La neumonía es una inflamación del tejido pulmonar formado por las paredes de los alvéolos, los conductos alveolares y los bronquiolos, proceso que llega finalmente a la consolidación de los espacios alveolares. El origen puede ser variado, pero las causas más frecuentes son de origen infeccioso. Las situaciones que predisponen en la edad infantil a padecer una neumonía son las malformaciones estructurales del aparato respiratorio, las alteraciones locales o generales de la inmunidad y el humo del tabaco.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Las infecciones virales son la causa más frecuente de neumonía en los niños, siendo las infecciones bacterianas solo un 20% de todas las neumonías. Pueden tener su origen en numerosos agentes infecciosos, virus, bacterias, hongos o parásitos. Los agentes tóxicos, humos, substancias químicas, gases y contenido gástrico aspirado pueden dar lugar también como factores desencadenantes a neumonías.
En casos de peor evolución, la neumonía puede reaparecer o dar síntomas respiratorios durante meses
¿Cómo identificar los síntomas de la neumonía en niños?
Los síntomas clínicos de las neumonías víricas o bacterianas suelen ser diferentes, aunque la distinción a veces no está clara. En ambos casos existe siempre: taquipnea, disnea, tos, fiebre y afectación del estado general. La sintomatología en la neumonía de origen viral suele ser más leve. En la de origen bacteriano suele aparecer dolor torácico o abdominal, con vómitos, escalofríos, mayor elevación de la temperatura y grave afectación del estado general.
¿Cómo se trata la neumonía en niños?
El tratamiento de la neumonía depende de la edad de los pacientes y de las manifestaciones clínicas. En las neumonías del periodo neonatal se deben utilizar antibióticos eficaces contra el estreptococo del grupo B y cubrir más adelante con antibióticos activos contra el estafilococo aureus.
En los niños mayorcitos conviene utilizar antibióticos efectivos frente a los neumococos. Estos tratamientos pueden realizarse de forma ambulatoria, pero existe un pequeño porcentaje de niños con neumonía que deben ser hospitalizados.
La dificultad respiratoria de moderada a grave, el fracaso del tratamiento con antibióticos orales, los vómitos persistentes, la consolidación pulmonar de más de un lóbulo, las complicaciones infecciosas, empiema o abscesos y/o el derrame pleural, son algunas de las más frecuentes causas que indican el ingreso del niño en un hospital.
¿Cómo suele evolucionar la neumonía en los niños?
La mayoría de los niños se recuperan de la neumonía bien tratada, rápidamente y de forma completa, y las alteraciones radiográficas desaparecen entre seis y ocho semanas. En otros casos de peor evolución, la neumonía puede ser recidivante y reaparecer o dar síntomas respiratorios durante meses, en cuyo caso es necesario estudiar más a fondo la posibilidad de otras enfermedades subyacentes.
Alteraciones de salud en un niño tras una “neumonía mal curada”
La fase de convalecencia de un niño tras una neumonía complicada y de larga evolución puede generar durante un tiempo prolongado determinadas alteraciones de su salud por las secuelas post infecciosas causadas en su aparato respiratorio. La fatiga, la tos persistente, la fiebre o la febrícula, la debilidad y la falta de medro, son síntomas que debemos tener muy en cuenta.
Las secuelas orgánicas y funcionales del pulmón y de la pleura también pueden dar síntomas durante un tiempo prolongado, sobre todo si no se estudian y no se tratan adecuadamente. La aparición de bronquiectasias, de fibrosis pleural o de abscesos en el tejido pulmonar son situaciones de suma gravedad que se han de tratar lo antes posible. La administración prolongada de antibióticos durante semanas o meses suele ser necesaria. La fisioterapia respiratoria también es un tratamiento eficaz. En algunos casos de evolución tórpida, pueden ser necesarios los tratamientos quirúrgicos reparadores.