Nuria Fergó© Mediaset

Familia

Una experta nos cuenta cómo abordar una separación como la de Nuria Fergó: 'Lo esencial no es solo lo que se dice, sino cómo se sostiene después'

Aunque la cantante y su expareja, Juan Pablo Lauro, no tenían hijos en común, habían formado una familia reconsttituida con los niños que cada uno de ellos tiene de relaciones anteriores


4 de junio de 2025 - 15:26 CEST

Nuria Fergó ha anunciado recientemente su separación de Juan Pablo Lauro, de la que ha dado más detalles en el programa Madres: desde el corazón, de MiTele, conducido por la periodista Cruz Sánchez de Lara. La pareja tenía pensado casarse, pero ya llevaban mucho tiempo conviviendo junto a los hijos que cada uno de ellos había tenido de una relación anterior: Fergó tiene una hija, Martina, fruto de su matrimonio con José Manuel Maíz, y Lauro tiene tres hijos con su primera mujer, Irena Villa

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¿Cómo comunicar a los hijos una separación en familias reconstituidas?

Aunque Nuria Fergó y Juan Pablo Lauro no tenían hijos en común, habían formado una “familia enlazada”, término que define a las familias en las que al menos uno de los miembros de la pareja tienen hijos de una relación anterior o en solitario. También es habitual escuchar el término de “familias reconstituidas”, pero es menos adecuado “porque transmite la idea de arreglar algo que estuvo roto”, según Pri Dos Santos, educadora parental y responsable en España del proyecto Somos Madrastras.

¿Cómo decir a los niños de las familias enlazadas que la pareja se separa? Puede no haber lazos biológicos, pero sí un vínculo emocional importante. “Separarse nunca es fácil. Y cuando hay criaturas implicadas, ya sean propias, del otro o de ambos, la situación se vuelve aún más delicada. Lo ideal sería que las personas adultas pudieran parar un momento, si es posible, y pensar juntas cómo cuidar ese proceso”, propone Pri. “Algo tan sencillo como preguntarse: ¿cómo te gustaría comunicarlo tú?, ¿cómo me gustaría hacerlo a mí?, ¿cómo podemos hacerlo de forma respetuosa para las criaturas?”.

Lo esencial no es solo lo que se dice, sino cómo se sostiene después porque, más allá de la decisión, las criaturas necesitan sentir que su mundo no se desarma por completo, que siguen teniendo adultos disponibles que les cuidan emocionalmente

Pri Dos Santos, educadora parental

Dos Santos, que acaba de publicar dos libros infantiles para acompañar a los niños en un proceso de divorcio (¿Qué es el divorcio? La historia de Helu) y para ayudarles a entender lo que implica una familia ensamblada (¿Qué es una madrastra? La historia de Helu), ambos de la editorial Ciclo, pone de manifiesto que no siempre es posible consensuar la manera de comunicárselo a los pequeños.

“Hay separaciones que son muy dolorosas o muy conflictivas, y en esos casos, si no se logra hablar de forma directa, se puede valorar pedir apoyo a una mediadora o a una profesional que acompañe el momento”, señala. “Pero incluso si eso tampoco se puede, al menos desde el lugar que le toca a cada persona adulta, ya sea como madre, padre, madrastra o padrastro, es importante pensar cómo transmitir a las criaturas que esa decisión se ha tomado, que las personas adultas han hecho lo que creen que es mejor para todos”.

Una vez que se les ha comunicado la noticia, la clave es validar las emociones de los niños y acompañarlos en este transitar. Es decir, es fundamental hacerles saber que pueden sentir tristeza, confusión o enfado, que tienen derecho a ello, pero que no están solos. “Que aunque algo cambie, seguimos ahí”.

“Lo esencial no es solo lo que se dice, sino cómo se sostiene después porque, más allá de la decisión, las criaturas necesitan sentir que su mundo no se desarma por completo, que siguen teniendo adultos disponibles que les cuidan emocionalmente”, subraya. “No se trata de evitar el dolor, porque hay cosas que duelen y es así. Pero sí se trata de atravesarlo con respeto, con ternura y con humanidad”. 

Nuria Fergó y Juan Pablo Lauro© GTRES

¿Cómo ha de ser la relación de los niños de la familia enlazada tras la separación de la pareja?

Teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos estos niños han podido crear un fuerte vínculo emocional entre ellos, aunque no sean hermanos, ¿sería adecuado fomentar que los hermanastros se siguieran viendo? ¿O que siguiera el contacto con el padrastro o la madrastra?

“Me encantaría poder darte una respuesta clara, como si esto fuera matemáticas. Que uno pudiera decir: sí, lo correcto es que se sigan viendo o no, es mejor cortar. Pero la realidad es que en temas de crianza, y especialmente en familias ensambladas, no hay fórmulas exactas”, nos dice Pri Dos Santos. “Cada situación es única, con sus propios matices, sus emociones y su historia”.

Considera que, si ha habido convivencia, si ha habido cariño, si se han construido lazos entre criaturas y la madrastra o el padrastro, o entre hermanastros, lo más recomendable sería no romper ese vínculo de golpe porque no cabe duda de que una separación brusca puede doler mucho. “Pero claro, también hay que mirar el contexto emocional de las personas adultas”, puntualiza. “Si ha sido una ruptura muy conflictiva, si hay mucho dolor o si alguna de las partes no está en condiciones de sostener ese contacto de forma respetuosa, a veces lo más sano —al menos en el corto plazo— puede ser tomar cierta distancia”. 

Si ha sido una ruptura muy conflictiva, si hay mucho dolor o si alguna de las partes no está en condiciones de sostener ese contacto de forma respetuosa, a veces lo más sano -al menos en el corto plazo- puede ser tomar cierta distancia

Pri Dos Santos, educadora parental

La responsable en España de ‘Somos madrastras’ hace hincapié en que esa distancia no es un fracaso. “A veces es lo más honesto que se puede hacer, lo más responsable emocionalmente”, asegura. “Lo importante es que cualquier decisión que se tome, se piense desde el cuidado: desde el cuidado de las criaturas, pero también desde el cuidado de las personas adultas, porque solo si las personas adultas están bien, van a poder acompañar bien”.

“Lo que más necesitamos en esos momentos no es perfección, es presencia, humanidad y conciencia”. Y es recomendable pedir ayuda profesional, que resultará de gran utilidad para poder ver con más claridad la situación y para afrontarla. “A veces lo más valiente es reconocer que no podemos solas con todo”.

Coparentalidad en paralelo

Dos Santos destaca un aspecto muy importante, que es el de la coparentalidad en paralelo, es decir, sin que los progenitores tengan que seguir siendo obligatoriamente un equipo tras la separación. “Hay una creencia muy instalada de que, para criar bien después de una separación, hay que llevarse bien sí o sí, como si fuera obligatorio forzar una relación cordial. Pero eso puede ser muy dañino, sobre todo cuando hay mucho conflicto, porque al final quien queda en el medio es la criatura”, explica. “La coparentalidad en paralelo justamente propone lo contrario: que cada persona adulta críe desde su casa, con respeto hacia lo que ocurre en la otra, sin invadir, sin controlar, sin forzar vínculos artificiales”.

Y este enfoque puede trasladarse, nos dice, a las familias enlazadas cuando se produce una ruptura. “Muchas veces, tras una separación, puede quedar el deseo o el intento de mantener el vínculo con las criaturas del otro, especialmente si ha habido convivencia o un lazo afectivo fuerte. Y eso está bien. Pero también es importante entender que cada quien necesita su tiempo, que puede haber voluntad, pero no siempre se puede sostener todo en el momento inmediato”. Hay que tener en cuenta que, “a veces, lo más generoso es eso: respetar el tiempo del otro, no forzar, dejar espacio”.

Eso tampoco implica que se haya roto el vínculo, sino simplemente que hay que pasar el proceso de duelo que va asociado a todo divorcio o separación. “En estos procesos, el tiempo es un gran aliado”, recalca. “En medio del dolor o de la confusión, a veces no hay respuestas claras ni caminos definidos, pero con el tiempo, cuando las emociones bajan, se pueden retomar vínculos desde otro lugar”.

Y lanza un mensaje claro a las parejas que habían formado una familia ensamblada y que se separan: “no hace falta resolverlo todo en el mismo instante. Lo más importante es actuar desde el respeto, desde la honestidad emocional y con la conciencia de que las criaturas necesitan adultos que les acompañen, no desde la perfección, sino desde la verdad y el cuidado”.

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