jesús Sanvicente, propietaria de la tienda de ultramarinos La Confianza, Huesca© Andrés Campos

LA TIENDA DE ULTRAMARINOS MÁS ANTIGUA DE ESPAÑA

En La Confianza (ultramarinoslaconfianza.com) todo se vende a granel, como si fuera un moderno espacio destinado a la compra sostenible y al consumo responsable. Pero de moderno, este comercio no tiene nada. En 1871, en la plaza de Luis López Allué, la Mayor de Huesca, abrió sus puertas esta tienda de ultramarinos que se conserva igual que entonces, con los cajones rebosantes de legumbres y especias, el suelo de baldosas hidráulicas y los bodegones que pintó en el techo León Abadías. Es la más antigua de España y la quinta de Europa. Para admirarla con calma, hay una barra donde se puede tomar una cerveza o lo que sea, mientras María Jesús Sanvicente, la propietaria, cuenta la historia interminable de la casa sin dejar de trocear el bacalao. La cizalla que usa está tan afilada, de tanto cortar, como lo estaba la máquina favorita de Robespierre. Podría figurar en un museo al lado de la guillotina francesa, de lo antigua que es.

© Andrés Campos

SAN PEDRO EL VIEJO Y RAMIRO II ‘EL JARDINERO’

Un poquico más antiguo que La Confianza, del siglo XII, es el cercano monasterio de San Pedro el Viejo (sanpedroelviejo.com). Se trata de uno de los conjuntos más importantes del románico aragonés, con un claustro de capiteles historiados embobador y un panteón real donde yacen Alfonso I El Batallador y Ramiro II El Monje. Este Ramiro fue monje, abad, obispo y, ya talludito, rey de Aragón. Y también jardinero: arrancó las malas hierbas de su reino degollando a un montón de nobles levantiscos. Les dijo que vinieran a palacio a admirar una campana enorme que guardaba en una sala y dentro no había nada: solo las cabezas sangrantes de los que habían entrado antes, colgando como badajos. La sala de la Campana del antiguo Palacio de los Reyes de Aragón aún se conserva y forma parte del Museo de Huesca (museodehuesca.es).

© Andrés Campos

PAJARITAS DE METAL, DULCES Y DE ADORNO

“Fetiche infantil, símbolo del perdido jardín de las delicias, icono fijado para siempre en la fervorosa nostalgia”: así piropeaba el cineasta oscense Carlos Saura a las pajaritas del parque Miguel Servet. No son de papel. Son de metal. Y llevan aquí, en la fuente de las Pajaritas, desde 1929. Son el símbolo de la ciudad. Y el primer monumento del mundo inspirado en los plegados de papiroflexia, 30 años anterior a la grulla de la Estatua a los niños de la bomba atómica de Hiroshima. Estas dos pajaricas es como si tuvieran alas porque, además de en el parque Miguel Servet –el principal de Huesca–, se ven en muchas partes de la ciudad. En el Museo de Huesca (museodehuesca.es) hay una sala dedicada a Ramón Acín, el artista que las diseñó, donde se exhiben unas de pequeño tamaño que fueron el germen del monumento. En la pastelería Loa (pastelerialoa.com) hacen pastas de té con chocolate con forma de pajarita. En la joyería Benjamín Ara (joyeriabenjaminara.es) las diseñan de cobre. En Carita Bonita (caritabonita.es) venden tote bags con las icónicas pajaritas… Están por doquier. 

© @lillaspastiahuesca
© @lillaspastiahuesca

COMER EN EL TEMPLO DE LA TRUFA

Justo detrás de Casino modernista, donde nació hace 30 años, se encuentra el restaurante Lillas Pastia (lillaspastia.es), considerado por los gourmets como el templo de la trufa. ¿De qué trufa? ¿De la de chocolate? No, en Huesca son muy dulceros, pero la que se come con fruición en este local de Carmelo Bosque es la de tierra, la negra, un hongo al que por su color y su rareza se conoce como “el oro negro de Aragón”, pues esta es la región donde más y mejor se da. En temporada –de noviembre a marzo–, el menú de trufa la incluye hasta en el postre: panna cotta, chocolate y trufa, por ejemplo. El resto del año, el que nunca falta y nunca falla es el arroz cremoso de trufa. 

TATUAJES, MOÑOS GÓTICOS Y CERDOS FELICES

Otro día, porque el mismo sería un empacho y una ruina, hay que comer en Tatau (tatau.es), un restaurante de decoración y camareras de estética gótica que está a tiro de horquilla –como las que llevan las susodichas en sus altos moños– de la plaza de Luis López Allué, en pleno centro. Aquí Tonino Valiente deja estupefactos con sus tatuajes y sus platillos a los pocos comensales. Solo hay un menú cerrado de 87 € que depende de lo que haya cada día en el mercado y algún plato de caza sostenible de proximidad en otoño e invierno. Lo que hay siempre es lo mejorcito de Huesca: aceite de oliva verdeña de Loscertales, carne de cerdos felices del valle pirenaico de La Fueva, truchas de El Grado… Tatau tiene aire de gastrobar, con una barra alrededor de la cocina abierta y solo cinco mesas altas. El mismo número de mesas que tiene Lillas Pastia y la misma distinción: una estrella Michelin. Las de Huesca deben de ser las estrellas Michelin más exclusivas del planeta, las que disfrutan menos personas cada día.

© Andrés Campos

LOS MEJORES CHOCOLATES DE ESPAÑA

Los que hace y vende Raúl Bernal en Lapaca (bylapaca.com) no son los mejores chocolates porque lo digamos nosotros. Son los más premiados. Raúl ha sido reconocido como mejor maestro chocolatero de España en dos ocasiones –2011 y 2023– y como mejor pastelero de obrador en 2025. El mejor bombón artesano de España en 2023 fue también obra suya: una delicia de chocolate blanco con forma de limón que contiene esta fruta –un 10%–, avellana –11%–, yuzu –6%– y 15 ingredientes más. Cada bombón cuesta casi tres euros. Y los vale. La tienda, muy moderna y muy mona, está en la calle del Alcalde Emilio Miravé, 14, a 20 minutos de paseo desde el centro. Tendría que estar a cinco horas de paseo para quemar las 2.000 calorías que apetece consumir. 

© Andrés Campos
© Andrés Campos

DONDE LAS MATEMÁTICAS SE APRENDEN JUGANDO

A seis kilómetros del centro, junto al Planetario de Aragón (planetariodearagon.com), se halla el Museo de Matemáticas, uno de los seis que hay en Europa. Aquí se pueden tocar las matemáticas y aprender jugando. ¿Cómo? Pues, por ejemplo, uniendo las 250 piezas de madera de la Cúpula de Leonardo sin usar un tornillo, solo con las manos. En el vecino planetario, cuatro potentes telescopios, una cúpula con equipos de proyección full-dome y un simulador 4D permiten viajar cómodamente sentados de una punta a otra de la Vía Láctea o, como la llaman los maños, la Carrera de San Chuan.

© Andrés Campos

ARTE, NATURALEZA Y ARQUITECTURA DE MONEO

Otro lugar que uno no espera encontrar en la vetusta Huesca, que tiene 6000 años, es el Centro de Arte y Naturaleza CDAN (cdan.es), que se aparece reluciente, rodeado de un viñedo, a las afueras de la ciudad, junto a la carretera de Ayerbe (A-132). Comparado con San Pedro el Viejo o con los ultramarinos La Confianza, es un chaval de 19 años –fue inaugurado en 2006–, un jovenzuelo al que ha vestido el arquitecto Rafael Moneo con un edificio ondulado y fluido que el primer y el último sol hacen de oro y que alberga exposiciones temporales en torno a la temática arte, naturaleza y paisaje. Del 17 de mayo al 2 de noviembre acoge una sobre el paisajista y jardinero Gilles Clément. Y del 17 de mayo al 9 de noviembre, otra titulada Jardín de tinta y trazo, de Iara Chapuis y Marlen López, que reúne cuadernos ilustrados con dibujos de las plantas, árboles y especies que habitan el jardín y las vecindades del edificio del CDAN.

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UN CASTILLO FAMOSO Y OTRO DESCONOCIDO

Cerca de la ciudad, a 31 kilómetros, está el castillo de Loarre (castillodeloarre.es), la fortaleza románica mejor conservada del mundo, que cada año visitan 100.000 personas. Y mucho más cerca, a ocho kilómetros, está el castillo de Montearagón, que fue el baluarte cristiano más próximo a la Huesca musulmana y luego una importantísima abadía, con 104 iglesias y villas bajo su jurisdicción, y hoy apenas lo visitan 6.000 personas. No está tan bien conservado, ni se han rodado tantas películas como en el otro, pero, quizá por eso, parece más de verdad, sobre todo si se efectúa una visita con recreación histórica. Horarios, tarifas y más detalles, en castillodemontearagon.es

BRINDIS FINAL EN EL TEATRO ROMANO

Para celebrar que hemos descubierto una ciudad maravillosa, que mucha gente no sabe ni situar sobre un mapa, tomaremos algo en Bendita Ruina (@bendita.ruina), un bar y una sala de conciertos que fueron hasta 2005 un almacén de piensos y donde se descubrieron, al picar, los sillares del teatro romano de Osca. Si no hay actuación y el lugar está tranquilo, Miguel Ollés nos guiará por los milenarios entresijos de su local.

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