A finales de la década de los ochenta del siglo XX y parte de la de los noventa, los nombres de niños de origen vasco se convirtieron en tendencia en todo el territorio español. Esta moda estuvo directamente relacionada con la huida de cientos de miles de vascos a diferentes puntos del país. De esta manera, nombres como Aitor, Iker, Gorka o Asier comenzaron a ser casi tan comunes como José, Pablo, Francisco o David.
20/07/2017 14:38 UTC Por ¡HOLA!