El adiós a Katharine, duquesa de Kent, que tiene lugar este martes 16 de septiembre en la catedral católica de Westminster, no es solo un acto privado de la familia: será histórico. El réquiem -la misa fúnebre- se celebrará en la sede madre del catolicismo en Inglaterra y, según ha confirmado la casa real británica, el rey Carlos III y Camilla asistirán al funeral. ¿Por qué importa esto al hablar de protocolo y vestuario? Porque se mezclan tres factores que marcan la pauta de etiqueta: es un funeral real, es un rito católico (con normas litúrgicas propias) y además se celebra en un lugar, la Catedral de Westminster, que nunca antes había acogido un funeral de un miembro de la familia real desde su construcción. Esa singularidad obliga a afinar un mensaje estilístico: sobriedad, respeto y, sobre todo, discreción.
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¿Quién era la duquesa de Kent y por qué su funeral es atípico?
Katharine Worsley, casada con el duque de Kent desde 1961 (una boda que se recuerda por la curiosa chispa que surgió entre Juan Carlos I y doña Sofía), se hizo famosa por su discreción, su pasión por la música y su trabajo en la educación musical; se retiró de la vida pública en la década de 2000. Su conversión al catolicismo -recibida públicamente en la década de los 90- fue un hito: era la primera recepción pública al catolicismo por parte de una royal de alto perfil en más de tres siglos, y es precisamente esa fe la que explica la elección de la catedral de Westminster para su despedida. El calendario práctico del adiós también es claro: el féretro reposará en la capilla privada de Kensington antes de ser trasladado a la catedral para la recepción del cuerpo y la vigilia; tras la misa, la duquesa será inhumada en el cementerio real de Frogmore, en los terrenos de Windsor.
El protocolo de los tocados y peinados
En funerales reales, los tocados cumplen una función estética y de protocolo. Según Marta Callejo, asesora de imagen y experta en protocolo, "no es obligatorio, pero sí es altamente recomendable en funerales de Estado o de la realeza, sobre todo en el Reino Unido, donde la etiqueta lo considera casi parte del uniforme femenino del luto. En España se suele ser más flexible y, salvo en casos de gran relevancia, muchas mujeres optan por no llevarlo". Cuando se lleva un tocado, "el peinado ideal es recogido o semirrecogido bajo, lo que proyecta orden y sobriedad y genera armonía con el conjunto. El pelo suelto se considera menos correcto en protocolo estricto, aunque es algo personal y ha habido excepciones, como algunas apariciones de la reina Letizia en funerales de Estado recientes". Tal vez veremos algún tocado tipo pillbox, o fascinator sobrio; el velo (birdcage) no es habitual en funerales modernos, y los tocados excesivamente altos o brillantes están descartados.
¿Solo se puede ir de negro?
"El negro riguroso es lo más recomendado, especialmente en funerales vinculados a casas reales. En algunos contextos menos formales se aceptan tonos oscuros como azul marino, gris marengo o incluso un verde botella muy profundo, pero siempre sin estampados ni matices llamativos. En el funeral de Isabel II en 2022, todas las mujeres de la realeza británica asistieron de negro absoluto, mientras algunas primeras damas extranjeras optaron por azul marino o gris oscuro, resultando aceptable, aunque menos estricto", nos aclara esta experta. En cuanto a las telas, lo ideal son materiales sin brillo como lana o crepé, evitando también cualquier estampado que pueda distraer de la solemnidad de la ceremonia.
El largo del vestido es clave
El largo midi es la opción más correcta y elegante, especialmente cuando se combina con un tocado. Marta Callejo apunta que "los largos por encima de la rodilla están prohibidos, no obstante, los pantalones han ganado aceptación en contextos formales, siempre que se trate de un traje de chaqueta de corte clásico en negro. Por ejemplo, en el funeral del duque de Edimburgo, algunas invitadas optaron por pantalón sastre y resultaron impecables", concluye.
El rango y la jerarquía juegan un papel
El principio básico del luto se aplica a todos: sobriedad y respeto. Sin embargo, la realeza sigue códigos más estrictos. Esta experta en protocolo nos explica que "el tocado es casi obligatorio, guantes en algunos casos y negro absoluto. Los invitados civiles o de menor rango cuentan con algo más de flexibilidad, pero siempre se espera un conjunto formal y contenido. Es decir, si una civil no lleva tocado, no pasa nada; sin embargo, si una reina o princesa no lleva tocado, podría ser interpretado como falta de respeto, o al menos, llamaría la atención". Por tanto, aunque la discreción es universal, los miembros de la familia real deben ajustarse a normas más rígidas que refuercen la solemnidad del acto.
La importancia del calzado
El calzado tampoco es un elemento donde la creatividad sea bienvenida. "No es obligatorio llevar tacones. Lo importante es que el calzado sea cerrado, discreto y elegante. El zapato de salón de tacón medio o bajo sigue siendo el más apropiado, debido al largo de la falda, pero también se aceptan bailarinas cerradas o mocasines en piel, siempre en negro y sin adornos. Lo que no se contempla en ningún caso son sandalias, calzado abierto o modelos demasiado informales", nos cuenta Marta Callejo.
La elección del calzado no solo refleja respeto, sino que garantiza comodidad durante una ceremonia que puede prolongarse y que incluye el traslado del féretro y la presencia de los invitados en espacios amplios como la catedral. Por lo tanto y como regla general: en un funeral de estas características, la premisa es pasar desapercibido en la forma para centrar el respeto en el fondo. La discreción siempre es el mejor consejo de estilo.
Un homenaje de sobriedad y estilo
El funeral de la duquesa será, además, un momento simbólico: por primera vez en la era moderna un miembro de la familia real será despedido en una misa católica en Westminster, y la casa real británica ha dispuesto que el féretro sea recibido y que haya una vigilia la víspera; se espera que el acto sea íntimo y sin la retransmisión televisiva masiva que acompañó a otros funerales reales recientes. Cada detalle de la vestimenta, desde el tocado hasta el calzado, pasando por el color y el largo del vestido, se convierte en una forma de rendir homenaje.