Niño tímido cogido a la pierna de su padre© Getty Images/PhotoAlto

Psicología

¿Tu hijo es tímido? Lo qué debes hacer (y lo que no) para ayudarlo

La timidez es un rasgo que tienen tanto niños como adultos. Sin embargo, al contrario de lo que sucede con otras características personales o emociones, tendemos a querer corregirla. ¿Cómo debería tratarse a un niño tímido? ¿Qué necesita realmente?


7 de mayo de 2025 - 18:51 CEST

Hay niños que desde que son pequeños muestran su carácter más tímido y menos expansivo socialmente. Lo habitual es que desde fuera esa emoción intente modificarse, como si fuese algo negativo. 

Para ti que te gusta

Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!

Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.

Este contenido es solo para suscriptores.

Suscríbete ahora para seguir leyendo.

TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.

Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.

Sara Noguera, maestra, especialista en crianza respetuosa y directora de Kimudi Crianza (www.kimudi.es), nos habla sobre ello y nos aclara cuál es la mejor forma de acompañar a los pequeños en esta emoción. Además, acaba de publicar un libro junto con Marta Orse donde aborda este tema. En Caracola (Ed. Sarganta), tanto niños como padres encontrarán herramientas para convivir con la timidez.

La timidez no es mala. Lo que ocurre es que socialmente se lleva forzando toda la vida a agradar a los demás y no tiene que ser así

Sara Noguera, experta en educación infantil

Por qué la timidez no debe ser corregida

A los niños tímidos les cuesta más la relación con otros, sean de su edad o adultos, tienen más dificultades para saludar, para jugar con los demás en espacios comunes, se ponen colorados, les da vergüenza hablar en público... La timidez tiene muchas manifestaciones, pero finalmente es fácil reconocerla. "Cuando un niño no quiere saludar a otro o no quiere compartir algo somos los adultos los que tenemos integrado socialmente que tiene que hacerlo", destaca la experta. Pero no hay que obligarlos. "Debemos ver por qué no le apetece. Explicarle el motivo por el cual saludamos, por el que compartimos cosas y darle alternativas: por ejemplo, un intercambio de juguetes con otro niño", comenta. 

En el fondo de estas posturas que intentan que el niño tímido se comporte de manera diferente está la falta de aceptación de un rasgo de la personalidad que es considerado negativo por una parte de la sociedad. Pero Sara Noguera matiza: "Es una forma de ser; la timidez no es mala. Lo que ocurre es que socialmente se lleva forzando toda la vida a agradar a los demás y no tiene que ser así. Que no hagan lo que nosotros queremos no significa que los niños tímidos hagan algo mal. No están aquí para agradar, están para ser".

La clave, validar sus emociones

Un niño tímido necesita sentir el respaldo de sus adultos de referencia. Necesita saber que no hay nada malo en él por sentir esta emoción y que sus padres la validan. Por eso, la experta de Kimudi destaca que no hay que minimizar lo que sienten, ni expresar comentarios peyorativos sobre la timidez ni hablar de ella con los demás como si el menor no estuviera delante. En cambio, le será de gran ayuda validar lo que está sintiendo. 

"Esa seguridad para que avance debe partir del adulto, que le debe transmitir que no es malo lo que está sintiendo", comenta. A veces, los padres también son tímidos, y pueden ayudarlo poniéndose de ejemplo: "Yo también soy tímido y lo afronto así".

Cuando el niño tímido está delante de otras personas y no es capaz de relacionarse o saludarlas, "nos hemos acostumbrado a justificarlo con expresiones como 'es que es muy tímido', pensando que eso lo va a proteger. Pero sería mejor que en vez de dirigirnos al adulto nos dirigiéramos al niño".

© Adobe Stock

La timidez no es signo de fragilidad

Hay niños y adultos muy tímidos que conviven con este rasgo sin mayor problema. De hecho, es bueno recalcar que "la timidez no tiene que ver con la fragilidad de las personas". Se puede ser fuerte y tímido, y es importante que los niños crezcan sabiendo que no son más débiles por eso. Una vez más, la intervención y el acompañamiento de los padres es esencial. 

Por ejemplo, si el niño de repente se ruboriza, hay que normalizarlo. "Le podemos dar un beso o un abrazo, pero no comentar en alto que se ha puesto colorado. Cuando lo hacemos así, lo convertimos en el centro de atención, que es lo que el niño quiere evitar precisamente". 

En su libro Caracola, para menores de entre tres y nueve años, Sara Noguera aborda todos estos aspectos, para que los niños se sientan identificados y para que las familias sepan cómo acompañarlos y validarlos.

© Adobe Stock

Cuando la timidez se vuelve un problema

Tal como explica Sara Noguera, si el niño tímido se siente validado, irá avanzando poco a poco con el ritmo que él mismo se marque. Este avance supone fundamentalmente que la timidez no conlleve un obstáculo o un problema en su vida. Puede ser una característica, sin más, que no interfiera en aspectos fundamentales.

Sin embargo, cuando esa timidez no está bien acompañada por el adulto, o se ridiculizan las emociones o se invalida, la emoción sí podría derivar en otros problemas. En este caso, pueden aparecer somatizaciones, el menor no tiene relaciones sociales, padece un sufrimiento alto, tiene picos de ansiedad... Y ahí es necesario buscar ayuda profesional para afrontar la situación.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.

Gana un Tratamiento Abeille Royale de GUERLAIN valorado en 421€

APÚNTATE A LA LISTA DE PROMOCIONES DE ¡HOLA! PARA RECIBIR MÁS ACCIONES EXCLUSIVAS Y SORTEOS DE BELLEZA COMO ESTE.

Email:

Al enviar tu email aceptas y reconoces haber leído la Política de Privacidad de ¡HOLA!