Otoño con las botas puestas por la sierra de Guadarrama

De la Charca Verde de La Pedriza al abedular de Canencia o la cumbre del pico Peñalara. El recién estrenado Parque Nacional madrileño es una invitación constante a salir de excursión por la naturaleza.

by hola.com

Tiene agua a raudales, una buena colección de picos de más de 2.000 metros, bosques de robles y de ribera que estos días ofrecen sus cara más espectacular, rarezas botánicas, también hay ciervos, jabalíes, corzos, gamos, cabras montesas, grandes rapaces como el águila imperial o el buitre negro y, por supuesto, setas a malsalva, que en otoño tanto animan a salir al campo. El nuevo Parque Nacional de Guadarrama tiene mil y un rincones para excursionistas y multitud de posibilidades para practicar casi cualquier deporte de montaña, desde el senderismo a la bicicleta de montaña. Esa colección de imágenes es solo un botón de muestra de lo que esconde.

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LA CHARCA VERDE
El curso alto del Manzanares que se derrama desde las cumbres de más de 2.200 metros de la llamada Cuerda Larga hasta el pueblo de Manzanares El Real, discurre por los vericuetos de La Pedriza, un privilegiado espacio natural con curiosas formaciones graníticas. Entre las sendas señalizadas que recorren este espacio laberíntico de roquedos las que más conocidas llevan a la Charca Verde, a la peña del Yelmo, al Tolmo o al collado de la Ventana. En el Centro de Educación Ambiental, situado en la entrada de La Pedriza, se facilitan croquis y folletos para seguir estos recorridos.
 
LA MALICIOSA
La que en su origen era conocida como la “Montaña Maldita” y ahora se la llama La Maliciosa es la montaña de perfil más altivo de la sierra madrileña y debe su nombre a lo arisco de su silueta, formada por paredes de roca verticales. La ruta más fácil para ascender a su cumbre parte del puerto de Navacerrada. Desde la cima de la Bola del Mundo se toma un sendero bien marcado que termina en su cima, desde donde se disfruta de una de las mejores vistas panorámicas de la sierra de Guadarrama.
 
VALLE DE LA FUENFRÍA
Paso secular entre las tierras madrileñas y segovianas, este valle del municipio de Cercedilla, inmortalizado por Cervantes en Rinconete y Cortadillo y por Quevedo en El Buscón, ofrece un compendio de lo mejor de la sierra de Guadarrama: bosques de pino albar y praderas alpinas, gélidas fuentes y cascadas, miradores y sendas bien señalizadas. Todo ello, bajo la silueta aserrada de Siete Picos (2.138 m.) y la cónica del Montón de Trigo (2.155 m.).
 
MIRADOR DE LOS ROBLEDOS
El Mirador de Los Robledos es uno de esos lugares privilegiados de la Sierra del Guadarrama, situado bajo el Macizo de Peñalara, y con el Valle del Lozoya a sus pies. En la pradera del mirador hay un monolito dedicado a la Guardaría Forestal.
 
PASEOS POR RASCAFRÍA
Ascendiendo desde el pueblo de Rascafría hacia el puerto de Los Cotos se encuentra uno de los rincones con Naturaleza mejor conservada de la Comunidad de Madrid: el Mirador de los Robledos. A los pies del macizo de Peñalara y con unas vistas excepcionales, es el lugar más adecuado para contemplar el verde de los bosques en verano, las frías cumbres nevadas invernales o para contemplar la majestuosa silueta del Monasterio de El Paular.
 
LAGUNAS DE PEÑALARA
Peñalara constituye el único ecosistema alpino de la provincia de Madrid, en el cual se visualizan los efectos de la última glaciación. La subida a su cumbre, de 2.428 metros, o las lagunas son los hitos de este espacio en cuyas nieves bebe sus primeras aguas el Lozoya.
 
PUERTO DE CANENCIA
El abedul, esa especie eurosiberiana de corteza blanquísima, lisa y tersa, reliquia de los bosques que colonizaron el Sistema Central durante los días más fríos y húmedos de la última glaciación, es una rareza tal que casi hay que buscarla con lupa en la Comunidad de Madrid. El puerto de Canencia esconde una de esas masas notables que conforman un abedular. La senda didáctica que discurre por la ladera de Mojonavalle, en el entorno del puerto, zigzaguea por este bosque a lo largo de 5 kilómetros.
 
SENDERISMO Y RUTAS EN BICICLETA
Con más de 60 kilómetros de veredas señalizadas, la Fuenfría es la meca de los senderistas madrileños. Un clásico es el camino Schmid, que asciende al puerto de Navacerrada por la umbría pinariega de Siete Picos; la calzada romana construida por Vespasiano en el siglo I que lleva de las praderas de las Dehesas al puerto de la Fuenfría; o la Senda de los Poetas, que lleva hasta el mirador de Vicente Aleixandre y Luis Rosales. Para los que van con niños, junto a las piscinas de las Berceas, hay un parque de aventuras en los pinos.
 
EMBALSE DE NAVACERRADA
Flanqueado por las montañas de la Bola del Mundo y de La Maliciosa, las aguas de este embalse abastecen a gran parte de los municipios de la vertiente madrileña de la sierra de Guadarrama.
 
VALLE DEL LOZOYA
En las lagunas glaciares de este valle nace el río que desde hace un siglo y medio lleva abasteciendo de agua a la capital de España. La muralla de Buitrago del Lozoya, la cartuja de El Paular y la mole de Peñalara (2.428 metros) son los tres hitos pétreos de esta ruta por la sierra madrileña.