Diana Al Azem, profesora, sobre adolescentes que van con ‘malas compañías’: “Es fundamental reforzar el vínculo y la confianza con los hijos”


Muchos padres temen que sus hijos adopten conductas perjudiciales por ir con determinadas amistades. ¿Cómo hablar con ellos? ¿Cuándo impedir que vaya con esos amigos?


Diana Al Azem, profesora y fundadora de Adolescencia Positiva© ELENA SOL
19 de agosto de 2025 - 7:30 CEST

El sentido de pertenencia es esencial para todo adolescente. Formar parte de un grupo y sentirse integrado es una necesidad emocional básica en esta etapa de la vida; sin embargo, en ocasiones, esa necesidad puede desconcertar a sus padres, cuando consideran que su hijo va con ‘malas compañías’. ¿Hay que impedir a toda costa que mantenga la amistad con esos chicos o chicas? ¿Cómo hablar con nuestro hijo adolescente en esta situación? Diana Al Azem, profesora, escritora y fundadora de la plataforma Adolescencia Positiva (adolescenciapositiva.com), da las claves para gestionar esta cuestión en casa de la mejor manera posible.

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¿Qué es lo que da miedo a los padres que piensan que su hijo va con ‘malas compañías’? 

Lo que más temen los padres sobre “las malas compañías” es que su hijo adopte conductas perjudiciales influenciadas por esas amistades como el consumo de sustancias, rebeldía, descenso en el rendimiento académico o pérdida de valores. Básicamente temen perder el control o la conexión con sus hijos.

¿Suelen estar fundadas esas sospechas?

No siempre, aunque es entendible que a veces las sospechas sean el reflejo de miedos o prejuicios por experiencias anteriores o por la educación que hemos recibido. Sin embargo, es importante observar y no juzgar precipitadamente porque los adolescentes están en proceso de exploración y sus amistades pueden cambiar con frecuencia sin que eso signifique un peligro real.

A veces los padres proyectan en los demás lo que no quieren ver en sus propios hijos y culpar a las amistades puede ser una forma de evitar afrontar ciertas realidades 

Diana Al Azem, profesora, escritora y fundadora de la plataforma Adolescencia Positiva

¿Qué suele haber detrás, cuál suele ser el motivo por el que un adolescente elige amigos con comportamientos o conductas disruptivas?

Sabemos que en esta etapa existe una necesidad de pertenencia fundamental, de sentirse aceptado por sus iguales, e incluso de rebelarse frente a las normas de los adultos. No obstante, hay casos en los que también buscan esa dosis de disrupción debido a carencias afectivas o a una baja autoestima que les lleva a buscar aprobación en grupos que ejercen cierto poder o influencia.

Considerar “malas compañías” a los amigos de los hijos, ¿puede ser una manera de ver en otros la causa de malos comportamientos en el hijo? Es decir, las malas compañías son los otros, no el hijo…

Sí, podría darse el caso. A veces los padres proyectan en los demás lo que no quieren ver en sus propios hijos y culpar a las amistades puede ser una forma de evitar afrontar ciertas realidades o responsabilidades en la educación del propio hijo.

¿Qué pueden hacer los padres cuyos hijos van con malas compañías?

Como siempre recomiendo a las familias que trabajan conmigo, lo primero es mantener la comunicación abierta, sin juzgar ni prohibir de forma autoritaria. Conocer a sus amigos, mostrar interés genuino por sus vidas y establecer límites claros, pero desde la empatía y el respeto. Es fundamental reforzar el vínculo y la confianza con los hijos para llegar a ellos sin que suene a control y tengamos la oportunidad de hablar con ellos sobre lo que nos preocupa.

¿Qué hacer si, tras un tiempo con estas nuevas amistades, efectivamente nuestro hijo empieza a cambiar su actitud?

Entiendo que a priori pueda preocupar, pero yo recomendaría observar los cambios sin alarmarse, hablar con el hijo desde la preocupación y no desde la crítica. Intentar entender qué le aportan esos amigos a través de preguntas del tipo “¿por qué te cae tan bien esta persona?, ¿te hace reir?, ¿qué te aporta a nivel personal?, ¿cómo te sientes cuando estás con él o ella?, ¿y cuando no estáis juntos?... Debemos tener en cuenta que, a veces, un cambio de actitud refleja una etapa de crecimiento o conflicto interno, no necesariamente algo negativo.

Debemos tener en cuenta que, a veces, un cambio de actitud refleja una etapa de crecimiento o conflicto interno, no necesariamente algo negativo

Diana Al Azem, profesora, escritora y fundadora de la plataforma Adolescencia Positiva

¿En qué casos hay que ser más drástico y obligarle a cortar radicalmente con esas amistades? 

Solo si hay un riesgo real e inmediato para la integridad del adolescente como consumo de drogas, violencia, delitos, etc., lo ideal es acompañar emocionalmente, buscar ayuda profesional y evitar imponer decisiones sin diálogo, ya que eso puede provocar el efecto contrario.

¿Cómo pueden los padres gestionar esa situación?

No es sencillo, desde luego, pero siempre que me he encontrado con alguno de estos casos recomiendo a los padres tratar la situación desde la calma, el acompañamiento y el respeto. Desde los centros escolares también podemos echar una mano acompañando desde el aula; aunque no lo parezca, los profesores y orientadores podemos ejercer una gran influencia en el alumnado, por lo que recomendaría pedir ayuda a su tutor si fuera necesario. Lo importante es fortalecer el vínculo con el adolescente y ofrecerle alternativas saludables de socialización.

¿Cómo afrontar el malestar del hijo por esta imposición?

Obviamente no lo va a recibir de buen agrado, a ningún adolescente le gusta que le digan lo que tiene que hacer o con quién debe ir. Por eso es importante que los padres estemos preparados para sostener su enfado. Lo primero es validar su malestar, permitirle expresarlo (siempre desde el respeto) y mostrar comprensión aunque se mantenga el límite. 

Es importante explicar los motivos de las decisiones desde el amor y la protección, no desde el autoritarismo, pero sí con autoridad. El objetivo es que el adolescente entienda que es una medida para su bienestar y que los padres no pretendemos fastidiarles la vida, sino velar por su seguridad.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.