La princesa Norodom Pongsoriya, nieta del legendario rey Norodom Sihanouk e hija del príncipe Norodom Chakrapong, ha sido protagonista de una de las bodas más esperadas del año en Asia. Tal y como recoge Histoires Royales, la joven royal, muy seguida en redes sociales, contrajo matrimonio con el empresario Seav Chhuon Ing en una fastuosa ceremonia que logró unir la solemnidad de los rituales khmer con el brillo del glamour internacional.
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Figura habitual en la escena digital y conocida por su estilo contemporáneo, Pongsoriya encarna a la nueva generación de la familia real camboyana: un linaje que conserva la tradición dinástica mientras se abre a una vida pública marcada por la moda, la comunicación y la influencia global.
El South China Morning Post recuerda que la princesa cursó estudios en la Universidad de Comercio Internacional y Economía de Pekín, etapa que reforzó su perfil internacional y la convirtió en una figura influyente en el continente asiático. Su trayectoria la llevó incluso a ser embajadora de la marca tecnológica Xiaomi, consolidando su imagen como royal cercana a los jóvenes y referente indiscutible de la generación Z dentro de la realeza.
El otro gran protagonista de esta histórica boda es Seav Chhuon Ing, un joven y exitoso empresario, heredero de la compañía Daun Penh Trading, propietaria de la marca de agua Provida. Reconocido por la revista Prestige Online Cambodia como uno de los 40 menores de 40 más influyentes del país, Ing representa la nueva élite empresarial camboyana. “Mi empresa es como mi bebé, debo cuidarla cada día”, declaró recientemente, mostrando el mismo compromiso que ahora ha sellado en su vida personal. La petición de mano se celebró el pasado 28 de febrero, siguiendo el protocolo real, y desde entonces la boda se convirtió en uno de los acontecimientos más esperados en Phnom Penh.
Una boda de varios días
El enlace se extendió a lo largo de varias jornadas, siguiendo los rituales ancestrales khmer y añadiendo toques occidentales que reflejaban la modernidad de la pareja. Hubo una fiesta de preboda, un matrimonio tradicional camboyano, una ceremonia real con la bendición del rey Norodom Sihamoni y, finalmente, una velada occidental con baile y banquete. Cada etapa estuvo marcada por la espectacularidad de los escenarios y por los cambios de vestuario de la princesa, que se convirtió en el centro de todas las miradas.
La novia deslumbró con una auténtica colección de vestidos de ensueño, según recoge Histoires Royales. En la ceremonia principal, eligió una creación del Atelier Soknan, confeccionada en satén duchesse italiano y bordada con perlas siguiendo el motivo tradicional khmer Kbach. El resultado fue un vestido elegante y atemporal, acompañado de una diadema y joyas de diamantes que reforzaban su condición de princesa moderna con raíces ancestrales.
Para la velada occidental, se decantó por una pieza inspirada en los años 20, con plumas blancas y una silueta de gala firmada por el Atelier Nhem, que aportaba un aire sofisticado y cosmopolita. En otros momentos de la celebración, apareció con trajes tradicionales camboyanos, siempre acompañados de diademas y abundantes joyas, uniendo así la herencia cultural de su país con la estética contemporánea que la caracteriza.
La puesta en escena
La entrada de los novios se convirtió en uno de los momentos más espectaculares de la jornada: atravesaron la sala envueltos en un efecto de humo teatral, mientras la escena se retransmitía en tiempo real en pantallas gigantes. La primera danza de la princesa estuvo dedicada a su padre, el príncipe Chakrapong, y, a continuación, la pareja ofreció un baile conjunto que marcó el inicio de la celebración.
El banquete incluyó un pastel de boda elaborado por el maestro pastelero Siso, uno de los más famosos de Camboya por la elaboración artesanal de todos sus productos; está especializado en pasteles y repostería de inspiración japonesa y francesa. En esta ocasión, la tarta elegida por los novios estaba inspirada en un modelo vintage de tradición real y decorado con frutos rojos de temporada.
Entre los instantes más emotivos destacó el encuentro de la princesa con su tío, el rey Norodom Sihamoni, quien le otorgó su bendición. El gesto reforzó el carácter dinástico del enlace y subrayó la continuidad de la familia real camboyana, que mantiene un papel cultural y simbólico de gran relevancia en el país.
Una boda para las redes sociales
Los recién casados, muy activos en Instagram, compartieron imágenes y vídeos de cada etapa del enlace. La espectacularidad de los vestidos, la escenografía y los detalles del banquete inundaron las redes, convirtiendo la boda en un fenómeno viral. La princesa, que ya era considerada una 'royal influencer', consolidó así su imagen pública como referente de estilo y tradición.
Sin duda, el matrimonio de la princesa Norodom Pongsoriya y Seav Chhuon Ing ha sido mucho más que un enlace real. Con vestidos que combinaban artesanía ancestral y diseño contemporáneo, y con una puesta en escena digna de un cuento, la joven royal ha mostrado al mundo que la nueva generación real camboyana sabe mantener viva la herencia de su linaje mientras se abre al futuro.
