Recalar en un pazo escondido entre bosques fluviales y rodeado de jardines franceses es experimentar el sosiego y la magia gallega. El de Faramello gusta por el paraje natural en el que está enclavado, pero también por su aire italiano, sus molinos, su exquisita decoración y también su historia. Y se puede visitar.
24/04/2017 14:32 UTC Por Hola.com