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5. Reforzar los estímulos paratípicos y buscar una buena posición
“Todo lo que puede corregirse de mayor, se puede corregir de niño y, además, de una manera mucho más sencilla”. El problema, si lo dejamos, solo irá a más. Por eso, la experta nos comenta que “todo dependerá de la gimnasia que hagamos con nuestra boca”. No todo viene escrito en los genes, pues, en este caso, hacen falta muchos estímulos paratípicos (los que hacemos cuando comemos, dormimos o respiramos, por ejemplo) para desarrollarla. Si no corregimos una mala posición de la mandíbula o de los dientes, no habrá un correcto crecimiento.