El pasado fin de semana la hija de Raquel Revuelta, Claudia Jiménez, se casaba en Zahara de los Atunes con Vicente Benítez, tras 13 años de noviazgo. La pareja, que comenzó su relación en el instituto, esperaba con ansias el día en el que sellaron su amor en un lugar idílico y muy especial para la novia, acompañados de sus 340 invitados.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Ya en su pedida de mano, cena que celebraron hace dos meses rodeados de sus familiares más cercanos y donde abundaban las muestras de cariño en forma de ramos de flores, pudimos intuir lo especial y entrañable que iba a ser este día. En una atmósfera de amor y felicidad, la pareja disfrutó de una ceremonia y una posterior celebración a la altura de su larga historia de amor. El lugar elegido no fue casualidad, y es que la pareja creció junta pasando eternos veranos en las playas de Cádiz, además, ahí reposan las cenizas de Miguel Ángel Jiménez, padre de Claudia fallecido en 2020 y a quién sin duda, tuvo muy presente en todo momento.
Los looks de las protagonistas y sus invitadas
La que también deslumbró destacando por su elegancia y su correcta elección, con permiso de la novia, fue su madre, Raquel Revuelta, que eligió el color naranja, muy veraniego y lleno de luz. Un diseño de José Luis Zambonino que contaba con un “maxipantalón” fluido y un body con escote halter, además de una gabardina de seda. Además, eligió un cinturón marrón exclusivo del artesano José Rivas que aportaba un toque chic y unos pendientes en forma de luna hechos con diamantes blancos, a juego de un brazalete.
Sus invitadas también estuvieron a la altura en un día tan especial, donde los diseños con estampados de flores y vivos colores destacaron por ser la elección perfecta para celebrar el amor y el comienzo del verano. Esta tendencia es perfecta debido a la infinidad de tipos de flores y estampados que se crean, pero sobre todo por vestir y resolver cualquier look. Así es como, el estampado floral vuelve cada temporada como apuesta segura para los eventos de estos meses y los looks de invitada.
Las invitadas y grandes amigas de Raquel y su hija Claudia; Fiona Ferrer, Eva Pedraza, y María José Suárez no quisieron perderse el gran día y decidieron apostar y triunfar con este tipo de looks.
Para la ocasión, Fiona Ferrer eligió un vestido largo y recto con tiras sencillas y un leve vuelo al final. La prenda tenía un fondo blanco pero un estampado de grandes flores en tonos anaranjados y rosados, combinado con finas hojas verdes. Este tipo de estampados no requieren muchos más complementos para elevar el estilismo; sin embargo, la escritora arriesgó con un maxi collar de medallones dorados que aportaba una espectacular luz a la cara y fue la perfecta prueba de que "quien no arriesga no gana", y su elección ha sido un completo acierto. Para finalizar, se puso unos taconessencillos de color beige y el pelo recogido en un moño, dejando ver unos pendientes dorados redondos a conjunto de su collar.
A su lado en la fotografía, la modelo Eva Pedraza, que tampoco quiso perderse una fecha tan señalado en la vida de sus amigas. Ella eligió un vestido rojo largo estampado de flores, ajustado al cuello con escote halter. Este tipo de prendas, que rodean el cuello, no suelen estar acompañadas de collares ya que no queda espacio para estos. Así es como la Miss España decidió no sumarle joyas y combinarlo con su melena suelta y unas sandalias negras muy sencillas de tamaño medio.
También asistió la modelo y presentadora María José Suárez, una de las mejores amigas y grandes apoyos de la madre de la novia, que apostó por este tipo de estampado pero con toques más exóticos. Con un diseño lleno de colores, la modelo apostó por un vestido largo ceñido a la cintura, de una manga y escote asimétrico con un hombro al descubierto, que terminaba con una caída suelta y una abertura lateral que dejaba ver la pierna.
El vestido destaca por su original diseño, además de por su estampado y sus colores: Por ello, la modelo decidió combinarlo con unos sencillos tacones dorados de aguja y una fina cinta en la parte delantera, el pelo recogido el un elegante moño bajo y unos pendientes de flecos dorados a juego. Una cita en la que sin duda el amor se celebró por todo la alto, pero también la amistad y la vida y a la que no faltaron familiares y grandes amigos para disfrutar junto a los recién casados.