La Navidad es un tiempo de celebración, pero también puede conllevar algunos riesgos para los niños que hay que tener en cuenta para poder evitarlos.
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Las doctoras Sara Pons Morales, pediatra del Hospital Universitario Dr. Peset de Valencia, y Alicia Pérez Pérez, pediatra del Hospital Universitario Central de Oviedo, ambas miembros del Comité de Soporte Vital de la Asociación Española de Pediatría (AEP), nos dan todas las claves para pasar unas Navidades seguras.
Alimentos navideños que vigilar para los más pequeños
Hay determinados alimentos ligados a las fiestas navideñas que por su forma, su consistencia o su tamaño presentan un riesgo elevado de atragantamiento en niños. Estos son los que apuntan las dos expertas:
- Frutos secos (almendras, avellanas, nueces, pistachos, peladillas): no recomendados antes de los 5 años, debido a su dureza y capacidad de obstruir la vía aérea.
- Uvas enteras: su superficie lisa y forma redondeada aumentan el riesgo de asfixia.
- Turrones duros y mazapanes compactos: son difíciles de masticar en edades tempranas.
- Caramelos duros y caramelos con envoltorio: suponen un riesgo elevado en menores de 4 años.
- Aceitunas enteras, especialmente si llevan hueso.
- Troceados grandes o en rodajas de carne, salchichas, embutidos o quesos (sobre todo los cremosos).
Por este motivo, "se recomienda supervisión directa de los niños pequeños durante las comidas festivas y adaptar la textura de los alimentos según su edad", destacan las pediatras.
Uvas el 31 de diciembre: cuidados a tener en cuenta
"Las uvas, junto con los frutos secos, son alimentos frecuentemente implicados en atragantamientos en niños, especialmente cuando se comen deprisa, como ocurre durante las campanadas de Nochevieja", advierten las Dras. Sara Pons y Alicia Pérez.
Hay que tener en cuenta que los alimentos redondos, lisos y del tamaño de la vía aérea pueden representar un peligro a cualquier edad, incluso en adolescentes y adultos. "Pero el riesgo disminuye con la maduración anatómica y la habilidad masticatoria. La clave no es por tanto la edad, sino la velocidad, la forma de presentar el alimento y la conducta al comer", señalan. De ahí, estas pautas para minimizar el riesgo:
- No sería recomendable ofrecer uvas enteras en menores de 5 años. "A estas edades podríamos sustituir las uvas por trozos pequeños de mandarina, arándanos partidos u otros alimentos blandos adaptados".
- Hasta los 7–8 años sería aconsejable ofrecer las uvas cortadas en cuartos longitudinales, sin piel ni semillas cuando sea posible.
- Y los mayores de 8 años, pueden comer uvas enteras, pero "evitar comerlas con prisa durante las campanadas, animar a masticar antes de tragar y mantener la supervisión".
¿Qué hay que vigilar de la decoración navideña?
"La decoración navideña suele incluir elementos de pequeño tamaño que pueden desprenderse, bolas pequeñas o fragmentos de bolas rotas, campanitas, figuras del belén, cuentas o abalorios; estos objetos pueden ser causa de atragantamiento sobre todo en menores de 5 años", destacan las especialistas de la AEP. También se pueden producir heridas por rotura de elementos de vidrio o adornos frágiles.
Los adornos con luz y eléctricos también necesitan de una vigilancia especial. "Las guirnaldas luminosas y los adornos eléctricos pueden ser causa de incendios domésticos durante la Navidad. El uso de luces defectuosas, cables deteriorados o conexiones inseguras favorecen el sobrecalentamiento y pueden provocar chispazos o cortocircuitos. Además, el contacto accidental con luces calientes, enchufes dañados o velas encendidas puede ocasionar quemaduras, y la manipulación de cables en mal estado aumenta el riesgo de electrocución en niños", destacan las pediatras.
Además, hay que cuidar de que el árbol de Navidad esté bien sujeto, pues se pueden producir vuelcos, caídas o golpes si el pequeño lo manipula desde abajo.
En relación a las flores típicamente navideñas, no todo el mundo sabe que algunas de ellas no son aptas para menores. Así lo explican las doctoras: "La Poinsettia o Flor de Pascua puede producir irritación oral, gastrointestinal o cutánea. Las bayas del acebo son tóxicas y pueden causar vómitos, diarrea o somnolencia. En el caso del muérdago, tanto las bayas como las hojas pueden provocar manifestaciones digestivas o incluso neurológicas si se ingieren. Por este motivo, estas plantas deben mantenerse siempre fuera del alcance de los niños y, en hogares con lactantes o niños pequeños, se recomienda evitar especialmente el uso de acebo y muérdago".
Otras recomendaciones de seguridad en casa y fuera
Al margen de lo anterior, los juguetes deben tener una serie de garantías. Así, deben cumplir la normativa CE; hay que asegurar que las pilas de botón estén protegidas por una tapa atornillada; si tienen piezas pequeñas, es mejor que los menores de cinco años no accedan a ellos (hay que comprobar siempre la edad recomendada por el fabricante) y, por último, hay que retirar el embalaje, pues bolsas, bridas y plásticos pueden ser un peligro para los más pequeños.
Además, las Dras. Sara Pons y Alicia Pérez apuntan estas medidas de seguridad:
En casa
- Mantener bebidas alcohólicas, copas y alimentos no aptos fuera del alcance de los niños
- Revisar el estado de luces navideñas, cables y enchufes.
- Evitar dejar velas encendidas sin supervisión.
- Confirmar que un adulto ejerce supervisión directa sobre los más pequeños
- Evitar juegos bruscos o carreras durante las comidas para prevenir atragantamientos.
- Impedir que los niños accedan a hornos, ollas o bandejas calientes y colocar utensilios calientes lejos de los bordes.
En espacios públicos
- Evitar aglomeraciones con niños pequeños.
- Utilizar identificaciones visibles (pulseras).
- Extremar precaución con objetos arrojados desde carrozas u otros elementos móviles.
