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El sábado 24 de mayo la reconocida modelo e influencer mexicana Ale Capetillo y Nader Shouery celebraron su boda en la Hacienda Zotoluca, Hidalgo, México; un escenario de cuento en el que estuvieron arropados por cerca de 240 invitados que quisieron ser testigos de este 'sí, quiero' del que ¡HOLA! México tiene la exclusiva. No faltó su madre, la reconocida actriz y cantante Biby Gaytán, que llegó acompañada por su hijo Eduardo Capetillo Jr.; y tampoco su padre, Eduardo Capetillo, encargado de acompañarla hasta el altar.
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Aunque la pareja ya se casó por lo civil el pasado mes de abril en Madrid, solo contaron con los amigos que han hecho en la capital española y algunos familiares que cruzaron el Atlántico. Ha sido ahora cuando han festejado por todo lo alto y cuando hemos podido ver el look más esperado de Ale, su vestido de novia; un diseño que nuevamente firma la española Lorena Formoso.
Un vestido de novia y una mantilla española
La historia de la modelo y la diseñadora es divertida; se conocieron gracias a una producción que Ale realizó en el año 2022 para ¡HOLA! Novias. "Todavía no tenía anillo, ni nada y me pusieron su vestido y me enamoré de todos sus diseños; entonces cuando me dieron el anillo, dije: 'va a ser con la que hice esa portada', porque me volvió loca y fue como una señal, una bonita coincidencia", explicaba en sus redes sociales, donde alberga más de un millón de seguidores.
Juntas dieron forma no solo al dos piezas que llevó en la ceremonia civil, también al vestido que lució el día de su boda. Se trata de un diseño con el cuerpo protagonizado por un corsé, una tendencia heredada del siglo XVI que este año ya ha conquistado a infinidad de prometidas. Tiene una peculiaridad, y es que se une a la falda, llena de volumen, por un corte que se conoce como cintura vasca. Este tipo de diseño se caracteriza por una forma entallada en la cintura y una extensión o pieza añadida en forma de faldón corto, que se abre ligeramente sobre las caderas. Suele ser redondeado y, como podríamos imaginar por su nombre, viene de los trajes tradicionales vascos.
"Ahora está en tendencia y lo quería llevar", asegura la novia a ¡HOLA! México. Y continúa: "Lorena le dio ese giro en la falda que caía en cascada y la tela, muy importante, era una tela rústica. La diseñadora no quería caer en hacer algo repetitivo, que se haya visto mucho, y demuestra su toque en esos detalles tan importantes. Desde el encaje en el escote hasta la tela, fueron escogidas minuciosamente con la intención de lo rústico, ya que nos casamos en un campo".
Una prenda sencilla que buscaba ceder el protagonismo a la mantilla. Tal como explica Ale, cuando empezó a pensar en su vestido de novia lo primero que le vino a la cabeza fue la mantilla de su abuela Maricarmen. "Esa mantilla es española, porque mi abuela es de Sevilla; ya sabía que la tenía que llevar sí o sí por el valor sentimental que tiene para mí. Y el del día de mi boda, el de la ceremonia, queríamos hacer un vestido desde cero, juntas. Terminó siendo el vestido de mis sueños y superó mis expectativas. Quería contar la historia de mi 'yeya' y juntarlo mucho con esa parte sentimental de la mantilla y todo".
Como la pieza no era tan larga como necesitaban, Lorena unió al vestido otra segunda mantilla de su abuela, para que visualmente ambas funcionaran como un único elemento, y fueran de la cabeza a los pies.
Para la fiesta reemplazó este diseño por dos piezas que forman parte de la colección Bucolique de la diseñadora, galardonada con el premio a la mejor colección del año. Eligió el vestido Geraldine, un diseño halter en malla de lurex bordado con perlas y cristales, que aporta luminosidad y carácter. Lo acompañó de la capa Fleur, con un efecto de chal sujeto a los hombros y mangas de drapeado artesanal.
De las joyas al ramo de novia naranja
El maquillaje y el peinado fueron similares a los de su boda civil, aunque con ligeros cambios. Ale, que confió en los expertos de Sisley, eligió un acabado que cedía el protagonismo a su piel, jugosa y llena de luz, y a su mirada, maquillada en tonos rosados, bien enmarcada y con pestañas XXL. En cuanto al peinado, se decantó por un moño pulido de inspiración bailarina, uno de los preferidos de las novias más elegantes. Un recogido que funcionaba de maravilla con la mantilla y que dejaba a la vista sus pendientes, de RABAT Diamonds, diseñados a medida para la ocasión.
Se trata de una joya atemporal que, como bien explica Ale, "después de la boda estos pendientes pasarán a formar parte de mi vida. Son una joya tan única que definitivamente pasarán de generación en generación”. Su alianza, también de la firma, le ayudó a cumplir con la tradición de llevar algo azul, ya que tiene un zafiro en el interior.
Su ramo, de tendencia, daba el toque moderno al look. La novia se decantó por una composición en cascada de tulipanes naranjas, uno de los colores que más gusta a las prometidas. Se trata de un diseño de flores Granada, que no podía ser más especial.
Su look de preboda: el vestido de novia que lo empezó todo
Además de los diseños que Ale ha llevado tanto en su boda civil como religiosa, confió su look de preboda también en Lorena. Durante la cena de bienvenida, la novia quiso llevar el modelo Sira, una de las piezas más icónicas de la firma y con un fuerte valor sentimental: fue el primero que lució en portada para ¡HOLA! Novias, donde surgió su vínculo con Lorena. Este diseño está confeccionado en satén, tiene escote en V y se complementa con una capa de lentejuelas XL y lazadas en los hombros, que aportan brillo, movimiento y un aire moderno y sofisticado.