Puro Algarve y lujo asiático, una combinación que casa muy bien
Vilamoura tiene el irresistible encanto de sus playas vírgenes, sus calas de arena, sus acantilados y un puerto deportivo que atrae hasta el Algarve a los amantes del mar. Y además, alrededor también hay pueblos de pescadores, castillos, olivares, bodegas, campos de golf… Parece un buen lugar para unas vacaciones. Es aquí donde se encuentra el primer hotel abierto en Europa por la exclusiva marca asiática Anantara, un cinco estrellas concebido para pasar unos días sin prisas probando nuevas experiencias.
Para empezar, es su situación. Y es que Anantara Vilamoura Resort (vilamoura.anantara.com) está enclavado en un lugar estratégico, a solo 15 minutos en coche del aeropuerto de Faro y a 80 de la frontera con Huelva. Pero además son las vistas que tiene, porque se pierden en el mar, en los jardines o en el verde tapiz del Victoria Golf Course, el campo de golf diseñado por la leyenda del golf Arnold Palmer.
Inspiradas en los bosques de la región se han diseñado sus 280 habitaciones. No solo resultan elegantes, modernas y acogedoras, es que además se nota en ellas el esfuerzo que se ha hecho por reflejar la cultura y las tradiciones locales. Por eso, para contribuir a un comercio más sostenible y al desarrollo de proyectos de la región, en las suites Anantara se pueden encontrar detalles como artículos tejidos a mano, posavasos de corcho o las conocidas cerámicas del Algarve. Este compromiso va aún más allá, ya que incluso los huéspedes pueden participar en talleres sobre estos trabajos artesanales y realizar sus compras sostenibles directamente en la boutique del hotel.
El Anantara Vilamoura Algarve Resort es también un espacio de arte abierto al talento de artistas y diseñadores. En colaboración con tres importantes galerías portuguesas –Vera Cortés, Pedro Cera y Cristina Guerra, además del estudio Promontorio–, reúne en sus diferentes espacios hasta 269 obras de arte creadas por siete artistas portugueses, que van desde la fotografía hasta la escultura, además de instalaciones. Entre los nombres propios de artistas que se dan cita aquí: Pedro Calapez, Gabriela Albergaria, Adelina Lopes, Ricardo Valentim, Nuna Cera, João Louro o Mariana Viegas.
Pero en el hotel también hay propuestas para los que llegan buscando experiencias relajantes, como las del Anantara Spa, un espacio enfocado a que revitalicemos cuerpo y mente, gracias a unas instalaciones de inspiración asiática que combinan elementos indígeneas con un toque internacional, pero, sobre todo, a sus tratamientos y programas, como el tradicional masaje tailandés, rituales ayurvédicos centenarios, pero también tratamientos con ingredientes locales como los cítricos del Algarve. Y para sentirse bien con uno mismo, también sus reservados en plena naturaleza para clases de yoga y tai chi.
Para el entretenimiento de los niños y jóvenes hay guardería, clubs de niños aventureros donde los pequeños hacen actividades relacionadas con el arte, la cocina, el cine o los safaris; mientras que en The Hub los adolescentes hacen nuevos amigos y se divierten en la academia de baile o en las clases de golf.
Afamada y variada es la gastronomía portuguesa y en el Anantara Vilamoura Algarve Resort en sus seis exclusivas ofertas, todas ellas bajo la batuta del chef Bruno Viegas. Si en el restaurante EMO, el menú refleja el patrimonio culinario y vinícola de la región; en el Ria lo que atrae son sus pescados y mariscos recién capturados. Para degustar los mejores ceviches y carpaccios del Algarve está el Raw Bar y como lugar de encuentro, el restaurante Victoria. Buenas opciones para otros momentos del día son también el Palms Pool Bar y el Bar Cascade, junto a la piscina, o el Anantara Bar and Lounge, donde la gastronomía se saborea con el fado como música de fondo.
Y ya que uno está en un lugar tan privilegiado como el Algarve, desde el hotel se puede explorar el entorno gracias a experiencias como visitas privadas a viñedos locales, jornadas de golf, excursiones por los pueblos históricos de la zona o senderismo por Ría Formosa con cata de ostras y mariscos recién preparados por un pescador local. Con un toque gastronómico también, un Dining by Design, que consiste en una cena privada con un chef personal y mayordomo mientras se disfruta de vistas increíbles al atardecer, todo muy romántico. O cursos de cocina que combinan la visita al mercado tradicional de Loulé con un showcooking en una cocina al aire libre para aprender las sabrosas recetas portuguesas.
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