Este 3 de octubre de 2025 tendrá un hecho destacado en los corazones de los luxemburgueses. Por la mañana, el Gran Duque Enrique, acompañado de su esposa, María Teresa, abdicaba del trono tras casi 25 años en él. De este modo, su hijo el príncipe Enrique se convertía en el nuevo Gran Duque de Luxemburgo y su esposa, Stéphanie, en la Gran Duquesa. El matrimonio, que se casó rodeado de Casas Reales en 2012, quiso culminar su gran día con un banquete de gala por la noche, donde las tiaras entre sus invitadas brillaron como nunca y los vestidos de gala eran impresionantes, en invitadas como Máxima y Amalia de Países Bajos, Matilde y Elisabeth de Bélgica o, también, Brigitte Macron, que mostró un look más relajado en joyas, pero deslumbrante.
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Tras lucir por la tarde un vestido midi en color blanco para saludar paseando a todos los ciudadanos, la nueva Gran Duquesa de Luxemburgo volvió a llevar, de forma inesperada, el mismo vestido que lució por la mañana durante la coronación de su marido, Guillermo, como Gran Duque. De color azul y recordando a la princesa Elsa de Disney, era un diseño largo en color azul, que presentaba un cuerpo bordado con pedrería, falda de gasa y una dramática capa. Una creación de Elie Saab que estrenaba para la ocasión.
Lo que sí diferenció el look de Stéphanie de Luxemburgo en la cena de gala respecto al que llevó por la mañana, es que, en esta velada, lució tiara. Por primera vez, llevó la diadema belga. Esta joya histórica fue realizada por Coosemans en 1953. Fue un regalo de boda por parte de la Societé Générale a la entonces princesa Josefina Carlota de Belgica, abuela de su marido, el Gran Duque Guillermo.
Para la cena en el Palacio Gran Ducal de Luxemburgo, la Reina de los neerlandeses lució un vestido de guipur azul con falsas transparencias, cuello redondo, sin mangas, línea encorsetada y falda de vuelo con ligera cola. En su pecho, mostraba un gran broche con forma de lazo y zafiro central. Esta joya se coordinaba con sus pendientes y su tiara.
Del joyero real, Máxima recuperó, en concreto, la misma tiara que llevó en la coronación de su marido, el rey Guillermo Alejandro, el 39 de abril de 2013. Esta tiara de zafiros fue creada en 1867 por la joyería parisina Mellerio dits Meller. Fue el rey Guillermo III el que la adquiría en 1881 y se la regaló a su esposa, la reina Emma. La pieza presenta 655 diamantes de Sudáfrica y 31 zafiros de Cachemira. En la parte central, presenta un impresionante zafiro de 44 quilates que, originariamente, era un broche.
Al igual que por la mañana, la Reina de los belgas se decantó por el color burdeos. Y, con gran sentimiento, optó por estrenar un diseño de Armani Privé, firma de Alta Costura creada por el gran diseñador Giorgio Armani, que falleció el pasado 4 de septiembre de 2025. En concreto, lució un vestido con cuerpo de encaje en el pecho y las mangas, escote amplio en corte redondo, drapeados en la cintura que se cruzaban y generaban un efecto corsé y falda larga plisada. En su cuello, descansaba un collar de diamantes.
Prescindiendo de sus aros superiores, la esposa del rey Felipe lució la base de la tiara de las Nueve Provincias. Esta joya fue creada con diamantes del Congo Belga en 1926 por el joyero Van Bever, en Amberes; y fue un regalo del pueblo belga a la princesa Astrid de Suecia con motivo de su boda con el príncipe heredero Leopoldo de Bélgica. De estilo Art Déco, muestra motivos de greca. Esta base, por ejemplo, la lució en su primer retrato oficial como Reina en 2013.
La Princesa, heredera al trono de los neerlandeses, estrenó un deslumbrante vestido verde con escote Bardot que dejaba al descubierto sus hombros. El diseño, de Monique Lhuillier, presentaba también mangas largas y transparentes, cuerpo encorsetado y falda en línea trapecio. Cromáticamente, se conjugaba con sus pendientes y broche de esmeraldas.
La hija mayor de los reyes de Países Bajos lució por primera vez la tiara de la reina Emma. Se trata de una joya creada en 1890 por la casa Royal Begger. Fue un encargo del rey Guillermo III, aunque la reina Emma la recibió ya siendo viuda. De oro y plata, está decorada con diamantes formando 3 motivos de rosetas que enmarcan un diamante central.
Deslumbrante, la heredera al trono de los belgas estrenó un vestido plateado cubierto de lentejuelas, con manga al hombro y cuello ligeramente elevado, de Jenny Packham (modelo Ernest, 4.200 euros). Se conjugaba con su clutch.
La joven Princesa, de 23 años, eligió para esta gran noche en Luxemburgo una tiara con anécdota, pues, el día que la estrenó (en el banquete con motivo del 18 cumpleaños de Ingrid de Noruega el 17 de junio de 2022), generó gran sorpresa. Y es que esta joya no se logró identificar en un primer momento al no pertenecer al joyero histórico de la Casa Real de Bélgica, por lo que se calificó como “misteriosa”. Al poco tiempo, se comunicó que ella la recibió como regalo por su 18 cumpleaños por parte de los reyes de Bélgica en 2019. Esta recrea una tiara que poseía la baronesa Lady Evelyn Vestey (exitosa empresaria americana que se casó con Lord William Vestey), quien la llevó cuando fue presentada a la corte británica en 1925.
La primera dama de Francia fue fiel al corte de moda que más le favorece; sin embargo, se decantó por el color que dominó la jornada: el burdeos. Muy elegante, estrenó un vestido de cuello a la caja, que se adornaba por los hombros y las mangas con una celosía de hilo brillante. El diseño se entallaba delicadamente a la cintura y caía recto hasta los pies. Lo combinó con cartera de mano y calzado en tono plateado.
La primera dama de Alemania lució un vestido azul con cuello a la caja, manga corta, cintura marca y falda larga de corte ligeramente trapecio. Desmarcándose del resto de invitadas, optó por llevar guantes de ópera, en color blanco. Además, llevó cartera de mano en negro, zapatos de strass plateado y un collar de eslabones dorados.
