Salud

Dr. Eduardo Junco, pediatra: "Los niños pequeños, a diferencia de los adultos, tienen más balanitis por la existencia de fimosis frecuente"


La intervención quirúrgica es imprescindible en algunos casos. El pediatra explica en cuáles.


Dr. Eduardo Junco Aguado, pediatra© Dr. Eduardo Junco Aguado
8 de diciembre de 2025 - 7:30 CET

Balanitis es la inflamación aguda localizada en el glande y/o en el surco balano-prepucial. La causa más frecuente que origina la balanitis es la infección, por virus, por bacterias y por hongos. En el niño está muy en relación con la existencia de fimosis, pues un prepucio largo y cerrado la favorece, y también con las alteraciones o deficiencias en la higiene de la zona genital del niño.

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La balanitis puede presentarse a cualquier edad y suele ser un accidente ocasional que puede ser atribuido a determinadas causas y que no tiene recidivas. Por el contrario, la balanitis puede presentarse de forma recidivante en un mismo paciente, y es entonces cuando se necesita un estudio de la anatomía, la fisiología o los hábitos de higiene, ropas y limpieza del glande, el prepucio y el pene del niño.

La circuncisión es la operación quirúrgica que resuelve la fimosis y, cuanto más precozmente se practica, suele ser mejor tolerada.

Dr. Eduardo Junco, pediatra

Cómo darse cuenta de que un niño pequeño puede tener balanitis

La balanitis se caracteriza por la aparición progresiva de enrojecimiento, irritación e hinchazón del glande. Cuando el prepucio participa de la infección, está también irritado e inflamado y suelen existir secreciones en el surco balano-prepucial. Esta situación se acompaña de dolor, que puede ser inexistente o intenso, y de picor o escozor en el glande de variable intensidad. El bebé se queja por el roce del pañal y al miccionar, pues llora de forma súbita cuando esto sucede. En el niño mayorcito, al cambiarse de ropa, al comienzo del baño o al correr o caminar.

Causas de la balanitis en niños

Los niños pequeños, a diferencia de los adultos, tienen más balanitis por la existencia de fimosis frecuente, con prepucios largos y estrechos que no permiten destapar el glande y que dificultan la higiene y que favorecen el acúmulo de detritus, secreciones, talco o pomada en su interior. Esto hace que la contaminación sea frecuente y mantenida y por lo tanto aparezcan más casos de infección en el glande.

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Cómo curar la balanitis

Una buena higiene de la zona genital, destapando el glande al retirar el prepucio y el uso de jabones antisépticos y pomadas con antibióticos y/o antiinflamatorios, pueden ser necesarios y eficaces. Los antibióticos por vía oral, no suelen ser necesarios. La circuncisión a veces es imprescindible, cuando los brotes de balanitis son frecuentes y repetidos.

Balanitis, fimosis y circuncisión

La balanitis recidivante y repetida es una de las situaciones más frecuentes que indican el tratamiento quirúrgico y la resección del prepucio a través de una operación conocida como circuncisión.

Tener fimosis conlleva una dificultad mayor para mantener una higiene eficaz del aparato genito-urinario del niño. Cuando la estrechez es persistente y no mejora con las prácticas habituales de dilatación prepucial, debemos prever que el paciente será circuncidado para resolver el problema.

Cuando el despegamiento de adherencias y la dilatación manual del prepucio, realizada por un experto, no pueden resolver la situación, la intervención quirúrgica está indicada precozmente.

La circuncisión es la operación quirúrgica que resuelve la fimosis y, por tanto, la reaparición de la balanitis. Se realiza con anestesia general y, cuanto más precozmente se practica, suele ser mejor tolerada.

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