NOVIA VIRAL

Un vestido de novia con capa desmontable, tacones cómodos y ramo con mensaje: la boda en Almería a todo color de Piedad


Esta recién casada viral confió en el atelier de María Barragán para su diseño, que acompañó con un ramo de gerberas con guiño a su pareja


Vestido de novia viral con capa desmontable y botones joya© Ana Morales
Estrella AlbendeaColaboradora de Novias
20 de noviembre de 2025 - 18:20 CET

Que una novia quede contenta con el look del gran día es el reto de toda firma nupcial. Y es que acertar con la elección de la silueta, detalles y tejidos es el resultado, generalmente, de un buen consenso entre las partes. Piedad, una recién casada que celebró su boda en Almería, se sentía verdaderamente favorecida con el diseño que María Barragán ideó para ella. “Me veía tan guapa con el vestido, incluso cuando era una sola tela, que no paraba de decirme: '¡si estoy guapísima, soy una auténtica reina!'”, nos confiesa ella misma.

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© Ana Morales

Nuestra protagonista confió en el trabajo de este atelier desde primera hora, siempre tuvo claro que sería esta casa la que se encargaría de confeccionar su traje nupcial. En cuanto le pidieron matrimonio, supo que buscaría una cita en la firma, pues seguía de cerca su trabajo. “Conocía a algunas novias que habían tenido buena experiencia y, tras mi primera cita con ellas, al ver sus telas, quedé convencida por completo”, apunta.

© Ana Morales

Una capa desmontable y botones joya

Cuando llegó el primer encuentro en el taller, Piedad sabía lo que quería, pero cambió de idea por recomendación de la propia María Barragán. “En un principio quería un vestido con escote cuadrado, estaba enamorada del vestido que llevó Marta Lozano en su boda. Estaba convencida de que mi vestido sería así hasta que María, viendo mi cuerpo, me aconsejó el escote que luego llevé”, señala. 

© Ana Morales
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No obstante, sí mantuvo detalles de su idea inicial. Nunca se planteó renunciar a la capa, elemento que siempre quiso tener presente en esta ocasión, desde su infancia. “Al casarme en junio y siendo una ceremonia religiosa, quería que el vestido fuese de tirantes por comodidad pero, que la capa cubriese mis hombros. Me parece más respetuoso y lo más elegante”, dice. Optaron por una capa acabada en pico a la altura del vestido y sumaron unos botones joya y “el encaje desde el pico de la capa hasta el final de la cola”. 

© Ana Morales

“En cuanto al proceso de creación, no pudo ser más sencillo y, lo que más me gustó es que estaba 100% convencida de que era MI vestido. María captó desde un principio lo que quería, un diseño recto, una tela de calidad, que me diese comodidad a la hora de moverme pero que fuese rígida y tuviese caída”, desvela. Con estos atributos se refiere al mikado de seda que emplearon en el diseño y la gasa que utilizaron en la capa. A nuestra protagonista le bastaron solo tres pruebas para dejar listo su estilismo. 

 “En la primera cita, mis amigas, incluso mi madre, cuando me miraban no imaginaban cómo sería el vestido. Yo desde un inicio lo tenía claro. Parece que María y yo tuvimos alguna especie de conexión que hizo que todo el proceso fuese perfecto”, cuenta.

© Ana Morales

Las ventajas de un look convertible

A diferencia de otras novias virales, esta almeriense no quiso contar con un segundo traje en su gran día. Si bien en un primer momento se planteó hacerse otro look, le terminó por gustar tanto su vestido que no quiso quitárselo. 

Prefirió jugar con las diferentes posibilidades de su traje convertible: “En la iglesia llevaba velo, capa y vestido. Para el cóctel me quité el velo y llevaba la capa y el vestido. Hacía calor, pero no quería quitarme la capa porque era mi parte favorita del look. Cuando me la quité, el vestido era muy sencillo: recto con cuello prácticamente halter, pero sin llegar a tapar el cuello. Los tirantes lo sujetaban por una especie de lazo que hacía que me pudiese mover sin ningún problema y la espalda... era la espalda de mis sueños”. 

© Ana Morales

Tan medidos como su vestido de novia eran sus complementos. Piedad se enamoró de unos salones en blanco (aunque en un principio pensó en que fueran a color), cerrados y de tacón sensato, perfectos para estar cómoda y no sobrepasar a su marido, nos explica. “Cuando vi los zapatos Zaren de Lodi, me encantaron por su tira de cristal en la punta que lo hacían diferentes pero elegantes con mi vestido, lo tuve claro. Fueron comodísimos pero, en la fiesta para poder disfrutar un poquito más, me puse las cuñas de Star Love, color blanco nacarado y lazo de tul blanco”, revela.

© Ana Morales
© Ana Morales

Un ramo con guiño al novio

Nuestra protagonista es una gran amante de las gerberas blancas, flor que suele regalarle su ya marido, por ello, quiso que en su día fueran el centro de todas las miradas. La misma flor fue protagonista, a todo color, en la decoración del enlace. El ramo incorporaba una cinta con una medalla, regalo de sus amigas y, además: “acompañé el ramo de un lazo bordado que me regaló Antonio, de Martabge. Una ilustradora que también borda. En el lazo bordado ponía: ‘siempre juntos en cada paso. Te quiero’. En el otro lado nuestras iniciales P&A y la fecha de la boda, 14.06.2025”. 

© Ana Morales

Las joyas fueron, del mismo modo, otro gran acierto. Desvela esta estilosa novia que estuvo mucho tiempo en busca de unos pendientes que le gustaran y encontró la mejor opción en unos de Sprezzatura. “Fue un regalo de mis primos que siempre llevaré con cariño. Pude personalizarlos para que fuesen en verde esmeralda como mi anillo de pedida. Son pendientes preciosos y cómodos, se pueden desmontar y esa era la idea para la fiesta, pero los llevé tan cómodos que no hizo falta”, añade. Su algo prestado era un anillo de oro con diamantes de su tía y también lució una pulsera de Pandora, que le regaló una de sus mejores amigas.

© Ana Morales

Cuando comenzó a buscar los proveedores para su gran día, Piedad supo que debía contactar a el maquillador que seguía desde hacía tiempo: Tonylo. Era fan de su trabajo y logró potenciar sus facciones de forma elegante. “Fue un maquillaje natural, pero con unas sombras en marrón y dorado que acentuaban y hacían mi ojo más bonito”, rememora. El mismo profesional estuvo a cargo del peinado, un moño de bailarina sencillo y pulido, inspirado en el que llevó la influencer Marta Lozano. “Tanto maquillaje como peinado aguantaron todo el día a pesar de que fui una novia muy disfrutona y llorona”, comparte.

Amar desde la infancia

En la historia de amor de Piedad y Antonio hay recuerdos de la infancia. La pareja se conoce desde que ambos eran pequeños, pues siempre pertenecieron al mismo grupo del amigos. La chispa nació “cuando Antonio se fue de Erasmus a Italia y yo me di cuenta de lo mucho que lo echaba de menos”, relata la novia. Desde aquel momento hasta el día de la petición de matrimonio, pasaron nueve años.

© Ana Morales

Ya habían hablado previamente de la posibilidad de casarse, pero no habían puesto fecha. “Todos los veranos hacemos un viaje con nuestros mejores amigos Sito y Belén. En el viaje que hicimos a Ibiza en 2022, Sito le pidió matrimonio a Belén. Dos años después, en el viaje a la Toscana que volvimos a hacer los cuatro, Antonio nos sorprendió desviándonos a los preciosos pueblos de Cinque Terre, donde después de un día de lluvia y frío salió el sol para una puesta perfecta donde me pidió matrimonio”. 

© Ana Morales

La llegada del verano como telón de fondo

Al fin llegó el día de la boda, un evento entre el final de la primavera y principio del verano, que tuvo lugar el pasado 14 de junio. La ceremonia religiosa se desarrolló en la Iglesia de Santa María, de Albox, Almería. “Fue una ceremonia íntima con nuestra familia y amigos. La ofició un primo y amigo de la familia por lo que no pudo ser más bonita. A la iglesia llegué en un escarabajo Beetle blanco”, dice Piedad. 

© Ana Morales

Más tarde, la pareja se trasladó al espacio elegido para el banquete: Jardines La Tejera, en Olula del Río. Allí sirvieron el aperitivo al aire libre, al que siguió un almuerzo muy cuidado y una fiesta con música en directo: “el grupo Generación Beta y el mejor Dj, Josu Balladares”.

Todos estos profesionales fueron una elección de los novios, pero para estar tranquilos durante la jornada, invirtieron en una wedding planner. "La organicé con De Pitimini Eventos. Isa y todo su equipo hicieron que el proceso fuera facilísimo. Gracias a ellas pudimos disfrutar realmente de todo, hasta de entregar las invitaciones a prácticamente todos nuestros invitados", matiza. 

© Ana Morales
© ANA MORALES FOTOGRAFIA

Colores vivos en la decoración de la boda

Piedad cuenta que del espectacular resultado de su decoración nupcial es fruto de la buena sintonía existente entre todos sus proveedores. Gracia y La Penca estuvo a cargo de las flores y otros elementos decorativos. “Jose captó lo que queríamos desde el principio, una boda de verano, colorida y desenfadada. Mezclando colores animados como el morado, el naranja, amarillo y rosa”, dice. En lo referente a la papelería, se pusieron en manos de La Papelería Perfecta, para la realización de la minuta. “Terminamos con dos frases preciosas que nos hizo a mano Feli de Fefu_art. Son dos frases de dos de nuestras canciones favoritas que nos han acompañado desde el principio de nuestra relación: Supersubmarina, de Supersubmarina y Qué bien, de Izal”. 

© Ana Morales

En la ceremonia, se decantaron por una entrada compuesta por una columna en un lateral y un conjunto de cestas y jarrones al otro (donde se encontraban los pétalos y el arroz). Además, “en el pasillo de la iglesia había, alternos, conjuntos de velas y otras, formaciones vegetales del mismo color y estilo que la puerta. El altar, estaba decorado también con flores del estilo pero, dejándole importancia al cuadro de la Virgen del Saliente, que dirige y ampara a nuestro pueblo”, concede.

© Ana Morales

"Lo más especial del día fue entrar del brazo de mi padre y salir del brazo de mi marido. Además, tener el privilegio de vivir ese momento con la familia y amigos que más queremos, viniendo incluso algunos de muy lejos, fue una auténtica pasada. 

Sin duda, echamos de menos a personas que por desgracia no podían estar con nosotros, como el padre de mi marido. Pero aún así, ha sido hasta el momento, el mejor día de nuestras vidas", admite. 

© Ana Morales

En el álbum de recuerdos, Piedad guarda un sinfín de anécdotas: "tanto Antonio como yo estábamos súper animados, cantamos (yo le quité el micro al cantante de Generación Beta), bailamos muchísimo, nos lanzamos a los invitados como si fueran nuestro público, nos lanzaron al aire y estuvimos con la gente que más queremos". Además, entre risas destaca una escena divertida: "mi padre me pisó el velo y la capa cuando nos encontramos con Antonio y su madre al llegar al altar. Casi me caigo de espaldas".

© Ana Morales

El punto final a esta historia lo pone nuestra protagonista aconsejando a quienes quieran pasar por el altar que disfruten del proceso. Este ha sido, de hecho, su mayor aprendizaje, porque el día se escapa a toda velocidad y en los preparativos es posible encontrarse con muchos de esos invitados, de una forma más cercana. “Que los novios sean un poco egoístas el día de la boda. Al final, es su día para celebrar su amor. Que estén con la gente que más quieren y que lo disfruten al 100%”, concluye.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.