Deliciosas, delicadas y memorables. Así son las tartas de boda, un dulce tan esperado como denostado en décadas anteriores que ahora ha vuelto impulsado por la magia de lo visual, el éxito de las redes sociales. Para encontrar la mejor inspiración sobre este postre nupcial compartido, basta con viajar a algunos de los enlaces históricos más recordados del Hollywood dorado. Esas estrellas del cine marcaron tendencia en una época en la que este plato era el más esperado del menú. En sus espectaculares elecciones azucaradas hay mucho de creatividad y también del estilo de una época. Seleccionamos ocho 'sí, quieros' vintage de los años 40 y 50 del pasado siglo, historias apasionantes que nos inspiran en términos de repostería.
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El pastel: Sus más de 500 invitados festejaron por todo lo alto en este día en el que la novia no fue de blanco, sino de azul. Además de las 600 botellas de champán y 20 kilos de caviar que fueron reflejo del máximo lujo que con el que quería obsequiar el príncipe a su ya esposa, la tarta nupcial fue un detalle especial. Era sencilla, aunque muy visual, contaba con flores de nata y con la inscripción Margarita y Aly (no olvidemos que la actriz era de ascendencia española) y la fecha del enlace. Fue preparada en París y llevaba en avión a Cannes, un regalo especial realizado por los proveedores de la boda.
El pastel: Ni uno ni dos, sino hasta cinco pisos es lo que la actriz eligió para su paso por el altar con el entonces magnate de las cadenas hoteleras Hilton. Al igual que dejó a todos sin palabras con el vestido de novia, regalo de la MGM, que ideó la responsable de vestuario de los estudios, Helen Rose, quiso que el pastel de este gran día no pasara desapercibido. Sus 700 invitados pudieron degustar esos bocados dulces de los que colgaban cadenetas y en los que destacaban las rosas hechas con nata o crema.
Lugar: En St. Mary en Weybridge, Surrey, Reino Unido.
El pastel: En el que fuera su primer enlace, la actriz de Mary Poppins llevó un look ideado por su marido (que estuvo al frente del vestuario de la cinta) y fueron la misma delicadeza y preciosismo que destacaba en el diseño con rosas bordadas los que pusieron los pasteleros en hacer su tarta nupcial. La creación dulce no pasaba desapercibida, dado que contaba con tres pisos de forma cuadrada, incorporaba las iniciales de los novios, varias columnas, escenas de bailarines y flores frescas, además de algunas lazadas.
Lugar: En la catedral de San Nicolás, en Mónaco y la celebración en el Palacio Grimaldi.
El pastel: La estrella de cine convertida en princesa no solo pasó a la historia por su vestido de novia de encaje confeccionado (también) por Helen Rose, sino por cada uno de los elementos que hicieron de su boda un evento real espectacular. Su tarta de boda captaba todas las miradas y no era para menos, pues además de ser todo un ejercicio de precisión y altura, era un trabajo arquitectónico y artístico sin precedentes. Entre seis y siete pisos destacaban en este pastel coronado con ángeles y elementos reales. En él podían encontrarse motivos que eran un guiño al principado, así como columnas, rosas, edificios en la base y figuras de azúcar que representaban insignias militares y navales.
El pastel: En el primer enlace de la actriz, el tercero del actor, ella deslumbró con un look minimalista, de estilo babydoll, con lazada y chaqueta con botones joya que parecía tan romántico como su tarta de boda. El rosa fue el protagonista en este pastel de tres pisos con columnas romanas, cisnes, cadenetas blancas con cortinas rosas, pétalos de rosa y un maravilloso mensaje inscrito, enviando los mejores deseos a la pareja. Una fantasía para las amantes de los tonos apastelados.
El pastel: Siempre elegante y favorecida, la actriz apostó por un vestido de novia de encaje de corte lady y cuerpo ajustado que demostraba que las tendencias de la época, también en materia de realeza, estaban ligadas al encaje. Precisamente el legado royal pudo inspirar a la pareja para elegir su tarta nupcial, pues contaba con cinco pisos, perfectamente decorado con cadenetas, perlas, flores, corazones y espectaculares hojas, en una proeza de la repostería. Eso sí, su elección fue algo más sencilla que la de otras novias de su tiempo.
Lugar: En la Iglesia Metodista de Wilshire, en Hollywood, California.
El pastel: La que fuera la niña prodigio de Hollywood, reconvertida en embajadora estadounidense y primera mujer Jefa de Protocolo de los Estados Unidos, se casó por primera vez con tan solo 17 años. A las puertas del templo acudieron 5.000 curiosos que no llegaron a disfrutar del pastel de bodas que compartieron los recién casados con sus invitados. A juzgar por las imágenes, una propuesta dulce de estilo maximalista, con todo en blanco, en la que no faltaron corazones, cisnes, perlas, detalles en relieve e incluso flores frescas que terminaban el montaje de tres altos pisos.
El pastel: Un juez municipal casó a la pareja en un enlace secreto. Como curiosidad, él era el presidente de Pepsi Cola, lo que haría que, más tarde, ella quedara al frente de la marca durante un tiempo, cuando él falleció. No obstante, de su boda (la cuarta para la actriz), nos quedamos con su tarta, que bien podríamos encontrar en un 'sí, quiero' actual, por su práctico tamaño. El diseño era discreto, aunque muy coqueto. Presentaba tres pisos pequeños y abundante nata. Estaba decorada en blanco con sutiles notas de color y adelantaba la gran tendencia de los muñequitos de la tarta, acompañados por un corazón de tul.
