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Embarazo

Quedarse embarazada después de los 40: pasos a seguir para alcanzar el sueño de ser madre

Cada vez más mujeres optan por tener hijos a mayor edad, lo que disminuye la probabilidad de lograr un embarazo natural

Consecuencia directa de los cambios que la sociedad está experimentando en los últimos años, que abarcan desde nuevos estilos de vida y a una situación laboral mucho más inestable que hace décadas, es que las mujeres cada vez tienen sus hijos más tarde. El problema es que el reloj biológico no perdona y, a partir de los 40, es más difícil quedarse embarazada. De ahí que la demanda de tratamientos de fertilidad haya aumentado de manera proporcional, puesto que la capacidad reproductiva disminuye con la edad, especialmente a partir de los 42 ó 43 años. ¿Qué pasos debe seguir, entonces, una mujer de más de 40 que desee ser madre?

“Recomendamos que la paciente se dirija a una unidad de reproducción asistida para comenzar el estudio de fertilidad lo antes posible”, señala el Dr. Pascual Sánchez, cofundador y director médico de Ginemed. “En el caso de las parejas heterosexuales, la búsqueda del embarazo se puede seguir intentado en casa durante el estudio”, pero “si tras seis meses de búsqueda no llega el embarazo de modo natural, lo recomendable sería iniciar el tratamiento de reproducción asistida”.

Una vez tomada la decisión de iniciar un tratamiento de fertilidad, elegir uno u otro dependerá de diversos factores, como “las condiciones en las que esté la mujer y del tipo de familia que desea formar (heteroparental, homoparental o monoparental)”, así como “del número de hijos que se desee tener, ya que los planteamientos pueden ser algo diferentes”, explica el doctor. En cualquier caso, a partir de esa edad lo recomendable es comenzar directamente por “las técnicas de reproducción asistida que garanticen mayor porcentaje de embarazo, entre las que se encuentran las técnicas de Fecundación in vitro (FIV)”.

Probabilidad de embarazo por edades

Más allá de la edad, en la probabilidad de éxito de un tratamiento tendrán mucho que ver las condiciones de las que parta la paciente. Por ejemplo, “en el caso de parejas heterosexuales, donde el factor espermático y el factor uterino son correctos, y el sistema de implantación embrionaria se encuentra en buenas condiciones, en Ginemed contamos con unas tasas de parto con óvulos propios del 35% para el grupo de mujeres de 40 a 41 años, de un 25% para las de 42, y de un 13% para las de 43 o más”, expone el director médico. Estos porcentajes hacen referencia a las tasas de parto a término, no de gestación, “que serían mucho más altas debido a las pérdidas por embarazos bioquímicos y por abortos”.

Para una mujer más próxima a los 50 años, “el tratamiento recomendable sería realizar una Fecundación in vitro con óvulos de una donante, ya que las probabilidades de tener un hijo con óvulos propios serían ínfimas”. También aquí será clave “las condiciones del factor espermático (en el caso de parejas heterosexuales), del factor uterino y del sistema de implantación”, apunta el experto. Siempre que todos estos factores sean óptimos, las probabilidades de embarazo, según las estadísticas de Ginemed, “rondan el 75% con la transferencia de un solo embrión”.

Otros factores clave para lograr el embarazo

También serán fundamentales de cara a lograr el embarazo el estilo de vida y el factor psicológico. El estilo de vida “influye en la salud de los espermatozoides, los óvulos, el útero y el sistema de implantación embrionaria”, además de “sobre la epigenética, que regula el funcionamiento de los genes y el desarrollo del futuro bebé”. Es, por tanto, muy importante hacerse previamente un estudio de fertilidad porque “no todas las personas parten de las mismas condiciones físicas o psíquicas para ser madres”. Así, por ejemplo, “en pacientes que buscan embarazo después de los 40, prestamos especial atención a la regulación de la presión arterial, al sistema de coagulación, al metabolismo de la glucosa y a la prematuridad”.

En cuanto a la situación emocional, “hoy día sabemos que hay una relación muy importante entre el sistema endocrino, el sistema inmunológico, el sistema digestivo y el componente psicológico” y que “una alteración en uno de estos sistemas influye en los otros”.

Aquellas mujeres que optan por acudir a un tratamiento de fertilidad, arrastran una historia personal detrás que puede provocar situaciones de estrés y el hecho de no lograr tener hijos de un modo natural les supone, en no pocos casos, “una interferencia en su proyecto vital” y, por tanto, recurrir a este tipo de técnicas para quedase embarazada “suele ocasionar conflictos psicológicos en mayor o menor medida”. “Cuando además hay que recurrir a óvulos de una donante, la paciente puede necesitar un mayor apoyo psicológico para afrontar el duelo genético que esto puede provocarle y comprender que tener un bebé no solo tiene un componente biológico”, explica el director médico. “Hay una toma de decisión que es incluso más importante que la parte biológica”.

Disminuir riesgo de complicaciones en el embarazos

A partir de cierta edad, es más probable que surjan ciertas complicaciones en los embarazos. Complicaciones que “podrían disminuir dependiendo de los estudios que se realicen previamente” y “si hay alguna deficiencia o alteración, se hará lo posible por corregirla antes de que la paciente vaya a gestar”. “En los casos en los que se realice Test de Compatibilidad Genética (Matching Genético), disminuimos mucho las probabilidades de que la descendencia nazca con una enfermedad autosómica recesiva”, apunta el doctir. “Asimismo, cuando se realizan técnicas de Diagnóstico Genético Preimplantacional, disminuye un porcentaje importante de abortos y algunos casos de cromosomopatías, como el Síndrome de Down o el Síndrome de Edwards”.