La erupción de los dientes de leche es un proceso fisiológico de gran trascendencia en el desarrollo y en la maduración del niño. Este largo proceso, pues dura dos años, diferencia dos épocas bien definidas en la forma de alimentarse. La época de la lactancia, en la cual solo se alimenta de leche, para la que solo necesita el reflejo de succión, y la época de la masticación de alimentos sólidos, para la que necesita las diferentes piezas dentarias que van brotando en sus encías a lo largo de meses.
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El momento y la secuencia de la erupción de los nuevos dientes es una característica de la maduración y está regulado por un calendario orientativo: incisivos inferiores centrales, a los 7 meses; incisivos centrales superiores, a los 9 meses; laterales, a los 10 meses; premolares, a los 14 meses; caninos, a los 18 meses; y molares, a los 24 meses. Son un total de diez piezas en cada arcada dentaria. No en todos los niños es igual, pues el ritmo y la velocidad en la erupción vienen marcadas por la herencia.
La erupción dentaria ocasiona en los bebés una gran ansiedad para morder todo lo que llega a sus manos, con la consiguiente contaminación bacteriana de la cavidad bucal, circunstancia que favorece la aparición de infecciones
¿Qué problemas puede ocasionar la salida de los dientes de leche?
En contra de la creencia general, debemos recordar que la erupción de los dientes nunca es causa directa de enfermedad. Los dientes no provocan fiebre, ni tos, ni diarrea. Lo más que originan son molestias y desasosiego. Eso sí, la erupción dentaria ocasiona en los bebés una gran ansiedad para morder todo lo que llega a sus manos, con la consiguiente contaminación bacteriana de la cavidad bucal, circunstancia que favorece la aparición de infecciones.
La época de la erupción dentaria se caracteriza por mayor agitación, aumento de la ansiedad, en ocasiones pérdida del apetito, sueño más intranquilo, aumento del babeo, dermatitis perioral y, como consecuencia, mayor propensión a padecer infecciones respiratorias y digestivas.
¿La erupción de los dientes da fiebre al niño o es un mito?
Ya hemos referido que la erupción de los dientes de leche es un proceso largo que abarca desde los 6-7 meses hasta los dos años de edad. Si este proceso eruptivo diera lugar a fiebre en el bebé y el niño, estos dos años pasarían con continuos sobresaltos y frecuentes tratamientos antitérmicos. Lo cierto es que aparte de provocar desasosiego y cierto grado de irritabilidad, la erupción de los dientes no provoca fiebre ni ninguna enfermedad.
Aparte de provocar desasosiego y cierto grado de irritabilidad, la erupción de los dientes no provoca fiebre ni ninguna enfermedad
La explicación de estas coincidencias, erupción dentaria y enfermedad, se puede fundamentar en que la época de la erupción coincide con momentos en que el niño comienza a utilizar sus manos y su boca para relacionarse con el mundo exterior que le rodea y con su entorno. La irritación de sus encías le lleva a introducir y morder con su boca cualquier objeto doméstico que llega a sus manos. Como es lógico, la posibilidad de que su cavidad bucal se contamine es muy elevada y la aparición de infecciones respiratorias, ORL(otorrinolaringólogas) y de su aparato digestivo es mucho más frecuente.
Esta puede ser la explicación por la que en la época de la erupción dentaria los accesos febriles del niño y del bebé pueden ser más frecuentes; no es, por tanto, por los dientes, sino por la contaminación y las infecciones.
¿Qué podemos hacer para aliviar los síntomas?
Para aliviar las molestias asociadas a la erupción dentaria, podemos recurrir a:
- Un mordedor, mejor frío, pues puede aliviar las molestias, tranquilizar al niño y facilitar la erupción de los dientes.
- Existen productos de farmacia que, aplicados sobre las encías, pueden aliviarlas. Pequeñas dosis orales de Paracetamol pueden ser beneficiosas.
- Prevenir y tratar la maceración, debida al babeo, de la región peribucal.