El ejercicio físico contribuye de forma decisiva en la regulación hormonal, el metabolismo y el bienestar de la persona. Son variables importante cuando se busca un embarazo, por eso mantenerse activa con la actividad deportiva adecuada puede ser una gran ayuda a la hora de conseguir ser madre.
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La Dra. Judit Guix, ginecóloga especialista en fertlidad de Fertilab Barcelona, nos explica los beneficios del ejercicio físico moderado y cuáles son los más recomendables para la mujer que desea un embarazo y para la que está embarazada.
El cuerpo necesita un equilibrio energético adecuado para mantener la función reproductiva
Una combinación de ejercicio moderado
Para las mujeres que quieren quedarse embarazadas, la especialista aconseja una combinación de ejercicio aeróbico y de fuerza y a una intensidad moderada. En este sentido, destaca estas opciones:
- Caminar o nadar: "Son ejercicios físicos de bajo impacto que mejoran la circulación sanguínea. Además, reducen los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que en exceso puede afectar a la ovulación".
- Yoga o pilates: "Además de ser ejercicios que fortalecen el suelo pélvico y la musculatura profunda, estas disciplinas favorecen la flexibilidad, la postura y la relajación. Al incluir técnicas de respiración y meditación, ayudan a reducir el estrés y la ansiedad, lo que puede mejorar el equilibrio hormonal y mejorar la función ovárica. También son ejercicios ideales durante el embarazo, ya que favorecen la adaptación del cuerpo a los cambios físicos".
- Entrenamiento de fuerza moderado: "Contribuye al mantenimiento de la masa muscular, esencial para la estabilidad metabólica y regulación de la insulina. Esto es especialmente beneficioso para mujeres con el síndrome de ovario poliquístico (SOP), ya que mejora la sensibilidad a la insulina y reduce la inflamación".
La importancia de la moderación en la actividad
La ginecóloga insiste en que estas prácticas deben hacerse con moderación, porque el deporte en exceso y sin un equilibrio nutricional adecuado, puede afectar negativamente a la ovulación, con lo que esto implica para la capacidad de concebir. De hecho, cuando hay sobreentrenamiento, la ingesta calórica es insuficiente y el porcentaje de grasa corporal está por debajo del 15% puede haber irregularidades en el ciclo menstrual e incluso desparecer la regla (amenorrea).
Es lo que les sucede aproximadamente a la mitad de las deportistas de élite, que pueden presentar amenorrea hipotalámica funcional, por el entrenamiento excesivo y el bajo porcentaje de grasa corporal que tienen. No es solo un problema que afecte a la fertilidad, ya que a largo plazo esta patología puede provocar la pérdida de masa ósea, lo que hace aumentar el riesgo de fracturas por estrés. No obstante, es un problema con solución, ya que en el 80% de los casos, cuando se ajusta la intensidad y el volumen de ejercicio físico, la mujer puede recuperar la ovulación y tiene posibilidad de un embarazo espontáneo, con la ayuda de un buen ajuste nutricional.
“El cuerpo necesita un equilibrio energético adecuado para mantener la función reproductiva. Cuando hay un déficit calórico crónico, se activan mecanismos de adaptación que pueden llevar a la inhibición de la ovulación. Es un mecanismo de protección del organismo, que interpreta que no es un buen momento para el embarazo”, explica la experta de Fertilab Barcelona.
Ejercicio durante el tratamiento de reproducción asistida
Los tratamientos de reproducción asistida son muy exigentes a nivel físico y mental. El ejercicio físico puede ser un aliado en este sentido. De hecho, se ha observado cómo las pacientes que practican ejercicio moderado mejoran la sensación de bienestar y reducen los niveles de cortisol mientras están sometidas a un ciclo de fertilidad, y esto podría mejorar los resultados del mismo.
“La búsqueda de un embarazo puede ser un proceso emocionalmente intenso. Muchas mujeres en tratamientos de fertilidad han pasado por pérdidas o fracasos previos, lo que genera altos niveles de estrés. Mantenerse activas con ejercicio moderado puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y, en algunos casos, favorecer el éxito del tratamiento”, aclara la Dra. Guix.
Una vez que se consigue el embarazo, no es recomendable dejar de hacer deporte. La actividad física ha de adaptarse a cada trimestre del embarazo y, muy importante, a las condiciones médicas de la mujer, por lo que conviene que reciba un asesoramiento personalizado en función de su situación particular. Pero, como norma general, será muy beneficioso que siga haciendo ejercicio en la medida de sus posibilidades.