La reina Letizia ha recuperado una para el banquete de la visita de Estado con motivo de la visita del presidente de la República Federal de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, y la primera dama, Elke Büdenbender, la tiara Cartier, una pieza que no llevaba desde el año 2018. Un diseño de inspiración Art Déco con siete enormes perlas montadas sobre platino y que llevaron la reina Victoria Eugenia y la reina Sofía. El de la reina Letizia es el último "rescate" que ha hecho un miembro de la realeza del joyero real, un fenómeno que se está produciendo con bastante frecuencia en los palacios en los últimos tiempos.
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La significativa elección de la reina Sofía para recibir el Toisón de Oro
La semana pasada tuvo lugar una ceremonia histórica: Felipe VI entregó a su madre el Collar de la Insigne Orden del Toisón de Oro como reconocimiento a "su dedicación y entrega al servicio de España y de la Corona". El acto, cargado de simbolismo y emoción, se convirtió en el gran homenaje a la reina Sofía y para ello, la madre del soberano optó por una joya histórica: una pulsera de la reina Victoria Eugenia, nieta de la británica reina Victoria, mujer de Alfonso XIII, bisabuela y madrina de bautismo de Felipe VI. Se trata un diseño de oro con un rubí cabujón (tallado en una forma redondeada, lisa y convexa, como una cúpula) flanqueado por dos diamantes talla brillante de los que parten las cadenas de oro. La vimos con esta joya hace 11 años, durante la proclamación del rey Felipe VI el 19 de junio de 2014, y hoy, en un día lleno de emoción y conexión con su hijo, ha vuelto a rescatarla.
Charlene de Mónaco y la espuma de mar de su noche de bodas
Charlene de Mónaco recuperó con motivo del Día Nacional de Mónaco la tiara que solo lució en su noche de bodas, una pieza muy particular que, como todas las que lució en sus celebraciones nupciales, no se había vuelto a poner desde las celebraciones nocturnas que siguieron a su boda religiosa en julio de 2011. Esta pieza fue un regalo del príncipe Alberto a su mujer con motivo de su boda y se confeccionó bajo el nombre "espuma de diamantes", aunque se conoce popularmente como "espuma de mar", y es una sucesión de varillas de diamantes que ascienden de forma asimétrica, imitando la manera en que la espuma del mar se eleva y se deshace al romper una ola. Un guiño al pasado de Charlene como nadadora olímpica, lo que le aporta un simbolismo muy personal.
Mary de Dinamarca: piezas antiguas de reinas y amantes
Fue con motivo de su viaje de Estado a Finlandia, cuando la reina Mary de Dinamarca sorprendió con una peculiar diadema de oro combinada con un brazalete, pendientes y broche que no se habían visto en 140 años. La mujer del rey Federico estrenó una tiara de oro con gemas antiguas originarias de Italia que perteneció a una consorte anterior, la reina Carolina Amalia, mujer de Christian VIII, que la institución calcula que se hizo alrededor de 1820. Los detalles en torno esta joya eran asombrosos, para empezar porque pertenecen a una colección museística no catalogada como joya real, así que fue una idea bastante audaz de la nueva reina, que como consorte estaba limitada a las joyas de Estado, mientras el grueso pertenece al joyero familiar. Para completar el conjunto escogió un espectacular brazalete con piedras del Vesubio que perteneció a la primera mujer del que más tarde sería el rey Federico VII y, rizando el rizo, completó la puesta en escena con los pendientes y las joyas de la condesa Danner (1815-1874), que no fue otra que la amante de ese mismo rey.
El broche de Amalia de Holanda y el vínculo con Luxemburgo
Amalia de Holanda acudió a la abdicación y posterior proclamación de Luxemburgo con un espectacular broche de citrino y diamantes que podría ser parte de un conjunto desmontable que perteneció a la reina Emma, consorte de los Países Bajos por su matrimonio con el rey Guillermo III, también gran duque de Luxemburgo, entre 1879 y 1890, por lo que fue una joya muy bien elegida para la ocasión.
La reina Camilla y las esmeraldas de la boda York
Fue hace solo una semana, para una gran recepción para 900 diplomáticos en el Castillo de Windsor, cuando la reina Camilla sorprendió llevando la tiara de esmeraldas y diamantes que la princesa Eugenia de York lució en su boda. De esta manera, la mujer del rey Carlos III recuperó la diadema Greville Emerald Kokoshnik que no se veía desde hace siete años, cuando el 12 de octubre de 2018 la nieta de Isabel II la eligió para casarse con Jack Brooksbank. Entonces, la princesa Eugenia también sorprendió con su elección, ya que se esperaba que se decantase por la 'tiara York', el diseño que lució su madre en el día que se casó con Andrés Mountbatten-Windsor en 1986, un regalo que le hizo la reina Isabel de Inglaterra.