Entre los factores clave que influyen directamente en la infertilidad, especialmente en mujeres y hombres de más de 35 ó 40 años, es el estilo de vida. Incluso las condiciones climatológicas pueden afectar a la capacidad de fecundar un bebé: “en invierno, al hacer frío, tenemos más tendencia a darnos baños o duchas más calientes, eso en el hombre puede subir la temperatura testicular y acabar dañando la calidad del semen”, nos explica la Dra. Fulvia Mancini, ginecóloga especialista en reproducción asistida de Fertilab Barcelona. “Sin embargo, siendo meses más fríos tenemos más tendencia a quedarnos en casa o salir menos compartiendo más tiempo con nuestra pareja y eso puede favorecer situaciones románticas propicias para buscar el embarazo”.

Teniendo en cuenta que la infertilidad afecta a 1 de cada 6 parejas (según la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), y que 7 de cada 10 mujeres no siguen los hábitos de alimentación y ejercicio físico recomendados por los profesionales durante el embarazo (según una encuesta llevada a cabo por CinfaSalud), es muy importante concienciarse de la necesidad de seguir un estilo de vida saludable tanto durante la búsqueda del embarazo como una vez conseguido, puesto que “los malos hábitos pueden desencadenar dificultad para quedarse embarazada, abortos prematuros o consecuencias negativas en el desarrollo del bebé”, tal y como apunta Marta Antich, embrióloga, fundadora y directora científica de Fertilab Barcelona. “Es imprescindible que los padres cuiden sus hábitos y eviten así situaciones que pueden poner en riesgo a los bebés”.

Hábitos a seguir en invierno para lograr el embarazo

¿Cuáles son esos hábitos? ¿A qué hay que prestar especial atención en los meses de frío? Hay una serie de pautas que es recomendable que sigan tanto mujeres como hombres, incluso aunque la pareja no contemple tener un bebé de inmediato, sino más adelante; “llevar a cabo los hábitos necesarios en el presente puede ser clave en el futuro, cuando se decida dar el paso”, subraya Antich. Las pautas a tener en cuenta en invierno, especialmente si ya se está buscando el embarazo, son las siguientes:

• Averiguar si tenemos el nivel adecuado de vitamina D. “Está demostrado que la vitamina D está implicada en la implantación embrionaria”, informa la Dra. Mancini. “Durante los meses invernales la exposición al sol disminuye y eso se traduce en una reducción de los niveles hemáticos de vitamina D”. Por eso aconseja someterse a una simple analítica para “valorar esos niveles en sangre y, si están por debajo de los 30ng /ml, se recomienda tomar suplementos”. Y, aunque los niveles estén algo por encima e incluso, a un nivel óptimo, también es adecuado seguir “una dieta rica en alimentos con vitamina D (brocoli, nueces, cítricos, etc.)”, añade la experta.
• Supernutrientes de temporada. Comer sano y procesar bien los alimentos es crucial. Sin embargo, “es importante que la transición hacia una alimentación de calidad sea progresiva, porque si no, la persona puede exponerse a situaciones de ansiedad”, afirma Antich. Adaptar el consumo de Omega 3, a través de supernutrientes de temporada como el aguacate, o bien antioxidantes, como los frutos rojos, es imprescindible a la hora de mejorar la fertilidad. Por otra parte, la Vitaminas C y el ácido fólico tienen también una función imprescindible y se pueden obtener con ciertos suplementos o alimentos de invierno, como los cítricos. Según Antich, “hay un conjunto de supernutrientes con un gran poder en la salud y en la fertilidad, como el huevo, el brócoli o las nueces”.

• Descansar y dormir de manera adecuada. “Si no puedes estar descansado sin necesidad de consumir mucha cafeína o sustancias para dormir, tienes un problema”, afirma la directora científica de Fertilab Barcelona. Lograr dormir las horas necesarias y respetando los ciclos de sueño se puede conseguir mediante algunos tips, como dormir a una temperatura adecuada, mantener la habitación a oscuras durante el sueño o bien tomar cenas fáciles de digerir antes de dormir. No estar descansada puede afectar a la producción de óvulos, retrasando los ciclos e influyendo así en la posibilidad de tener un bebé.
• Dejar de lado la inactividad. Pese a que el frío anime a quedarse en casa, llevar a cabo de forma moderada unos hábitos de ejercicio físico es imprescindible para un correcto estado de salud. Sin embargo, tampoco debemos sobrecargarnos: “la columna vertebral tiene muchas conexiones con el sistema reproductivo y hacer ejercicios muy bruscos puede tener secuelas en la fertilidad”, aclara Antich. Actividades como salir a caminar, hacer yoga o pilates puede aportar la fuerza muscular necesaria para ser fértil.
• No ducharse con agua demasiado caliente. A raíz de lo que explicaba la Dra. Mancini sobre cómo las duchas o baños con agua demasiado caliente puede afectar a la calidad del semen, es aconsejable que los hombres tengan en cuenta este factor y procuren que el agua esté más templada.