Fue una de las bodas más esperadas de 2018, pero también una de las más íntimas. El 16 de noviembre de aquel año cayó en viernes y fue al mediodía cuando Marta Ortega, presidenta de Inditex e hija de su fundador, Amancio Ortega, y de Flora Pérez, y Carlos Torretta, hijo del diseñador Roberto Torretta y de Carmen Echevarría, se casaron.
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Podían haber elegido casi cualquier rincón del mundo, pero optaron por la casa familiar que los Ortega tienen en La Coruña, en la elegante zona de Parrote. Se trata de una casa de piedra de cuatro plantas, obra del arquitecto Juan de Ciórraga, cuya parte trasera da a la Ciudad Vieja y tiene enfrente la que fue casa de Emilia Pardo Bazán. La convirtieron en el escenario de la ceremonia civil, oficiada por un notario amigo del fundador de Zara, y a la que solo acudieron sus familiares y amigos más cercanos. Cerca de medio centenar de invitados que disfrutaron, junto a la pareja, de un almuerzo ofrecido por los padres de la novia en casa, del que se encargó el chef gallego Pepe Solla, propietario del restaurante Casa Solla y con una estrella Michelin. Y que estuvo amenizado por la música del cantante estadounidense Michael Blume, del que Marta y Carlos son grandes admiradores.
Un vestido de alta costura y un ramo lleno de historia
Convertidos ya en marido y mujer, la pareja posó para el famoso fotógrafo de moda alemán Peter Lindbergh, que realizó dos retratos oficiales en blanco y negro, en los que se aprecian todos los detalles del look nupcial de Marta. La presidenta de Inditex lució un traje de alta costura, del diseñador italiano Pierpaolo Piccioli para la maison Valentino (de la que era director creativo en ese momento, recordemos que en mayo de 2025 se incorporó a Balenciaga), creado exclusivamente para ella. Estaba compuesto por una camisa de gasa plisada y una falda, ambas en un color rosa claro, casi blanco. El creador explicó, a través de sus redes sociales, que quería crear "un aura que transmitiera las emociones de la novia y un imaginario con un inusual sentido del romanticismo, lleno de ligereza, frescura e intención para ilustrar la fuerte personalidad" de la novia.
Como la mayoría de novias, Marta decidió llevar velo para completar su look. El suyo, sencillo y largo, estaba sujeto sobre el peinado con una pequeña corona de flores. El minimalismo no solo estaba presente en su vestido, también en los accesorios: eligió unos salones escotados de piel, a tono con el vestido; en cuanto a las joyas, únicamente llevó su anillo de pedida (una sortija de inspiración vintage, con un diamante talla marquesa) y unos sencillos brillantes rosas como pendientes. Para cumplir con la tradición de llevar algo azul, anudó un hilo de ese tono a su muñeca.
El ramo, desestructurado y con una pequeña cascada, era obra de Thierry Boutemy. El paisajista belga es famoso por decorar los desfiles de alta costura de Christian Dior, Lanvin y Hermès o las bodas de estrellas como la directora de cine Sofia Coppola y el músico francés Thomas Mars. El diseño en cuestión estaba inspirado en los colores de la vegetación gallega y en el vestido que Pierpaolo Piccioli había creado para Marta. Según el propio Boutemy, el concepto era "una referencia a Marta, a su sensibilidad natural y su conexión con la Naturaleza".
Carlos, por su parte, optó por un traje clásico en color azul marino, elaborado en Savile Row, la famosa calle de sastrería londinense. Como detalle, llevó el reloj que le regaló Marta en su pedida: una pieza cargada de historia y valor sentimental. Carmen Echevarría y María Torretta, madre y hermana del novio, llevaron creaciones de Roberto Torretta. En cuanto a los niños presentes en la ceremonia y a los testigos por parte de la novia, fueron vestidos por Massimo Dutti, marca del Grupo Inditex.
Una fiesta frente al mar
Tras el almuerzo y emitir un comunicado en el que afirmaban estar felices por la boda y agradecidos por las muestras de cariño, descansaron y se prepararon para la noche. Habían previsto una gran celebración, con cerca de 400 invitados, en el Real Club Náutico de La Coruña. Uno de los establecimientos predilectos de la sociedad coruñesa que fue cerrado completamente para la fiesta y decorado por Thierry Boutemy, quien lo convirtió en un auténtico jardín interior.
Para esta ocasión, en la que la invitación especificaba que la etiqueta debía ser casual chic, Marta eligió un look muy especial e inesperado. Y es que si alguien esperaba verla vestida de blanco, ella optó por un diseño negro. Se decantó por un rompedor traje tipo esmoquin, de Valentino, compuesto por una americana abierta con solapas de raso y pantalones culotte, que combinó con una blusa transparente. Llevó la melena recogida en un moño bajo y maquilló sus labios de un llamativo rojo. Completó el look con unos impresionantes maxipendientes y unos zapatos de tacón con pulsera.
Hacia las ocho y media de la tarde comenzaron a llegar los invitados. Marta, presidenta no ejecutiva de Inditex, tiene amigos dentro de la industria de la moda, por lo que muchos de los asistentes estaban relacionados con el sector. Por su parte acudieron la modelo Eugenia Silva y su pareja, Alfonso de Borbón; el modelo Jon Kortajarena, Rafael de Medina y Laura Vecino o el fotógrafo Gonzalo Machado —él y su mujer, la galerista e interiorista Mafalda Muñoz, fueron quienes presentaron a Carlos y Marta, a comienzos de 2016—. La influencer argentina Sofía Sánchez de Betak y su marido, Álex de Betak, fueron otros de los nombres importantes de la industria de la moda que estuvieron presentes. También la heredera Athina Onassis, amiga de Marta y compañera en los circuitos ecuestres.
Por parte de Carlos, acudieron muchos nombres de la sociedad española: la actriz Amaia Salamanca y su pareja, el empresario Rosauro Varo; Samantha Vallejo-Nágera, Alfonso y Gonzalo Cebrián, hijos del diplomático Guillermo Cebrián; Felipe y Carlos Cortina, hijos de Alfonso Cortina y Myriam Lapique; Ramón Hermosilla, hijo del abogado Ramón Hermosilla y de Silvia Gómez-Cuétara; Álvaro Falcó, hijo de Fernando Falcó y Marta Chávarri; Alonso Aznar, hijo del expresidente del Gobierno José María Aznar y de Ana Botella; Diego Osorio, hijo del aristócrata Miguel Osorio, y su novia, Jordan Joy Hewson, hija de Bono, de U2; Diego del Alcázar, hijo del empresario Diego del Alcázar Silvela, o el empresario Andrés Burdett, que este verano se casó con la DJ Katy Sainz.
También asistieron amigos y personas del círculo íntimo de Amancio Ortega, como Pablo Isla, en aquel momento presidente del grupo Inditex, y su mujer, María de la Vega; José Arnau, vicepresidente de Inditex y Pontegadea, y su mujer, o el entonces presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y su mujer, Eva Cárdenas, que fue directora de Zara Home.
La fiesta, en la que se sirvió un cóctel preparado por el cocinero gallego Javier Olleros, del restaurante Culler de Pau, y por Ricardo Sanz, el muy premiado chef del restaurante Kabuki y con cuatro estrellas Michelin, se prolongó hasta bien entrada la madrugada.
Un bosque encantado y un festival de música
Pero los festejos en torno al 'sí, quiero' de la pareja no terminaron el viernes, sino el sábado. Ese día organizaron una velada llena de sorpresas en el centro hípico Casas Novas, en Larín (Arteixo). ¿La primera de ellas? La decoración: Axel Vervoordt transformó la pista principal, destinada a recibir a más de 400 invitados, en un bosque mágico en colaboración con la arquitecta coruñesa Elsa Urquijo, autora del diseño de algunas de las tiendas más emblemáticas de Zara..
Para la celebración, Marta optó por un nuevo vestido diseñado por Pierpaolo Piccioli para la maison Valentino: un sugerente diseño plateado, de cuello redondo y sin mangas, con los laterales de satén, que dejaba la espalda al descubierto. El pelo lo llevaba peinado en un semirrecogido, decorado con un pequeño adorno en la parte posterior. Completó el look con un abrigo-capa del que luego se desprendió.
Entre los invitados había grandes nombres de la moda internacional como los diseñadores Narciso Rodríguez y Stefano Pilati, el peluquero Paul Hanlon o Christiaan, el legendario peluquero de estrellas como Grace Jones o Debbie Harry. Diane Kendal, la maquilladora preferida de actrices de Hollywood como Julia Roberts y Hilary Swank y autora de los looks para desfiles de Balenciaga, Carolina Herrera y Alexander Wang, fue la responsable del sencillo y favorecedor make up de Marta. Tampoco faltaron sus amigos de siempre, ni sus familias al completo.
La celebración comenzó con la proyección de la ceremonia civil en unas pantallas gigantes. Al acabar, dio comienzo la cena, servida por el chef catalán Albert Adrià —que ideó un menú de seis platos— y amenizada por la cantante y pianista estadounidense Norah Jones, ganadora de nueve Premios Grammy. A los postres fue el cantante y pianista inglés Jamie Cullum, quien deleitó a los invitados con sus versiones de éxitos de The Beatles, Rihanna, Frank Sinatra o Taylor Swift.
Una vez terminada la cena, los invitados fueron a otra carpa, esta vez repleta de estrellas, en la que Chris Martin, líder de la banda Coldplay, comenzó a entonar la letra de Yellow, una de sus canciones más famosas. Fue entonces cuando Marta y Carlos subieron al escenario para bailar un romántico y moderno vals. Pero esa no fue la única pieza que interpretó el artista. También A sky full of stars, Fix you, Paradise… Y, cómo no, Viva la vida.
Fue entrada la madrugada, tras el concierto, cuando dio comienzo el baile y Marta sorprendió con un nuevo diseño. Se trataba de un vestido de alta costura, de color rosa, con escote palabra de honor adornado por un gran lazo, firmado también por Pierpaolo Piccioli. Estaba inspirado en un diseño que había presentado aquel verano en los desfiles de París.
El DJ Mark Ronson, que convirtió a Amy Winehouse en una estrella internacional, inauguró el baile con sus mezclas. Luego llegó el turno del DJ francés Martin Solveig, uno de los más cotizados del mundo, y de The Martínez Bros, el dúo de DJs que causa sensación en Nueva York y con los que la fiesta se prolongó hasta el amanecer.