A pocos meses de concluir el año, charlamos con algunas de las wedding planners más destacadas del país para descubrir qué tendencias triunfarán en las bodas de 2026. Y es que el próximo año llega cargado de novedades, pero también son numerosas las parejas que quieren recurrir a fenómenos virales que ya hemos visto en 2025. Desde las propuestas decorativas más sorprendentes a las paletas cromáticas más solicitadas, descubrimos todo lo que importará en los próximos enlaces que puedes tener en cuenta si tú también pasas por el altar.
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Arreglos florales entre mesas
Desde Bouclé Weddings defienden la llegada de una de las tendencias más llamativas: "en 2026, la decoración floral se integra en el centro de la distribución de las mesas, para convertirse en el eje visual del banquete. Los arreglos florales se disponen entre las mesas, creando una composición que conecta a los invitados y crea una sensación de unidad y de celebración íntima. Los colores de estas decoraciones serán los granates y cherry, que aportan, de este modo, profundidad, contraste y un punto sofisticado. La mesa así se convierte en la parte esencial de la escenografía de toda la boda".
Bodas en blanco
Sobre el fenómeno de la decoración todo al blanco nos hablan desde Bouclé: "Veremos bodas con aires mediterráneos, donde el blanco —en todas sus versiones— se convierte en el gran protagonista. Tonos luminosos y alineados con el color del año Pantone 2026, Cloud Dancer, dando como resultado una estética atemporal. La clave está en trabajar capas de blanco: mantelerías suaves, cerámicas artesanales, flores blancas de temporada y cristalería que refleja la luz del entorno. Sobre esta base neutra se incorporan sutiles acentos en amarillo pastel, casi imperceptibles en ocasiones pero que aportan calidez y un pequeño guiño al sol mediterráneo".
Con ellas coinciden desde Sophie Kors: "sí, el blanco, ha vuelto en flores y decoración, quizás por eso también Pantone ha elegido un tipo de blanco como color del año 2026, una paleta de color suave, atemporal, que nos va a acompañar seguro en muchas decoraciones de nuestras bodas".
Weekend weddings
Ya era una de las tendencias del pasado año y este 2026 se mantiene: "es el formato de boda que se extiende durante todo un fin de semana, no solo un día, y en el que se organizan varios eventos para celebrar la boda con los invitados. Normalmente hacemos: welcome dinner o welcome party (viernes). En este caso solo para la familia más cercana. Aunque nuestras welcome parties son, sobre todo, para la gente joven. Solemos acabar pronto, tipo 12 de la noche para que al día siguiente estén frescos para la boda. Día de la boda: ceremonia y gran celebración. Brunch o pool party post-wedding (domingo). Es muy habitual en bodas de destino, cuando los invitados viajan desde lejos y se quiere exprimir al máximo el tiempo con los invitados y nosotras somos expertas en poder ofrecer diferentes experiencias que seguro recordaran para siempre", revelan desde Sophie Kors.
Bodas íntimas o microweddings
"Cada vez más los novios buscan crear una experiencia íntima, personalizada, donde puedan pasar tiempo de calidad con las personas más cercanas. Por ello, cada vez vemos más bodas donde no existen compromisos, los amigos de los padres no están invitados y creamos experiencias para un grupo muy reducido. Como esta boda que hicimos para 12 personas en Mallorca. Cada detalle estaba pensado con mimo, pensando en los invitados", apuntan desde The Planner Co.
Secret Rooms o bares clandestinos
Una apuesta divertida y atrevida que nos explican desde The Planner Co: "que los bares clandestinos son tendencia ya lo sabemos. Pero para este 2026 vamos a verlo también en las bodas. Sorprender a los invitados está a la orden del día y por eso crear experiencias y momentos inesperados será algo que veamos con frecuencia. En esta boda creamos un secret room donde los invitados, gracias a una contraseña, podían acceder a un secret bar de chupitos, que fue un hit durante toda la boda".
Personalización extrema
"Si hay algo que nos encanta ver en las bodas, es cómo cada pareja las hace totalmente suyas. Cada vez más novios buscan que su boda refleje quiénes son, sin necesidad de crear un espectáculo. La clave está en los detalles: cajas de cerillas, servilletas bordadas, bajoplatos personalizados o frases que los representan. Cada pequeño guiño cuenta y, juntos, hacen que la boda tenga sentido. Esta tendencia va de lo artesanal y lo hecho a mano. Lo imperfecto, lo único y trabajado con cariño transmite autenticidad. Para nosotras, ahí está la magia: crear bodas que no podrían ser de nadie más, porque cada decisión refleja a la pareja", alegan desde Fit for Weddings.
Bodas en blanco y negro
Lo que podría haberse visto como un tímido auge en arreglos florales y elementos textiles, promete un gran éxito el año que viene, nos cuentan desde Fit for weddings: "Nos encanta usar el blanco y negro en la decoración; es un estilo atemporal y elegante que nunca pasa de moda. Se puede aplicar en mesas, detalles o incluso en el mobiliario y sin recargar nada, el espacio ya cambia por completo. Si le sumas rayas, algún patrón gráfico o unas velas, el resultado queda todavía mejor. Es un estilo que se puede adaptar a todas las tendencias y combina perfecto con elementos naturales como plantas o madera. Para nosotras, el blanco y negro siempre funciona: sencillo, elegante, con estilo y adaptable a cualquier boda".
Recuperación de tradiciones
"De cara a 2026, todo apunta a que la tendencia en bodas no es una moda pasajera, sino un movimiento que llega para quedarse durante varios años. Especialmente impulsada por la Generación Z —y seguida muy de cerca por las generaciones anteriores—, asistimos a una recuperación consciente de lo que durante un tiempo quedó atrás: las tradiciones. Vuelven los pequeños rituales cargados de significado. Lo prestado, lo azul, la liga, las mantillas heredadas de madres y abuelas… Las novias recuperan piezas con historia y las incorporan a su look no como un gesto nostálgico, sino como una declaración de identidad. Hay una necesidad clara de conectar con el origen, con la familia y con aquello que tiene valor emocional", revelan desde La Casamentera.
Aumento de bodas religiosas
En sintonía con la recuperación de las costumbres, Marta Lamillar, parte de La Casamentera, señala que hay un claro fenómeno para el próximo año. "Este regreso a la esencia se refleja también en el aumento de bodas religiosas. Las iglesias vuelven a llenarse, pero con una diferencia importante: la ceremonia ya no se vive como algo distante. Las misas se transforman, en gran parte gracias a una nueva generación de sacerdotes, más cercanos y con mayor capacidad de conectar con los novios y los invitados. Las ofrendas se personalizan, los discursos se adaptan y el sacramento se vuelve más humano, más presente y más compartido", revela.
Flores minimalistas, con identidad propia
Frente a lo que ha triunfado este año, en Eterna Prometida ven un giro claro en la decoración floral: "si en 2025 destacaron los arreglos florales conceptuales y esculturales, en 2026 las flores adquieren protagonismo desde un enfoque más minimalista e individual. Cada flor se presenta como una pieza con identidad propia, apostando por la pureza de las formas, la fuerza de su presencia y la belleza de lo esencial. En este contexto, variedades como el anturio emergen con fuerza, convirtiéndose en un símbolo de carácter, elegancia y modernidad".
Experiencias en torno a la tarta nupcial
"Si en 2025 regresaron las tartas esculturales y se recuperó ese momento tan emotivo entre los novios del corte de tarta, en 2026 este instante evoluciona hacia una experiencia dinámica y participativa. Las tartas dejan de ser una pieza estática para convertirse en creaciones artesanales realizadas en directo, donde los propios novios forman parte del proceso. El showcooking será clave para sorprender y deleitar a los invitados: tartas de frutos secos elaboradas capa a capa ante sus ojos, con los novios colocando los ingredientes finales o espolvoreando el azúcar glas, o incluso ensaimadas gigantes que se transforman en auténticos momentazos visuales y sensoriales", dicen desde Eterna Prometida.
También lo creen en Mila's Weddings, que reconocen que, más allá de las tartas, "el momento del postre se consolida como una experiencia en directo dentro de la celebración. Puestas en escena cuidadas y ejecuciones en directo convierten el cierre de la comida en un momento memorable y sensorial para los invitados".
Ceremonias al atardecer
"El horario de la ceremonia se convierte en una decisión creativa clave. Las ceremonias al atardecer, cuidadosamente planificadas según la luz natural, ganan protagonismo por su capacidad para crear atmósferas cálidas, envolventes y profundamente emocionales sin necesidad de grandes artificios", en palabras de Mila's Weddings.
Mascotas en las bodas
En los enlaces de 2026 hay hueco para todos, revelan desde A-Típica: "la idea de familia se refleja de una manera más amplia. Las mascotas ganan protagonismo, participando de manera especial en la ceremonia o en detalles incorporados en el evento".
Entretenimiento inmersivo
"El entretenimiento se vuelve inmersivo y personalizado, con experiencias sensoriales que sorprenden y estimulan los sentidos. Estaciones gastronómicas interactivas, coctelería de autor en barras personalizadas e intervenciones creativas que se diseñan para involucrar a cada invitado, logrando que cada recuerdo sea único, diferente y verdaderamente memorable", comparten desde A-Típica.
Estética teatral
Una tendencia que describen desde Donna Weddings: "en 2026, la decoración de bodas evoluciona hacia una estética más emocional, artística y experiencial. Los espacios se visten con capas de textiles drapeados fluidos, gasas, linos y terciopelos suaves, que aportan movimiento y una sensación envolvente. Las paletas cromáticas se alejan de lo neutro clásico para abrazar tonos cálidos y sofisticados como terracota, arena, azules, melocotón, burdeos suave y verdes profundos, a menudo combinados con acentos inesperados".
Iluminación destacada
"La iluminación cobra un papel protagonista con abundancia de velas, instalaciones lumínicas y piezas escultóricas que crean atmósferas íntimas y teatrales", señalan desde Donna Weddings.
Carácter sostenible
Cuando preguntamos a Las Catalinas, encontramos un fenómeno que en realidad es mucho más que eso. "En el próximo año la sostenibilidad deja de ser una opción para convertirse en una parte natural de la planificación y el diseño de las bodas. Cada vez más parejas buscan celebraciones cuidadas y bonitas, pero también conscientes y responsables. Una de las prácticas que gana protagonismo es el aprovechamiento de las flores. Tras la celebración, estas se transforman en un pequeño puesto floral donde los invitados pueden llevarse ramos a casa. Esta es una de las ideas que más éxito ha tenido en una de nuestras bodas de este año ¡las flores volaron en cuestión de minutos! Este es un gesto sencillo que alarga la vida de la decoración y convierte las flores en un recuerdo tangible del día".
Espacios wow
En causar sentimientos está el reto de la nueva decoración, algo a lo que se refieren Las Catalinas: "en 2026, la decoración deja de entenderse como una suma de rincones aislados. La tendencia apuesta por la transformación completa de los espacios, capaces de emocionar desde el primer momento. Salones llenos de flores con arcos de gran formato, techos vestidos con tejidos y drapeados —una tendencia que continúa desde 2025— o grandes figuras decorativas acompañadas de vajilla y mantelería a perfectamente coordinados. Todo pensado para que el espacio sea el verdadero protagonista".
Paletas serenas y materiales nobles
La idea de encontrar atemporalidad en los montajes decorativos es una constante en los enlaces del próximo año, nos dicen desde El Jardín and Co: "en 2026 apostamos por mesas diseñadas desde el lujo silencioso, con paletas de color serenas —blancos, arenas, verdes suaves, tonos piedra— y una cuidada selección de materiales nobles y texturas agradables. En la mesa todo debe tener intención y equilibrio, cada elemento se elige para crear una atmósfera calmada, acogedora y coherente: mantelerías de lino o algodón suave, piezas de cerámica y vidrio, detalles en mármol o piedra natural, cromados sutiles, todo combinado con flores de formas orgánicas y la luz cálida de las velas. Para nosotros, esta tendencia no va solo de estética, sino de ritmo".
Bodas con narrativa emocional
"Más allá de la estética, las parejas quieren que su boda hable de ellos: de su familia, de su infancia, de un lugar importante para ellos, sus gustos y pasiones o de una emoción compartida. Desde la ceremonia hasta la papelería, pasando por la música en directo o la disposición de los espacios, todo responde a un relato. El conocido storytelling llegó a las bodas para ser una parte indispensable de ellas. Nuestro papel es interpretar esa historia y traducirla en decisiones de diseño y de organización durante el evento", nos explican desde El Jardín and Co.
Lámparas de cristal
Darle un toque de glamour a los espacios, llegará a través de la iluminación, como apunta Bodas con Lucía: "vamos a ver muchas velas, candelabros, lámparas... Decoraciones que nos pueden recordar más a una boda en un gran salón que a un exterior, pero las realizaremos en ambos lugares. Jugar con la iluminación, realza visualmente el diseño de la boda. Esta tendencia de velas y lámparas llega con mucha fuerza y será sin duda un acierto seguro en las bodas de tarde-noche que están por venir".
Unificación de tonos en las flores
"Para nosotras está clara otra de las tendencias que observaremos en las bodas 2026: los colores se unificarán, dejando atrás esas explosiones y mezclas tan llamativas que hemos estado viendo. Se usará mucho el blanco y verde y combinaciones de colores, pero en la misma gama (subiendo algún tono, pero muy discreto). Dando más importancia a las formas y alturas de los propios arreglos, que a los colores de estos. Es una tendencia que aporta mucha elegancia y armonía", recuerdan desde Bodas con Lucía.
El invierno como escenario de la boda
El frío es tendencia para pasar por el altar, admite Sumile Wedding Planner: "Cada vez más parejas eligen casarse en invierno, atraídas por su estética envolvente, su carácter íntimo y una atmósfera difícil de replicar en cualquier otra época del año. Las bodas invernales —y especialmente las bodas con guiños navideños— se consolidan como una de las opciones más elegantes del momento.
Espacios interiores cuidados al detalle, luz cálida, tejidos acogedores y una decoración que juega con verdes profundos, blancos empolvados y toques burdeos o dorados crean celebraciones con mucho encanto. El invierno permite construir escenarios mucho más controlados y sensoriales. La iluminación artificial se convierte en aliada, las velas ganan protagonismo y los elementos decorativos se perciben con mayor intención. Además, este tipo de celebraciones conectan especialmente bien con parejas que buscan algo distinto: fechas menos convencionales y mayor disponibilidad de localizaciones exclusivas".
Música en directo y actuaciones sorpresa
"La música en directo está cada vez más presente y cada vez más integrada en todos los momentos del día. Las parejas ya no se conforman con un único grupo o con reservar la música para la fiesta final. La tendencia apunta a multiplicar las actuaciones en directo, adaptadas a distintos momentos y estilos. Pero la gran novedad llega con un giro inesperado: las actuaciones sorpresa durante comidas y cenas. Cantantes que aparecen entre los invitados, músicos que irrumpen sin previo aviso o pequeños shows diseñados para romper el ritmo del banquete y generar un momento de emoción divertido. El objetivo no es solo entretener, sino sorprender, activar y crear recuerdos compartidos. Este tipo de propuestas conectan con una forma distinta de entender la boda: menos formal y más experiencial", relata el equipo de Sumile Wedding Planner.
Localizaciones con gran peso
En declaraciones de Cristina and Co. las celebraciones en escenarios especiales son de lo más demandado: "en 2026 se seguirá sorprendiendo a los invitados a través de localizaciones creativas, desde una antigua fábrica abandonada hasta un jardín, una galería de arte o una biblioteca. La idea es que las parejas celebren sus bodas en lugares que se puedan personalizar al máximo, donde puedan crearse entornos únicos y efímeros".
Del mismo modo piensan en Limbela: "veremos bodas donde el verdadero lujo no estará en lo que se añade, sino en el lugar que se elige. El entorno deja de ser un simple escenario para convertirse en el concepto central de la celebración. Espacios de alto valor cultural, arquitectónico o paisajístico (muchos de ellos poco intervenidos hasta ahora), se convierten en el eje de la experiencia. No se trata de 'decorar' estos lugares, sino de interpretarlos con respeto, dejando que su identidad marque el ritmo y la narrativa de la boda. Esta tendencia responde a una búsqueda por parte de las parejas de exclusividad más auténtica celebrar en espacios irrepetibles, donde la atmósfera ya existe y el diseño se construye desde la integración, no desde la transformación forzada".
Partir de un proyecto creativo
"Otra de las grandes tendencias que se consolidará en 2026 es el peso creciente del diseño entendido como un sistema creativo global. Las bodas dejan de construirse a partir de elementos aislados para pensarse como una experiencia coherente, donde espacio, arte, gastronomía, textil y atmósfera responden a un mismo concepto. Este nuevo lujo no tiene que ver con el exceso, sino con la intención. Se valora la artesanía, la personalización profunda y el cuidado en los detalles, dando lugar a celebraciones más íntimas y sensoriales, donde cada decisión tiene un porqué.
Dentro de este enfoque, cobran especial importancia propuestas como el arte floral no repetitivo, donde cada pieza es única, pero forma parte de un conjunto, o la gastronomía concebida como hilo narrativo de la experiencia, no solo como acompañamiento", concluyen desde Limbela.
