La atonía uterina se produce cuando, tras el nacimiento del bebé, el útero no logra contraerse adecuadamente. Así lo explica la Dra. Romina Castagno, adjunta al Servicio de Ginecología y Obstetricia de Hospital Quirónsalud Barcelona.
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"Esta contracción es esencial para comprimir los vasos sanguíneos que estaban conectados con la placenta y evitar que la madre pierda una cantidad excesiva de sangre", añade la especialista. ¿Por qué se produce? ¿Cómo se aborda y qué riesgos tiene?
En la gran mayoría de los casos no existe un factor de riesgo claro identificable. Por eso, el equipo médico debe estar siempre preparado para actuar rápidamente frente a una eventual atonía uterina
Factores de riesgo para la atonía uterina
La atonía uterina es la causa más habitual de hemorragia posparto (otras son, por ejemplo, restos de la placenta dentro del útero o trastornos de la coagulación de la madre). Entre los factores que pueden predisponer a la atonía uterina, estos son los que destaca la Dra. Castagno:
- Sobredistensión uterina: sucede cuando el útero se estira más de lo usual, como en embarazos múltiples, bebés de gran tamaño o exceso de líquido amniótico.
- Trabajo de parto muy prolongado o muy rápido: ambos extremos pueden agotar la capacidad de contracción del músculo uterino.
- Uso de oxitocina durante muchas horas: puede causar una 'fatiga' del útero.
- Cesárea previa o múltiples partos anteriores: que pueden alterar la capacidad del útero para contraerse eficientemente.
No obstante, hay que saber que la atonía uterina se puede presentar sin ningún factor de riesgo y sin previo aviso. "De hecho, en la gran mayoría de los casos no existe un factor de riesgo claro identificable. Por eso, el equipo médico debe estar siempre preparado para actuar rápidamente frente a una eventual atonía uterina, incluso cuando no hay señales previas de alerta", recalca.
¿Qué riesgos tiene la atonía uterina?
La atonía uterina no influye sobre el trabajo de parto en sí mismo; es decir, el bebé nace y es después cuando se presenta el problema durante la última fase, el alumbramiento, que es cuando se produce la expulsión de la placenta, o en minutos posteriores. El principal problema de la atonía uterina es una hemorragia posparto severa, que puede avanzar muy rápido si no se controla.
Esta hemorragia posparto puede conducir, tal como advierte la especialista del Hospital Quirónsalud Barcelona, en:
- Pérdida importante de sangre y presión arterial.
- Riesgo de choque hipovolémico (colapso circulatorio).
- Necesidad de transfusiones sanguíneas y monitoreo en unidades críticas.
- Infecciones o complicaciones en la recuperación.
- En casos extremos, cirugía de urgencia, como una histerectomía (extirpación del útero) para detener el sangrado.
"Existen, sin embargo, alternativas quirúrgicas más conservadoras (como primera alternativa terapéutica, y en caso de sangrado no masivo), tales como las suturas uterinas compresivas o la embolización de las arterias uterinas, que buscan controlar la hemorragia preservando la fertilidad de la mujer", tranquiliza. "Antes de llegar a estas instancias, el equipo intentará siempre medidas menos invasivas, como masajes uterinos, administración de medicamentos uterotónicos o colocación de un balón intrauterino".
¿Qué peligros corre la madre y su bebé?
La atonía uterina representa un gran riesgo para la madre, pues la hemorragia puede volverse grave en pocos minutos. De hecho, "en los casos más graves, puede incluso comprometer la vida de la mujer", alerta la especialista. Al margen del impacto sobre su salud, en el plano emocional también tiene repercusiones, ya que la madre se ve envuelta en una urgencia obstétrica, con la ansiedad, el estrés y el miedo que eso conlleva y que le puede acarrear un trastorno postraumático en el posparto.
Con respecto al bebé, los riesgos son indirectos. "Cuando la madre sufre una hemorragia severa, puede ser necesario separarla temporalmente del recién nacido para estabilizarla, lo que retrasa el inicio del contacto piel con piel y de la lactancia. Esto puede afectar el vínculo y el comienzo de la alimentación. Además, si el bebé nace en un contexto de urgencia obstétrica, puede requerir observación médica adicional", comenta la Dra. Castagno.
¿Puede repetirse en sucesivos embarazos?
El riesgo de que la atonía uterina vuelva a presentarse en otro parto está entre el 13 y el 18%, sobre todo cuando vuelven a darse los factores que la provocaron en el parto anterior.
"Sin embargo, esto no significa que un futuro embarazo esté condenado a complicaciones. Con un adecuado seguimiento prenatal y un equipo preparado en el momento del parto, la mayoría de las mujeres pueden tener un nuevo parto seguro. Lo importante es informar al obstetra de cualquier antecedente de hemorragia o atonía en partos anteriores", subraya la obstetra. En este sentido, los especialistas cuentan con medidas para intentar prevenirla cuando hay antecedentes.
"Gracias a los protocolos bien establecidos y a la experiencia de los equipos de salud, la gran mayoría de los casos de atonía uterina pueden resolverse con éxito. La clave está en la detección temprana, la actuación inmediata y el trabajo coordinado del equipo obstétrico", añade la experta.