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"No hay un solo día en que la nostalgia no me invada. Como si España se me hubiera quedado pegada a la piel. Allí dejé mis recuerdos más hermosos y mis mayores orgullos", asegura en su libro Reconciliación. Unas esperadas memorias que ya están disponibles en Francia -aquí llegarán en un mes-, y con motivo de su publicación, esta semana, recogemos en ¡HOLA! un encuentro excepcional con don Juan Carlos, el rey que "nunca fue como los demás".
Su padre, don Juan, siempre le aconsejó no confesarse -los secretos de los reyes "permanecen sepultados en la penumbra de los palacios"-. Él, sin embargo, a través de esta obra, 'ha roto' el silencio: "¿Por qué no esperar después de su muerte para hacerlo? Precisamente porque quiere asumir la responsabilidad de este libro, de su publicación. Y quería verlo con sus propios ojos", nos cuenta Laurence Debray, quien se mudó a los Emiratos Árabes, junto a su familia, para poder entregarse a este proyecto que ya ve la luz, después de tres años de intenso trabajo.
Allí, a miles de kilómetros de su tierra, don Juan Carlos nos muestra algunos detalles de su residencia, que guarda guiños a un extraordinario destino.
El rey Felipe VI y las infantas Elena y Cristina, las 'brújulas' de su vida
En su salón, don Juan Carlos guarda un preciado 'tesoro': unas fotografías de sus tres hijos: las infantas Elena y Cristina; y el rey Felipe VI, dentro de una caja con tres brújulas marinas. En sus memorias, también cuenta que, como muestra de respeto, su hijo le llama 'jefe', pero, en la intimidad, "sigo siendo papá". Asimismo, en una de sus confesiones más duras, confiesa que, con su marcha a Abu Dabi hace cinco años, "mi intención era clara: no entorpecer el buen funcionamiento de la Corona ni estorbar a mi hijo en el ejercicio de sus funciones como soberano", puede leerse en la revista francesa Le Point
En su despacho, don Juan Carlos, rodeado de fotos y recuerdos personales que se decidió a llevar consigo en su exilio. Una de las imágenes que destaca, tras él, es el retrato de Abdalá y Rania de Jordania, por su Jubileo de Plata. También, hay varias pequeñas figuras que reflejan su pasión por la caza
También en su salón, cuelga un gran retrato suyo, vestido de civil en tonos beis y blanco, firmado por Hernán Cortés Moreno. Es el único del mundo en el que don Juan Carlos aparece vestido de regatista, y presidía, hasta hace poco, el salón social del Real Club Náutico de Sanxenxo (RCNS). Navegar es su gran pasión, y este último año, volvió a proclamarse rey del mundo de vela
Su residencia tiene varias esculturas, entre ellas, una, que recuerda a Giacometti, del escultor Lorenzo Quinn, hijo del actor, que representa a un hombre al borde de un precipicio. Como explicó a Le Figaro, en una reciente entrevista, "me gusta lo que dice sobre la vida"
Su casa también dispone de una piscina (rodeada por los olivos centenarios), y, al fondo, se divisa el mar, que para él siempre ha significado la libertad
Como nos desvela Laurence Debray, en una entrevista exclusiva, don Juan Carlos comienza su mañana haciendo una sesión de gimnasia y leyendo la prensa española "a fondo", como muestra esta fotografía