En plena travesía por las islas danesas, que culminaron el pasado 28 de agosto, los Reyes Federico y Mary de Dinamarca han demostrado que su conexión va más allá de lo protocolario. Con cada mirada, gesto y paseo juntos, la pareja real ha dejado claro que su unión ha sido la verdadera protagonista de este verano. A bordo del yate real "Dannebrog", visitaron lugares emblemáticos que representan lo mejor de la naturaleza y la cultura danesas.
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Desde talleres artesanales como el de Sæby Glaspusteri, donde el vidrio soplado mantiene viva una tradición centenaria, hasta paisajes naturales como la reserva de Råbjerg Mile (a la que muchos conocen como el desierto del norte y que es famosa por sus dunas móviles) y la playa de Grenen, el punto más septentrional de Dinamarca, donde se encuentran los mares Kattegat y Skagerrak, dibujando un paisaje único, el matrimonio mostró una sintonía que se reflejaba en cada detalle.
Durante su recorrido, también disfrutaron de la calma y la belleza de la isla de Læsø, un refugio ideal para conectar con la naturaleza, y pequeños pueblos como Thisted, en la región de Jutlandia, donde saludaron a los vecinos con sencillez y cercanía. El cierre del viaje en Samsø, con una recepción a bordo del "Dannebrog", y un espectáculo de luces sobre el mar, fue el reflejo perfecto de esta armonía.